La Junta estudiará la situación de la Cámara de Comercio de Córdoba
El pleno del organismo respalda al presidente pero atestigua la división interna
El pleno de la Cámara de Comercio de Córdoba, que el pasado martes pretendía despejar todas las dudas sobre la gestión de su presidente, Ignacio Fernández de Mesa, y del resto del comité ejecutivo, terminó con dos visiones diametralmente distintas. El máximo responsable del órgano se sintió plenamente respaldado por el pleno, mientras que los vocales de la asociación Comercio Córdoba calificaron el resultado de “golpe de estado” y anunciaron que pedirán la intervención de la Junta.
La delegada regional de Comercio en la provincia, María de los Santos Córdoba, ha asegurado este miércoles que dicha solicitud de amparo e intervención obligará a que se abra “un expediente informativo, para determinar si se dan las causas excepcionales” que llevarían a la Junta de Andalucía a intervenir la entidad, dado que tiene la tutela administrativa de la Cámara.
¿Y cuáles serían esas condiciones? “Una situación de ingobernabilidad en la Cámara, la dimisión de su presidente o que no esté operativo una parte del pleno o también porque se estén dando condiciones que contravengan la normativa vigente”, explica la delegada de la Junta.
El pleno de la Cámara fue muy tenso. Comenzó a las siete de la tarde del pasado martes con la presencia de 39 vocales que escucharon la lectura del informe del presidente. A su término, Fernández de Mesa dio paso a una votación que no estaba prevista en ese momento para respaldar o no el informe. Los vocales del grupo Comercio Córdoba (13) abandonaron temporalmente el salón como señal de protesta. Los 26 representantes restantes respaldaron al presidente (24 a favor, una abstención y un voto nulo). La secretaria dio por bueno el proceso ya que los vocales ausentes contaban a efectos legales como abstenciones y al inicio del pleno se superaba el quórum (27 asistentes).
Trece de los 39 vocales abandonaron la sesión en señal de desacuerdo
A partir de ahí, el desarrollo del pleno se precipitó. El segundo punto, cuando el grupo Comercio Córdoba iba a aprovechar para preguntar al presidente, no fue tan extenso como esta patronal pretendía. “Han preguntado todo lo que han querido”, dijo Fernández de Mesa. “Apenas nos ha dejado preguntar nada. En un momento ha dicho que todo había acabado y se levantaba el pleno”, criticó Rafael Bados, presidente de Comercio Córdoba.
“Lo que ha pasado esta noche ha sido un golpe de estado, por eso vamos a pedir que el organismo tutelante, la Junta, intervenga la Cámara”, resumió Bados a la puerta de la Cámara de Comercio. "Se ha perdido una oportunidad magnífica para dar transparencia a la Cámara de Comercio y demostrar a la sociedad que los empresarios podemos funcionar con normalidad. Yo no he podido hacer unas cuantas preguntas que tenía pensadas”, se queja Alberto Rosales, vocal de Comercio Córdoba.
Durante la cita no se llegó a pedir la dimisión del presidente o de los miembros de la cúpula. Y Fernández de Mesa tampoco parecía con ánimo de irse. “¿Piensa acabar su mandato?”, le preguntaron los periodistas. “¿Por qué no?”, respondió lacónicamente.
Durante el pleno, el presidente expuso su respuesta sobre las dudas planteadas a su gestión publicadas en los medios de comunicación. Como los pagos periódicos a la Confederación de Empresarios de Córdoba (CECO) —en los que se ha visto una financiación oculta a la patronal cordobesa—, sus gastos en viajes de representación; las cenas de lujo; los cursos de su hijo en la Cámara de Comercio y la carta de recomendación que, con membrete de la Cámara, le envió a su homónimo español en Londres pidiéndole trabajo para su hijo. Según el presidente, cada uno de esos gastos estaba perfectamente justificado y la misiva era una más dentro de las cartas tipo que se mandan desde la Cámara.
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