Los estudiantes se solidarizan con sus compañeros detenidos en la Complutense

Es el turno de los estudiantes. En una ambiente contaminado por los disturbios al término de la Marcha de la dignidad el sábado pasado y por la detención de 53 universitarios en el encierro en el Vicerrectorado de la Universidad Complutense este miércoles, en torno a un millar de jóvenes se ha manifestado desde la plaza de Atocha a Sol para protestar contra la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), impulsada por el ministro de Educación, José Ignacio Wert.

Los saltos de los jóvenes llegan alto cuando escuchan “ministro el que no bote”. Ana García, miembro del Sindicato de Estudiantes que organiza la manifestación, relata fríamente su visión: “El Gobierno ha intentado criminalizar nuestra huelga. Los estudiantes no debieron ser detenidos en ningún caso. Es escandaloso y lamentable”. Y añade: “Pedimos desde aquí que se le retiren todos los cargos y la dimisión de Cristina Cifuentes y del rector de la Complutense, José Carrillo”. De repente un compañero se acerca y le da detalles sobre los jóvenes detenidos el miércoles, ya puestos en libertad, “les han tenido durante siete horas esposados y mirando a la pared”.

Una veintena de trabajadores de Coca-Cola y de Telemadrid también han acudido “para apoyarnos mutuamente”, explica un joven empleado de Coca-Cola que reparte pegatinas: Si Madrid no fabrica, Madrid no consume. “Estamos aquí para apoyar la lucha por lo público. Telemadrid es vuestra. El futuro es vuestro”, grita por un altavoz un hombre con la camiseta en defensa de Telemadrid.

“A nosotras no nos va a pillar [la reforma educativa], pero estoy aquí porque no quiero que a mi prima, por ejemplo, le afecte”, defiende Alba Díez, estudiante de 2º de bachillerato, que ha acudido a la manifestación con la camiseta verde símbolo de la marea que lucha por la educación pública. “Queremos que bajen las tasas y que no se eliminen las becas, porque ahora ya cuesta un pastizal ir a la universidad”.

En el segundo día de paro educativo, Satu Palencias y Ester Ortega han decido acompañar a su hija, estudiante de 2º de ESO, a la protesta. “Ayer ya nos planteó hacer la huelga, pero yo también estudio, en una escuela de artes aplicadas, y no me gusta faltar a clase”, cuenta la madre, “pero claro que hay que estar aquí”. Ellas van de verde, él es sindicalista de CC OO: “Lo que quieren con la reforma es mano de obra barata”, critica el padre.

No todos son jóvenes. Paco Montero, jubilado, ha seguido a pie la protesta. "Tengo conciencia de clase y veo un futuro muy negro para los jóvenes. Si suben las matrículas a los hijos de clase obrera y bajan los sueldos a sus padres. Estos no les podrán pagar sus estudios. Los únicos que estudiarán serán los ricos y los que seguirán gobernándonos", argumenta Montero.

Por la calle de Atocha pasan cientos de jóvenes gritando lemas muy parecidos a los que se escucharon en la Marcha de la dignidad el sábado pasado a los que han sumado otros de su sector: “Ministro, dimite, el pueblo no te admite”.

Ya en la Puerta del Sol, un grupo de encapuchados ha intentado agitar el final de la concentración. Prácticamente al tiempo en que los estudiantes han coreado: "Fuera los violentos de la manifestación". Mientras, una decena de antidisturbios se encontraban en el hall de entrada de la comisaría de la policía municipal en la calle de Montera. Al fondo aún se oye: “Si somos el futuro ¿por qué nos dan por culo?”.