Un encargo de la Armada garantiza trabajo en el astillero de San Fernando
La factoría de Puerto Real cumple cuatro años sin proyectos de buques
Los astilleros de la bahía de Cádiz vuelven a tener un encargo de la Armada. Uno de los dos Buques de Acción Marítima (BAM) contratados a Navantia se construirá en las factorías gaditanas, mientras que el segundo barco anunciado irá al centro gallego de Ferrol. Son en total 400 millones de presupuesto, 2,2 millones de horas de trabajo durante 30 meses, y unos 500 empleados implicados en el proyecto en los astilleros de Cádiz.
Sin embargo, la plantilla lo celebra con tibieza. Sobre todo, porque el encargo está lejos de alcanzar las expectativas de carga de trabajo que tienen los tres centros. “Con este contrato sólo hay faena para unas 500 personas. Eso quiere decir que con la plantilla de San Fernando ya está cubierto el trabajo. En Puerto Real vamos a seguir parados”, se queja Ramón Linares, presidente del comité de empresa de Navantia en Puerto Real. En esta factoría llevan cuatro años sin recibir nuevos contratos, al margen de algunos trabajos puntuales de reparación que no ofrecen estabilidad para la plantilla, y mucho menos carga para los empleados de las empresas auxiliares.
Los trabajadores llevan años pidiendo esta segunda fase de los BAM, pero su anuncio, realizado este miércoles por el presidente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), Ramón Aguirre, en Galicia, les ha dejado fríos: en lugar de los cuatro barcos encargados en el año 2006, ahora llegan dos y, de ellos, sólo uno dará trabajo a Cádiz.
La falta de entusiasmo de la plantilla viene también motivada por el momento de la noticia. Antes de que el Partido Popular llegara al Gobierno, ya había habido un compromiso del Ministerio de Defensa de desbloquear este programa y firmar estos contratos. Desde la llegada del nuevo Ejecutivo, los anuncios se han ido sucediendo, sin materializarse hasta ahora. En septiembre de 2012, el propio Ramón Aguirre comunicó la llegada de dos importantes contratos de 1.200 millones de euros para Navantia. Luego vinieron otras promesas, hasta llegar a la del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en febrero de este año. Montoro dijo entonces que el Gobierno encargaría un nuevo barco a Navantia, pero sin entrar en detalles sobre el tipo de contrato o dónde iría a parar el trabajo.
Ahora, a pocas horas de que arranque la campaña para las elecciones europeas, el anuncio se hace realidad. Por eso, según José Antonio Oliva, presidente del comité de Navantia en San Fernando y portavoz del comité intercentros de la bahía de Cádiz, “la satisfacción no es plena”. “Es un anuncio político, que se hace en plena precampaña y que nos da la pésima sensación de que la gestión de Navantia es política”, explica Oliva.
El reparto del contrato entre Cádiz y Ferrol también ha provocado comentarios en los trabajadores. El presidente del comité isleño destacó la “solidaridad” de sus compañeros, ya que aunque la experiencia “señala a la bahía de Cádiz como el lugar donde se desarrolla el programa BAM, están felices de que también dé carga de trabajo al centro de Navantia en Ferrol”. La factoría gallega también atraviesa momentos complicados, pero datos de la propia empresa señalan que mientras las plantas gaditanas tienen una tasa de subactividad en torno al 70 y 80%, en Galicia este porcentaje se reduce al 30%. Para José Antonio Oliva, tan importante es que haya carga de trabajo en el grupo como que ésta “esté equilibrada”.
Frente a los recelos y la frialdad de la plantilla de los astilleros, los dirigentes del Partido Popular en Cádiz han mostrado inmediatamente su satisfacción. “Los trabajadores de Navantia sabían que nuestro trabajo se basaba en hechos, no en palabras vacías”, ha manifestado el presidente del PP provincial, Antonio Sanz.
Además del contrato de los BAM, los astilleros están también a la espera del contrato de un buque gasero. A finales del pasado año se perdió la oportunidad de hacerse con los cuatro barcos anunciados para Gas Natural y Repsol, que finalmente se fueron al sudeste asiático, pero tras el fiasco el Gobierno apuntó a la posibilidad de hacerse con un quinto contrato, del que aún no hay novedades. Los trabajadores siguen también de cerca otras acciones comerciales de Navantia en el extranjero, que podrían traer contratos desde Catar.
Mientras todo esto —a excepción del BAM, que podrá comenzar a construirse tras el verano— siga en el aire, las plantillas de los centros gaditanos continuarán con sus movilizaciones. El próximo día 15 tienen prevista una manifestación conjunta de las tres factorías para exigir carga de trabajo suficiente para garantizar la faena.
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