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El pozo de la economía gaditana

La provincia de Cádiz, atrapada en un 43% de paro, trata de buscar salidas a su situación Las ayudas preferenciales no han logrado enderezar el rumbo

José Cortes, desempleado gaditano.
José Cortes, desempleado gaditano.eduardo ruiz

A sus 58 años, Pepe comenzará este próximo viernes un curso de capacitación de conductor. Ha hecho de todo. Ha sido repartidor de alimentos, ha trabajado en los astilleros, ha ayudado a levantar subestaciones eléctricas o depósitos de combustible. Nadie le podrá decir que no lo intenta cada día. Hace cuatro meses se marchó a Asturias con un amigo a pedirle trabajo a un empresario amigo suyo. Volvió a Cádiz sin respuesta. Como Pepe, que lleva sin trabajo desde principios del año pasado, otros casi 200.000 gaditanos son demandantes de empleo. La última Encuesta de Población Activa (EPA) revelaba que Cádiz lideraba la tasa de paro con el 43,23%, muy por encima del resto de provincias. Como le ocurre a Pepe, los intentos para salir de este pozo no funcionan.

Pepe es José Cortés. Pelo corto y blanco, 1,67 de altura y unos 65 kilos. “Me conservo bastante bien”, dice orgulloso. Se siente apto para trabajar a pesar de que con 58 años el mercado laboral le da la espalda. Su último trabajo fue en el puerto de Algeciras. “Estuve contratado en la instalación de unos depósitos de combustible en el muelle de Isla Verde”, explica. Fue hace más de un año. “Era un gustazo entrar en ese puerto a las seis de la mañana y ver todos esos contenedores que se mueven desde temprano”, detalla.

La provincia de Cádiz tiene estas cosas. Es líder en desempleo pero el puerto de Algeciras encabeza el tráfico de contenedores y, a pesar de las dificultades, ha crecido incluso en su volumen de negocio. No hay nuevas empresas capaces de aminorar el evidente paro registrado (196.643 en abril de 2014) pero sus compañías son líderes en exportación en Andalucía. Son las que más venden en el extranjero, gracias al empuje de la aeronáutica pero también de la ingeniería informática o la fabricación de piezas de materiales compuestos. En esta dicotomía del quiero pero no puedo se mueven los que diariamente trabajan para tratar de reducir el paro en Cádiz.

Gobierno y Junta quieren atraer inversiones con un plan territorial

La EPA del primer trimestre de 2014 servía en bandeja a Susana Díaz y su equipo un discurso triunfalista sobre creación de empleo. Andalucía registraba el mayor descenso del número de parados y crecía el número de ocupados de forma ostensible. Pero la provincia de Cádiz chafó el momento. Subió en todos los datos negativos y su tasa de paro se situaba en un alarmante 43,23%, a 10 puntos casi de la media andaluza y a siete de la segunda provincia con más paro de Andalucía, que era Málaga. En medio de una recuperación laboral en el entorno, Cádiz volvía a hundirse. El último dato de paro registrado, el de abril, ha aliviado, gracias a la Semana Santa, esa sensación de barco a la deriva. Aunque nadie termine de ver la luz en este túnel.

Los políticos con responsabilidad en la provincia gaditana están acostumbrados a que les pregunten. “Oye, ¿qué pasa en Cádiz?”. Lo sabe bien el delegado de Empleo, José Manuel Miranda, con apenas cuatro meses en el cargo. Suficientes para darse de bruces con una realidad de bondades y carencias. Empieza por lo bueno. “Tenemos una enorme potencialidad de crecimiento: está aumentando el número de turistas de crucero, somos líderes en mercancías marítimas, estamos a la cabeza en exportaciones, contamos con un polo químico muy consolidado, somos especialistas en aeronáutica y materiales compuestos, contamos con unos competentes astilleros, un fuerte sector turístico y un gran potencial agroalimentario y un enorme futuro en las zonas costeras”, enumera de carrerilla.

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Después vienen los peros. “La crisis ha demostrado que la economía gaditana era más endeble que lo que pensábamos. No ha podido superar las adversidades del mercado. Se ha notado en la construcción, en el cierre de empresas como Altadis, el declive de las bodegas, la falta de encargos en los astilleros”. Según Miranda, porque la crisis ha estallado sin los deberes hechos. “No es lógico que uno de los puertos más importante del mundo al que llegan los barcos más grandes y rápidos no tenga una conexión ferroviaria adecuada”, explica. Y pone un ejemplo. “Hay barcos que tardan en llegar a Algeciras desde China apenas una semana y su mercancía tarda 20 días en repartirse desde aquí. Es algo que no nos podemos permitir”.

El puerto de Algeciras sigue sin una buena conexión ferroviaria

El delegado de Empleo recuerda también las enormes carencias de suministro eléctrico que sufre la provincia a pesar de sus necesidades energéticas. “Hay un plan de inversión con un horizonte fijado en 2020. Pero no podemos esperar tanto”, lamenta. De ahí que Gobierno y Junta de Andalucía hayan ya acordado un nuevo plan de inversión para Cádiz. Se llama Iniciativa Territorial Integrada, un instrumento específico para Cádiz de atracción de inversiones europeas. El montante y el destino de esos fondos se conocerán este verano. Se sumará también a las ayudas que la Universidad y la Junta tratan de reunir bajo el paraguas de la economía azul, otro intento de atraer inversiones comunitarias en torno a todo lo que tiene que ver con el mar.

La historia ha dicho que los tratos prioritarios para Cádiz, hasta ahora, no han funcionado. Los planes de empleo, las ayudas a la reindustrialización, las inversiones preferenciales se han quedado en el camino sin cambiar el rumbo de la economía gaditana.

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