Los expertos proponen un plan de renovación del arbolado del Retiro
El Comité de especialistas presentará su proyecto en noviembre
La comisión de siete expertos, creada por el Ayuntamiento de Madrid tras la caída de una rama que mató a un hombre en el Retiro, investiga el estado de unos 5.200 árboles de más de 40 años de los 25.000 que crecen en el parque. El estudio estará finalizado en el mes de noviembre. Su misión consiste en elaborar un plan de actuación para la renovación del arbolado, en principio de este parque histórico que, posteriormente, se podría aplicar al resto de la ciudad. Los expertos en técnicas forestales, tanto de la Universidad como de la Administración Pública, esperan que su trabajo vaya más allá de una actuación puntual impulsada por el fatal accidente y que se convierta en un plan director de todo el arbolado madrileño.
El grupo tendrá listo a principios de septiembre una ficha en la que se detallarán los parámetros a investigar en cada ejemplar, que darán una visión de su riesgo y peligro. Otros técnicos se encargarán de reunir dichos datos árbol por árbol. Cuando el trabajo esté finalizado, los siete expertos determinarán los pasos a seguir en cada caso: si se elimina el ejemplar, se espera o no existe ningún problema. A partir de ahí, será el Ayuntamiento el encargado de tomar nota y actuar a la vista de las conclusiones a las que se haya llegado.
Los expertos esperan que sea un proyecto para toda la ciudad
El primer problema que resaltan miembros de este comité es que Madrid se encuentra a la cabeza de las capitales europeas en cuanto al volumen de arbolado. En conjunto cuenta con dos millones de árboles, que se distribuyen entre 300.000 de calles y pequeños parques y jardines (216.000 plantados en alcorques) y el resto en grandes parques. El Ayuntamiento lleva a cabo un plan de gestión que se apoya en cuatro patas: poda, arboricultura, tala y plantaciones con un equipo de expertos. En la campaña de 2012-2013 se podaron 8.611 árboles y se talaron 5.997 (tanto en viarios como en parques). Se plantaron 2.092. Este año se han podado 13.297, se talaron 5.594 y se plantaron 6.065.
En la ficha se tipificará la especie, su tamaño, edad, forma de la copa, del tronco, podas realizadas, si tiene cavidades, algún tipo de herida, pudriciones, cordones o la diana, lugar en el que puede caer una rama. “Es muy diferente que esté ubicado en un lugar con poco tránsito en en zonas por las que pase el 80% de los visitantes”, aclara Mariano Sánchez, jefe de la Unidad de Horticultura del Real Jardín Botánico.
Un árbol en Madrid vive un tercio menos que en la naturaleza
Este especialista aporta su experiencia de años en la gestión del Botánico, un jardín antiguo y muy establecido, que recibe entre 440.000 y medio millón de visitas anuales. Con un plan de gestión desde 2001, los árboles están estudiados uno a uno. En su opinión, las siembras futuras deberían seguir un nuevo sistema. “Por ejemplo, no plantar árboles de crecimiento importante en praderas, para evitar que las raíces queden en superficie y se conviertan en inestables”, indica. “Los grandes árboles para las grandes avenidas”, puntualiza. Advierte, al mismo tiempo, que el programa que se adopte no puede limitarse a quitar. “La idea es que si hay algún ejemplar con problemas, se pode o se retire y después se proceda a plantar de acuerdo a las nuevas técnicas de arboricultura”, dice.
Confirmar cómo se encuentra de salud un árbol no es fácil. “El reconocimiento de la parte aérea en invierno es sencilla, porque están sin hojas, pero en verano se complica, sobre todo en ejemplares de 15 o 20 metros de altura”, explica Antonio Prieto, catedrático de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Montes de la Universidad Politécnica de Madrid y miembro del comité de expertos.
Otro de los problemas es el estudio de las raíces y del suelo. En el caso del Retiro, se emplearán sondas para medir las raíces y su profundidad. “Lo que no se distingue es si están vivas o muertas”, explica. El cambio de hábitos en la forma de riego ha propiciado una transformación en cómo se desarrollan las raíces. “Antes se regaba por inundación, pero ahora para ahorrar se realiza por goteo o por aspersión de tal forma que el árbol ya no busca la capa freática y se queda en superficie, lo que lo hace más inestable. “Y eso no es detectable, porque siguen creciendo bien de forma vegetativa”, explica Prieto.
Otro de los aspectos más importantes a determinar es si existe pudrición en el tronco o en las ramas. Se puede determinar si un árbol está hueco golpeando el tronco con un martillo y escuchando el sonido. Para los casos más complicados, se lleva a cabo una tomografía, técnica de ultrasonido que mide la velocidad con la que se transmite el sonido y permite saber si existen huecos. Se llevará a cabo solo en los ejemplares más singulares y de gran valor, aproximadamente un 2% del arbolado a estudiar.
Los expertos consultados coinciden en que la vida de un árbol en una macrociudad como Madrid no es sencilla. “Un ejemplar vive aquí entre un cuarto y un tercio menos que en su medio natural”, indica Prieto. Algunos, por su estructura, mueren en pie, pero otros con copa asimétrica o con inclinación del tronco se caen cuando les llega el momento. Todo ello, agravado por las podas salvajes que se hicieron hace 40 o 50 años y que ayudan a que aparezcan pudriciones. Por este motivo es tan importante, determinar el momento en el que hay que empezar a sustituirlos. Por ejemplo, las robínias pseudoacacias, uno de los árboles más plantados en Madrid, con un 7% del total, “habría que quitarlas a los 50 años con un buen plan de gestión”, indica el conservador del Jardín Botánico.
La especie que más abunda es el plátano de sombra (24% del total), que ocasiones plantado sin respetar la distancia de entre 12 y 14 metros entre ejemplares. Le sigue la acacia de japón con un 13% y el olmo pumila con un 10%. “Vamos a un dominio casi absoltuo del plátano y existen otras especies españolas perfectas como los tilos, castaños, robles..., que serían perfectos para nuestras calles”, opina Prieto. Ahora solo falta vencer la reacción adversa de la población cuando se trata de talar árboles. Pero a veces es necesario, recuerdan los especialistas.
“Alcorques reducidos, podas drásticas...”
¿Están bien mantenidos los árboles del parque y de la ciudad? La caída de un árbol que mató a un hombre de 38 años que jugaba con sus hijos en el Retiro dio la voz de alarma. Cayeron más ramas sin provocar heridos, y la semana pasada otra golpeó a cinco personas. Los recortes aparecieron inmediatamente como una de las posibles causas de un mantenimiento deficiente. La edil de IU-Los Verdes, Raquel López Contreras, recordó en la Comisión de Medio Ambiente de julio al PP que se paga un 35% menos por el contrato de limpieza viaria y jardinería. Esto implica 228 jardineros menos al día cuidando del arbolado y las zonas verdes. El delegado de Área de Medio Ambiente, Diego Sanjuanbenito, respondió que existen muchas razones que provocan que se quiebre una rama o se caiga un árbol. Durante este año el Ayuntamiento ha realizado, tanto en calles como en plazas y jardines, intervenciones en el 0,06% del arbolado, seis actuaciones por cada 10.000 árboles, aseguró Sanjuanbenito. También apeló a que los árboles caídos no presentaban ningún síntoma externo que permitiera prever el desenlace.
Ántonio Prieto, miembro del comité de expertos creado por el Ayuntamiento para estudiar la situación de los árboles del Retiro, explica: “No tenemos los mejores árboles del mundo, ni la ciudad es el lugar ideal para ellos, alcorques reducidos, contaminación, podas drásticas de hace años...”. Pero, al mismo tiempo, advierte de que un árbol tiene un ciclo de vida como cualquier ser vivo y que puede caer. Pero la incidencia es mínima. Le viene a la cabeza, los nueve muertos y 50 heridos que provocó en 2001 el derrumbe de un plátano en Estrasburgo sobre una carpa en la que se habían refugiado de una fuerte tormenta los asistentes a un espectáculo al aire libre. “¿Eso implica que se caen muchos árboles? Yo creo que no”, responde.
Ángel Muñoz, jefe de servicios de jardines y montes de Patrimonio, también mantiene que se debe conservar la calma. “El Ayuntamiento tiene un equipo multidisciplinar, existe un inventario de árboles en los que se registran hasta 20 parámetros distintos, entre ellos la edad y las posibles enfermedades”.
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