La ortopedia protesta contra los ajustes
La Junta aplica a partir de agosto un recorte del 12,45% en las prestaciones de estos productos
Sebastián se encogió de hombros. No tenía ni idea de por qué cientos de personas, vestidas con batas blancas, gritaban delante de San Telmo. No lo sabía, pero por si acaso, él también hacía ruido. Este pequeño tiene ocho años y una pierna ortopédica. La que sí lo sabía era su madre, Marien, que vino desde Jaén para unirse a los empresarios del sector de la ortopedia en su manifestación contra el recorte del 12,45% que la Junta de Andalucía va a aplicar en las prestaciones de estos productos.
La protesta del sector tiene varios planos, explicó Javier Terrero, gerente de la Asociación de Empresas de Ortopedia Técnica de Andalucía. La chispa ha sido la orden que publicó la Junta el pasado 26 de junio en la que anunciaba el mencionado recorte, que se pondrá en vigor el 1 de agosto. Sin embargo, los productos ortoprotésicos del catálogo de la comunidad autónoma no aumentan con el tiempo, llevan sin modificarse desde 1998.
Si los productos no te suben y, además, hay un recorte, dime tú cómo podemos sobrevivir. Imposible Javier Terrero, gerente de ASOAN.
A esto hay que sumarle la bajada del presupuesto del sector, que en dos años ha pasado de 55 millones a 35, un 37% menos que en 2012. “Si los productos no te suben y, además, hay un recorte, dime tú cómo podemos sobrevivir. Imposible”, destacó Terrero. El gerente hizo sus cálculos. La medida va a suponer una destrucción de empleo y una reducción en las estructuras de entre el 25% y 30%, matizó.
“Entendemos que estamos en crisis, no pedimos un aumento de los precios”, señaló Manuel Fernández, jefe de sector de la empresa Queraltó. Lo que demandan, según aseguró, es que la Junta acceda a sentarse a dialogar con los empresarios para buscar una solución.
En el centro del círculo que formaron los manifestantes había siempre un remolino de sillas de ruedas dando vueltas. A Ana la llevaba su marido Antonio, que parecía una cajetilla de tabaco con los dos carteles que se había colgado, uno por delante y otro detrás, en los que se podía leer: “Los recortes en sanidad matan”. La pareja vino desde Jaén a apoyar la protesta. “Esta situación nos afecta directamente, las ayudas técnicas que necesitamos son periódicas, no nos duran siempre y son muy costosas”, explicó Ana, que sufrió poliomielitis de niña y a los 40 años las secuelas de la enfermedad la postraron en una silla de ruedas.
Pero no es el único producto ortoprotésico que necesita, también usa zapatos especiales y muletas. “Hasta ahora las personas con discapacidad no pueden tener quejas porque se ha estado subvencionando”, reconoció Antonio, que teme no poder costear este material, de primera necesidad, que precisa su mujer si se aplica la nueva orden.
Otra de las manifestantes, también de nombre Ana, se encuentra en una situación parecida. Su marido está en paro, tiene dos hijos estudiantes y solo recibe una pensión de 600 euros. Para moverse necesita una silla de ruedas eléctrica que tiene un valor de 4.000 euros. Pero su silla tiene ya más de cinco años y calcula que la tendrá que renovar dentro de poco. Un precio al que no puede hacer frente con sus ingresos.
Desde el otro lado, el de los empleados del sector, Jesús ve el futuro de su profesión con cierto recelo. "Tal y como están la cosas, o se transforma de manera global o desaparecerá", apuntó este trabajador. Lleva 37 años en el negocio y en su empresa tiene contratadas a cinco personas. Con la nueva medida no sabe si podrá seguir manteniendo esa cifra. "De cada 100 mil euros de facturación al año se nos irían 12.500, que es casi lo que cuesta un empleado", calculó.
La manifestación comenzó en San Telmo, pero terminó frente al Servicio Andaluz de Salud. Allí los trabajadores compusieron su particular bodegón con piernas ortopédicas, sillas y muletas. Antonio y su mujer, Sebastián y Ana, entre otros usuarios de material ortoprotésico, coronaron la marcha, justo por delante de la inmensa pancarta verde que ondeaba en plena calle.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.