La hermana de un cabecilla de Emarsa se niega a aclarar su papel en la trama

El juez que instruye el caso Emarsa, que es como se denomina el saqueo de 26 millones de euros del organismo que depuraba las aguas residuales de Valencia, se ha quedado sin saber qué papel que jugó en la trama L. Cuesta, hermana del exgerente de Emarsa y cabecilla de la red corrupta, Esteban Cuesta.

La familiar del imputado se ha negado este jueves a declarar ante el magistrado Vicente Ríos, según fuentes de la investigación. El titular del juzgado de instrucción número 15 de Valencia le había citado en calidad de testigo para aclarar las acusaciones que su hermano realizó en una entrevista en el diario Levante-EMV, donde la situaba como responsable de repartir el botín.

La hermana de Cuesta corría el riesgo de entrar en el juzgado como testigo y salir como imputada, según fuentes de la investigación. Fuentes próximas a la acusación popular que ejerce el PSPV-PSOE descartan que ninguna de las partes solicite su imputación. La ley permite a un testigo acogerse a su derecho a no declarar con un familiar inmerso en la causa como imputado.

Esteban Cuesta relató que la red que supuestamente pilotó utilizó a su hermana para extraer el botín de cajeros automáticos. La intermediaria habría percibido una comisión mensual de 500 euros por este trabajo.

La hermana del exgerente de Emarsa se habría encargado –según el imputado- de repartir las mordidas al exvicepresidente de la Diputación de Valencia Enrique Crespo y a Juan José Morenilla e Ignacio Bernácer, exgerente y exjefe de Explotación de la Entidad Pública de Saneamiento de Aguas (Epsar), la empresa de la Generalitat que transfirió a Emarsa cien millones de euros durante el periodo investigado (2004-2010) y de donde salieron las mordidas a repartir entre los cabecillas.