La mitad de los bares ofrece aceiteras rellenables pese a su prohibición legal
El Gobierno exige desde hoy un sistema de apertura en los envases de aceite para el público
Desde este sábado los bares y cafeterías tienen prohibido ofrecer a sus clientes aceiteras rellenables, al expirar el periodo transitorio contemplado en el decreto aprobado por el Gobierno el pasado noviembre. En Andalucía son 45.000 los establecimientos de hostelería (350.000 en toda España) sujetos a esta normativa, que el Ministerio de Agricultura aprobó a instancias del sector olivarero para prestigiar el producto y aumentar la garantía ante los consumidores.
A falta de datos oficiales, las estimaciones del sector son que al menos la mitad de los establecimientos incumple todavía esta normativa al no haber cambiado sus aceiteras rellenables por envases etiquetados que, según contempla la norma, deben estar provistas de un sistema de apertura que pierda su integridad tras su primera utilización y disponer de un sistema de protección que impida su rellenado una vez agotado su contenido original.
En la provincia de Jaén, la principal productora de aceite de oliva, el presidente de la Asociación de Bares, Cafeterías y Restaurantes, Gabriel Archilla, indicaba recientemente que apenas el 45% de los establecimientos estaba en condiciones de cumplir la normativa a principios de marzo, un porcentaje que incluso puede ser menor en otras provincias. Los hosteleros no ocultan sus reticencias a esta normativa por entender que supondrá un incremento de costes, que fuentes del sector estiman en 30 céntimos por unidad.
Frente a los recelos de los hosteleros, las empresas aceiteras sí que han renovado sus formatos. Es el caso de la Denominación de Origen Sierra de Cazorla, que ha puesto en el mercado unos juegos de madera con tres botellas de 250 mililitros, que contienen aceite de oliva virgen extra de las variedades royal, picual y ecológico. Además, ha creado un logotipo que distingue a las aceiteras irrellenables destinadas al sector hostelero. Se exceptúan de esta obligación los aceites de oliva que han sido aromatizados por el propio establecimiento mediante maceración de diferentes especias y condimentos como ajo, laurel y pimienta, entre otros.
Mientras tanto, la Secretaría General de Consumo de la Junta iniciará en los próximos días una campaña de inspección para comprobar qué bares y restaurantes utilizan aceiteras no rellenables y correctamente etiquetadas, informa Europa Press. Las sanciones para los que incumplan esta normativa oscilan entre los 600 euros, para casos leves, y los 600.000 euros en casos muy graves donde se constate que exista un fraude alimentario con riesgo para la salud pública.
La petición de prohibir los envases rellenables partió desde Andalucía, que concentra más del 80% de la producción nacional de aceite. Tanto el Gobierno andaluz como las cooperativas oleícolas aplauden la medida, aunque lamentan que no se aplique en el resto de países de la UE tras el rechazo de la Comisión.
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