Mas presiona a Pujol para que abandone todos sus cargos
CDC y la Generalitat esperan que renuncie hoy a la presidencia del partido y a sus prerrogativas
Ya no queda espacio para Jordi Pujol en la vida pública de Cataluña y, menos aún, en el partido que fundó. Esta es la conclusión a la que llegó este lunes la dirección de Convergència Democràtica de Catalunya, reunida de urgencia por su líder y presidente de la Generalitat, Artur Mas. La confesión del expresidente catalán, el pasado viernes, sobre una fortuna oculta en paraísos fiscales durante 34 años, centró toda la reunión. Al salir, el secretario de Estrategia del partido y mano derecha de Artur Mas en la Generalitat, Francesc Homs, anunció la inmediata adopción de medidas por parte del partido, algo que por la tarde repitió en relación al Gobierno catalán. Antes del anuncio de Homs, sus socios de Esquerra Republicana ya habían advertido de que no tolerarían que Pujol siga en la vida pública.
La intención es que Pujol deje el cargo de presidente honorífico de Convergència y renuncie a las prerrogativas que, por ley, tiene como expresidente de la Generalitat. Fuentes de la dirección nacionalista se mostraron confiadas anoche en que tirará la toalla antes de que el Gobierno catalán se reúna este martes por la mañana para abordar la situación. “Pujol sabe bien lo que tiene que hacer, siempre ha tenido olfato político”, aseguró un dirigente de Convergència.
El partido espera que la dimisión de Pujol permita alzar un muro de contención entre la Generalitat y el cúmulo de ilegalidades que el expresidente podría haber cometido. La intención a corto plazo es que el presidente catalán, Artur Mas, pueda acudir este miércoles a su esperada reunión con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, habiendo encauzado la crisis abierta por Jordi Pujol. “Mas demostrará en La Moncloa que lo ocurrido con el expresidente no condiciona ni el día a día de la Generalitat ni el proceso catalán”, aseguraron fuentes de la ejecutiva, que sin embargo reconocieron que el impacto de la revelación de Pujol ha sido “demoledor” para el partido y que este se encuentra aún en “proceso de duelo”.
Pese al intento de pasar página del Gobierno catalán y de Convergència, la lentitud del expresidente en tomar una decisión sobre sus cargos amenaza con una tormenta sin precedentes entre los nacionalistas. Anoche los dirigentes de Convergència consultados insistían en que era “inimaginable” e “improbable” que Pujol no dimitiera por sí mismo. Con todo, esos dirigentes admitían que desconocían el paradero del expresidente así como si este había hablado con Artur Mas.
Si Pujol no dimite por sí mismo, las medidas a tomar contra él no serán fáciles. En el partido el expresidente ostenta la presidencia de honor, un cargo al que accedió sin ni siquiera requerir el voto de los delegados del último congreso. Además, se sobrentiende que es un cargo vitalicio. Respecto a las prerrogativas como expresidente, estas se encuentran reguladas por una ley de 2003, que no prevé que se puedan revocar ni el sueldo ni las ventajas de los expresidentes. O sea, que sería necesario cambiar la ley.
Una pensión vitalicia de 86.418 euros
Jordi Pujol recibe una pensión de 86.418 euros al año por haber ejercido la presencia de la Generalitat entre 1980 y 2003, gracias a la ley que él mismo aprobó ocho meses antes de finalizar su mandato. Según esta, los expresidentes catalanes tienen derecho a cobrar el 80% del salario durante un periodo equivalente a la mitad de su mandato, con un mínimo de cuatro años. A partir de los 65 años, perciben el 60% de forma vitalicia.
La cantidad es mayor a los salarios anuales de los expresidentes del Gobierno central —cerca de 75.000 euros— y que los 78.175 que recibirá Mariano Rajoy este año. Pujol cobró el 80% durante una década y ahora, el 60%. Además, cuenta con una responsable de su oficina y dos secretarios que le costarán a la Administración un mínimo de 114.517 euros este 2014. El local donde se ubica la oficina tiene 441 metros cuadrados en el exclusivo Paseo de Gràcia. El alquiler anual asciende a 191.119 euros. A esto se suman los gastos de oficina y un coche oficial con chófer. Si falleciera, su mujer percibiría el 50% de la pensión. Los mismos derechos tienen los otros dos expresidentes José Montilla y Pasqual Maragall.
Esquerra Republicana, socia de CiU en la Generalitat, no está dispuesta a que el caso Pujol arrastre por el barro a todo el movimiento soberanista. La portavoz republicana, Anna Simó, exigió al Gobierno que retire las prerrogativas a Pujol mediante un decreto. “Este hecho es indigno de cualquier persona, y especialmente de un primus inter pares, un primero entre iguales. Pedimos que se le retiren todas las prerrogativas como expresidente de la Generalitat”.
ERC pidió una rápida actuación al Gobierno catalán. El consejero de Presidencia, Francesc Homs, respondió visiblemente contrariado cuando los periodistas le preguntaron por ello a media tarde. “Somos los primeros interesados en dejar las cosas claras en determinados aspectos. Comunicaremos la cuestión en la reunión de este martes”.
La exigencia de transparencia, sin embargo, no pasará por el Parlament. Al menos, de momento. ERC rechazará la petición de comisión de investigación que reclama el PP catalán. Lo hará porque, según Simó, las explicaciones deben darse primero en el juzgado.
Las muestras de rechazo hacia la actuación de Pujol se sucedieron ayer en círculos muy próximos al expresidente. Su cuñado y abogado Francesc Cabana fue muy claro. “Tengo una sensación de indignación, que ahora empieza ser un poco de compasión porque [a Pujol] lo querrán deshacer y liquidar, y seguramente se lo merece”, dijo. La exconsejera de Educación y amiga de Pujol Carme Laura Gil fue igual de dura en un escrito dirigido al expresidente. “Has roto algo más que tu imagen, has destrozado la confianza y la sinceridad de tus principios y has oscurecido el sitio que te había reservado la historia”. El PSC pidió, también, que el Ayuntamiento de Barcelona le retire a Pujol la Medalla de Oro de la Ciudad.
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