El centro de investigación que creó López Piñero tiene sus días contados
El CSIC se escuda en razones científicas que algunos investigadores niegan
“López Piñero fue un investigador excepcional”, reconoce el delegado del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en la Comunidad Valenciana, José Pío Beltrán. Al mismo tiempo, sin embargo, reafirma la decisión del consejo de abandonar el instituto de investigación que lleva el nombre del desaparecido historiador de la medicina valenciano. La denuncia del convenio con la Universitat de València (UV) en torno a este centro mixto de investigación conllevará su cierre el 15 de diciembre de 2014.
La carta de demanda solidaria, enviada por el claustro del Instituto López Piñero a diferentes centros de investigación españoles y extranjeros, que lleva ya más 750 adhesiones en change.org, rechaza la decisión “unilateral” y “sin previo aviso” de anular el convenio por parte del presidente del CSIC, Emilio Lora-Tamayo, que José Pío Beltrán niega. “El Consejo no toma decisiones a la ligera y a toda la gente le consta que el CSIC se ha planteado en más de una ocasión salir del instituto”. Desde el organismo de investigación estatal defienden que “solo quedan tres investigadores del CSIC” en el centro. Entre ellos está la directora, Mari Luz López, hija del médico que lo creó hace 30 años.
Lo cierto es que también hay varios técnicos y administrativos, además de tres becarias, una de ellas alemana. Para el CSIC no supone ahorro. Los sueldos tendrá que pagarlos igual y la aportación anual es nimia, apenas 7.000 euros. En su carta al rector de la UV, Lora-Tamayo arguye razones científicas, como “la considerable disminución de su actividad y producción” y la “significativa merma del personal” para no “continuar manteniendo un centro de investigación que en las referidas circunstancias no justifica su permanencia”.
El personal del centro, la mayoría de la UV, esgrime a su favor una alta productividad científica, puesto que se ha situado en el 100% el “cumplimiento de objetivos de investigación del año 2013”, según la evaluación del consejo. Las cifras que éste maneja de otros ejercicios son más bajas. “A nuestros socios les entregaremos un dossier con las razones científico-técnicas que avalan la salida del CSIC”, explica con prudencia Beltrán. Eso será en la comisión mixta y paritaria que constituirán ambas entidades.
“Queremos saber los problemas de calidad científica que sustentan su decisión y las causas”, explica Pilar Campins, vicerrectora de Investigación de la universidad. “Nos gustaría conservar el instituto en las condiciones en que está”, asegura, pero el rector y su equipo son conscientes de que el CSIC ha adoptado una decisión en sentido contrario. ¿Qué otras opciones quedan si, como es previsible, el CSIC no cambia de parecer? “Primero, hablar con nuestros investigadores para intercambiar soluciones”, señala la vicerrectora, que ve en la creación de un instituto interuniversitario “una posibilidad”. Podría ser con la Universidad de Alicante y la Miguel Hernández, que comparte con la UV el máster y doctorado de Historia de la Ciencia y Comunicación Científica que se pondrá en marcha en septiembre.
Otro instituto del CSIC y la Universitat
Pero esa hipótesis supone dos años como mínimo de tramitaciones, con la creación de una Estructura de Investigación Interdisciplinar primero y luego un instituto, que han de ser evaluados por la Agencia Nacional de Evaluación y Prospectiva.
En medio de ese proceso, el CSIC y la UV pondrán en marcha otro instituto, el de Biología de Sistemas. “Estará listo a finales de este año”, aventura José Pío Beltrán. Ambas instituciones cooperan en otros tres institutos más, que forman parte de la red de once centros (incluido por ahora el López Piñero) que el CSIC tiene en la Comunidad Valenciana. En total, cerca de 800 investigadores, un 30% menos de los que ha llegado a tener en tiempos de máximos.
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