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No hay calles para tanto difunto ilustre

Madrid promete un vial al escritor colombiano Gabriel García Márquez Hay 18 homenajes pendientes a celebridades desde hace hasta cuatro años El fin de la burbuja inmobiliaria dificulta encontrar espacios nuevos para bautizar

La plazuela con la que se homenajeará a Thatcher.
La plazuela con la que se homenajeará a Thatcher.LUIS SEVILLANO

Madrid prometió ayer una calle al escritor colombiano Gabriel García Márquez, fallecido el pasado jueves. Pero no será fácil: la ciudad apenas crece, y carece de nuevas vías por bautizar. De hecho, hay una veintena de figuras célebres en lista de espera, a las que se prometió también su propio espacio hace años y que aún carecen de él. Algunas, como la ex primera ministra británica Margaret Thatcher o el entrenador de fútbol Luis Aragonés, apenas tuvieron que esperar un año y ya figuran en el callejero. Otros, como el sociólogo José Vidal-Beneyto, el empresario estadounidense Steve Jobs o el político Santiago Carrillo, llevan hasta cuatro años aguardando un homenaje que podría demorarse aún más.

¿Quién pone los nombres?  La ordenanza de denominación de vías, aprobada en mayo de 2013, prevé que sea el concejal de distrito el que eleve la petición a la Junta de Gobierno, que podrá sancionarla tras informe de las áreas de Urbanismo, Las Artes y, en el caso de parques, Medio Ambiente.

Lista de espera para una calle

  • El exalcalde franquista de Madrid Miguel Ángel García Lomas,muerto en 1976, lleva esperando su calle desde que la aprobara el pleno en 2002.
  • Desde 2010, aguardan ese homenaje José Vidal Beneyto, Guillermo Luca de Tena y Marcelino Camacho.
  • Desde 2011, Ramón Estalella, Juanita Reina, Jorge Semprún, Enrique Curiel, Carlos Morla Lynch, Jesús del Pozo, Steve Jobs y Manuel Piña.
  • Desde 2012, Antonio Mingote, Gregorio Peces-Barba, Ángel Sanz Brinz y Santiago Carrillo.
  • Desde 2013, Sara Montiel y José Luis Sampedro.

El pleno puede también proponer nombres “con el fin de reconocer los méritos, significación o trayectoria especialmente relevantes de una persona, institución o acontecimiento”, como hará en mayo con García Márquez. Pero su propuesta no se ejecuta directamente, sino que se comunica a los concejales de distrito para que la tengan en cuenta de forma “preferente” pero no obligatoria.

¿Qué nombre poner? Cualquiera de “uso general” que “no induzca a error, sea malsonante, provoque hilaridad o sea discriminatorio”. No se pueden repetir, no valen los de personas vivas, y deben ajustarse a la “nomenclatura predominante en la zona”.

Los nombres ya asignados solo se pueden cambiar “por imperativo legal” o “circunstancias excepcionales”. El PP se ha negado reiteradamente, por ejemplo, a desterrar del callejero a figuras franquistas (en 2011 había 165).

Por iniciativa del edil de distrito se han puesto recientemente cuatro nombres en Latina: dos de flores, el del exalcalde de Carabanchel Alejandro Navarro, y Pilar. En 2013 se bautizaron tres calles en Barajas (con nombre de playa), y otras tres en Villa de Vallecas, Villaverde y San Blas.

La ocasión de Valdebebas. En algunos distritos, como Centro, parece imposible abrir hueco a nuevos nombres: el relojero José Rodríguez Losada lleva años esperando su oportunidad junto a la Puerta del Sol. Pero el final de la burbuja inmobiliaria ha paralizado también el resto del callejero.

El último bautismo colectivo se produjo en julio de 2012 en el nuevo barrio de Valdebebas. Sus viales se dedicaron a 47 arquitectos, urbanistas y paisajistas, pero se aprovechó también para homenajear a los políticos Manuel Fraga Iribarne (fallecido seis meses antes) y Jordi Solé Tura (muerto en 2009), el militar Manuel Gutiérrez Mellado (1995), el dirigente Juan Antonio Samaranch (2010), el cineasta Luis García Berlanga (2010) y la infanta María de las Mercedes de Borbón (2000).

Calles de vía rápida. Fraga, fundador del PP, logró su avenida en seis meses. Aragonés obtuvo la suya, junto al futuro estadio del Atlético, en dos. El político surafricano Nelson Mandela tenía una plaza esperando en Lavapiés un mes después de su muerte, en diciembre de 2013. Thatcher tiene la suya, junto a Colón, a punto de ser aprobada cuando se cumple un año de su final. Cristina Arce y Rocío Oña pusieron nombre a otra en Barajas un año después de fallecer en la tragedia del pabellón municipal Madrid Arena. Y el disidente político Oswaldo Payá tendrá su calle en Hortaleza dos años después de morir (al chocar el coche que conducía el asesor municipal y dirigente del PP Ángel Carromero).

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