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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La excelencia valenciana de la Nueva Biología compite a nivel internacional

No es casualidad que de toda España sólo se presenten dos equipos valencianos al concurso más importante del mundo, el iGEM

Dos equipos de estudiantes e investigadores valencianos se encuentran en este momento preparando sendos proyectos científicos para competir a nivel internacional en el concurso de Biología Sintética más importante del mundo, el iGEM, cuya final se celebrará en la ciudad norteamericana de Boston el próximo noviembre. Pertenecen a la Universitat de València y a la Universitat Politècnica de València y están dirigidos por profesores e investigadores de estas dos instituciones y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Coincide que la UV, la UPV y el CSIC son las entidades promotoras del Campus de Excelencia Internacional de Valencia, VLC/CAMPUS. Y además, se da el caso de que los dos equipos valencianos son los únicos españoles que compiten en este certamen donde se tendrán que enfrentar a otras 246 agrupaciones organizadas por universidades de todo el mundo.

El desarrollo de las tecnologías ómicas, i. e. genómica, proteómica, metabolómica, etc., ha supuesto la disponibilidad de ingentes cantidades de datos sobre genes, proteínas o metabolitos que participan en los procesos biológicos. Nueva Biología son la Biología de Sistemas, la Biología Integrativa o la Biología Sintética, y todas ellas cambian el enfoque y estudian los organismos como sistemas integrados por redes complejas de interacciones entre genes, proteínas y reacciones bioquímicas. Los científicos de la Nueva Biología se organizan en equipos formados por ingenieros, físicos, bioinformáticos, genetistas, bioquímicos o biólogos celulares. El concepto clave de la Nueva Biología es interdisciplina.

La Biología Sintética es una disciplina que persigue el diseño de sistemas biológicos que no existen en la naturaleza con aplicaciones biomédicas, en agroalimentación o en biorremediación, entre otras. Con el objetivo de fomentar la educación, la competencia y el progreso de esta nueva área de la Biología, en el año 2003 al amparo del Instituto Tecnológico de Massachusetts, el prestigioso MIT, se creó la International Genetically Engineered Machine (iGEM) Foundation, que en el 2012 se convirtió en una organización independiente sin fines de lucro.

El equipo de la Universitat de Vàlencia y el CSIC, Valencia Biocampus, presenta el proyecto ST2OOL, que busca revisar los tres principios de la Biología Sintética que se siguen en la competición iGEM, conocidos como los tres dogmas de la ingeniería (normalización, estabilidad y ortogonalidad), diseñando experimentos para determinar si son aplicables a la biotecnología. Además, su proyecto tiene un cuarto pilar relacionado con la propiedad intelectual en el que plantean la definición de un escenario “tecno-moral”, que proteja el medio ambiente y maximice el beneficio social, compatible con la propiedad intelectual y la explotación de patentes. La novedad de esta rama del proyecto ya ha merecido el apoyo de SYNEGERGENE, un proyecto del Séptimo Programa Marco de la Unión Europea.

Por su parte, la Universitat Politècnica de València también junto al CSIC, presenta el proyecto Sexy Plant, una nueva estrategia, basada en la Biología Sintética, para la producción de feromonas sexuales de insectos destinadas al control de plagas en agricultura, evitando así la necesidad de plaguicidas mediante una estrategia conocida como de confusión sexual. La síntesis química de feromonas es muy costosa y genera residuos, lo que dificulta su implantación como alternativa sostenible a los plaguicidas. Por eso la UPV y el CSIC proponen un sistema de producción consistente en el diseño sintético de plantas capaces de producir y emitir feromonas sexuales que, colocadas en las proximidades de los cultivos a proteger, estén equipadas con un interruptor genético de modo que el agricultor pueda decidir en qué momento “activarlas” para confundir a los insectos. Además, estas plantas estarían dotadas de dispositivos genéticos adicionales para garantizar su bioseguridad, como un color distintivo y el ser estériles para evitar así su dispersión.

No es casualidad que de toda España sólo se presenten dos equipos valencianos a la edición de 2014. Ya en el año 2006, un equipo mixto de la UV y la UPV fue el pionero español en participar en el iGEM, y he de decir también que los estudiantes valencianos han quedado muy bien posicionados en ediciones anteriores. Sin ir más lejos, el año pasado el proyecto Wormboys liderado por la UV, que contó con la colaboración de la UPV y de la spin-off del CSIC Biopolis, fue premiado como la Mejor Nueva Aplicación en Biotecnología. Y es que Valencia es muy fuerte en el campo de estudio de la Biología. Sirva de ejemplo el que de los 11 centros que el CSIC tiene en la Comunidad Valenciana, varios de ellos compartidos con nuestros socios de las universidades, ocho desarrollan su actividad en campos relacionados directamente con la Biología. Para esta edición de iGEM, el equipo de la Universitat cuenta con la colaboración del Instituto de Física Corpuscular (CSIC-UV) y Biopolis, y el equipo de la UPV con el del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (CSIC-UPV).

Y tampoco es casualidad que los participantes españoles en iGEM 2014 pertenezcan a las tres instituciones impulsoras de VLC/CAMPUS, un polo de producción de ciencia y tecnología en el área metropolitana de Valencia capaz de generar iniciativas como las propuestas por los equipos participantes en iGEM 2014, lo que nos demuestra una vez más la importancia de aunar esfuerzos y trabajar juntos para poder competir a nivel internacional, que es el único ámbito en el que de verdad cuenta competir en ciencia.

En el CSIC estamos muy orgullosos de poder participar, junto con nuestros socios de la UV y la UPV, en una competición de relevancia mundial como iGEM. Estamos seguros de que los proyectos de los dos equipos valencianos quedarán bien situados en los resultados finales y esperamos que este esfuerzo de colaboración interinstitucional nos sirva para perseverar en nuestro propósito de seguir aunando recursos para continuar siendo competitivos a nivel internacional.

José Pío Beltrán es coordinador institucional del CSIC en la Comunidad Valenciana

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