Deusto rinde homenaje al juez Lidón, asesinado por ETA
La Universidad inaugura la Plaza de la Memoria, un espacio en recuerdo de "todas las víctimas de la violencia"
La Universidad de Deusto ha homenajeado hoy al juez y profesor José María Lidón, asesinado por ETA en 2001, y a todas las víctimas de la violencia en los 128 años de historia del centro académico, en un acto en el que el rector, José María Guibert, ha reprochado que se condenen unos atentados y otros no. El homenaje a Lidón, con cuyo nombre se ha bautizado una sala de reuniones de la universidad bilbaína, ha contado con la asistencia de la viuda, María Luisa Galarraga, y los hijos, Jordi e Iñigo, de José María Lidón, que murió tiroteado por dos terroristas el 7 de noviembre de 2001 cuando salía en su coche del garaje de su domicilio en la localidad vizcaína de Getxo, informa Efe.
En un emotivo discurso, Jordi Lidón ha dicho que sus hijos nunca conocerán a su "aitite", pero sabrán que "su legado es imborrable", y ha destacado que su padre dejó "una huella muy profunda". Después de que la viuda de Lidón haya descubierto la placa de la sala con el apellido de su marido, se ha inaugurado dentro del recinto universitario una plaza en memoria de todas las víctimas de la violencia y la vulneración de los derechos humanos a lo largo de los 128 años de historia del centro académico, fundado en 1886 por la Compañía de Jesús.
Al doble acto de homenaje han asistido autoridades como la consejera de Seguridad del Gobierno Vasco, Estefanía Beltrán de Heredia; el presidente del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, Juan Luis Ibarra; y el fiscal de este tribunal, Juan Calparsoro. Han acudido también el responsable de la Secretaría de Paz y Convivencia del Ejecutivo Vasco, Jonan Fernández, junto con los portavoces del PNV y el PSE-EE en las Juntas Generales de Bizkaia, Lorea Bilbao e Iñaki Egaña, respectivamente, y otras decenas de personas de los ámbitos de la universidad y la judicatura.
En el homenaje a su padre, Jordi Lidón ha destacado que se trataba de un día "muy emocionante" por el reconocimiento "precioso, sincero y cálido" que ha recibido José María Lidón, para quien la Universidad de Deusto fue "algo más que un lugar de trabajo; fue su segunda casa". Tras resaltar que a él le ha ocurrido como a su padre, que conoció a su esposa en la Universidad de Deusto, Jordi ha dicho que el juez y profesor Lidón "contagió su pasión por el derecho penal, la tolerancia y la libertad de ideas". "La Universidad estaba en el corazón de mi padre, y ahora sabemos que mi padre está también en el corazón de la Universidad", ha añadido.
El rector José María Guibert ha señalado que este acto trae a la memoria "una de las páginas más tristes" de la historia de la Universidad de Deusto. Ha añadido que la muerte de Lidón contribuyó a "revalidar en los profesionales del derecho su deseo y compromiso de profundizar en mejorar el sistema de justicia al servicio de la humanidad". Guibert ha recordado que la universidad ha hecho ya otros homenajes religiosos y civiles a quien fuera profesor del centro, como la edición de los "Cuadernos Penales José María Lidón", para "mantener viva" su memoria y la "insoportable injusticia de su muerte".
Tras abrirse la Sala Lidón, se ha inaugurado la Plaza de la Memoria en una zona del campus bilbaíno que no tenía nombre, con la que la Universidad de Deusto quiere dejar patente su "implicación con todas las personas víctimas de la violencia y la vulneración de derechos humanos". En este acto, el rector ha criticado que "en pleno siglo XXI" haya todavía "quienes condenan unos actos violentos y se inhiben ante otros", y ha rechazado que se "legitime" la vulneración de los derechos humanos".
Guibert se ha referido a que ETA y grupos análogos son causantes de "casi un millar de muertes", así como al "otro centenar de muertos" provocados por los GAL y otros grupos similares y a otras cien muertes atribuibles "a las fuerzas de seguridad". El rector, que ha hecho varias citas de la exhortación apostólica Evangelii Gaudium del papa Francisco, ha aludido también a la expulsión de los jesuitas del campus hace 80 años y a las 300 personas que murieron tras los muros del centro cuando éste se convirtió en un "campo de concentración" durante la guerra civil.
En la inauguración de la Plaza de la Memoria, los asistentes al acto han ido depositando en un recipiente 128 rosas blancas para simbolizar las vulneraciones de derechos humanos habidas en los años de historia de la Universidad de Deusto.
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