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Elecciones en la Universitat de València

La escasez económica lima las diferencias entre los candidatos a rector

Morcillo y Martínez coinciden en que no hay autonomía universitaria sin suficiencia financiera

Vicent Martínez y Esteban Morcillo, en el cara a cara de la SER y EL PAÏS.
Vicent Martínez y Esteban Morcillo, en el cara a cara de la SER y EL PAÏS.monica torres

Comenzaron la precampaña enseñando los dientes, justo el mismo día en que formalizaban sus candidaturas a rector. Para ser justos, fue el aspirante el que disparó primero. Y enseguida el actual rector dejó claro que no estaba dispuesto a que nadie pusiera en tela de juicio la dignidad universitaria. Pero ninguna de las invectivas que entonces floraron, asomaron siquiera este martes en el primer cara a cara que Vicent J. Martínez y Esteban Morcillo protagonizaron a instancias de SER Valencia y EL PAÍS, moderado por Bernardo Guzmán.

Era justo la víspera de la campaña electoral, que arranca hoy miércoles y que volverá a encarar a los académicos contendientes mañana jueves, con la exposición de programas y equipos ante el Claustro. Ambos coincidieron en subrayar que la universidad “es el proyecto social más importante”, por el retorno que genera en la sociedad y que la Administración, en este caso, la Generalitat, ha de ser coherente con esa relevancia de la educación superior a la hora de financiarla. Ambos convinieron en que la relación ha de ser de diálogo, incluso “cordial”, dijo Martínez, y ambos estuvieron de acuerdo en que no es posible la autonomía universitaria si no hay suficiencia financiera.

Esa suficiencia es la que está ahora en cuestión. Según el actual rector, la Universitat de València y, por extensión, las demás públicas, están “al límite del sostenimiento y el mantenimiento de la calidad educativa, de la calidad de la investigación y del conjunto de visiones que tiene la universidad más allá de la docencia y la investigación”. Morcillo recordó que en 2010 el Sistema Público Universitario Valenciano (SPUV) contaba con 800 millones de euros que en los presupuestos de 2014 se han quedado en 665 millones.

Morcillo reitera la expresión “al límite”, por la contratación y por la economía

Preguntados por si habrá despidos, Morcillo reafirmó el compromiso sobre su eventual dimisión “si la reducción presupuestaria excediera el límite necesario para el mantenimiento de la plantilla”. Martínez reclamó “un compromiso firme y decisivo con la plantilla” para que no haya despidos y “poner todos los mecanismos de control de gasto y la priorización de los recursos” para neutralizar “ese fantasma”.

Lógicamente, el catedrático de Astronomía no dejó pasar la oportunidad de criticar a su oponente. Pero no lo hizo con la contundencia que la convención espera de un aspirante, que poco tiene que ganar y nada que perder y, menos aún, con la fuerza que se espera de quien ha roto la tradición —cosa que justificó con naturalidad estatutaria en el curso del debate— de no cuestionar al rector que opta a la reelección. Tal vez porque se reserva para la campaña, quién sabe. El caso es que ejerció la crítica con tal suavidad que probablemente si el catedrático de Farmacología no se hubiera ocupado suave, aunque firmemente, de neutralizarla, podría haber pasado inadvertida.

De hecho, al inicio del debate se les preguntó por qué se juega la universidad en estas elecciones y Martínez dijo que “es posible gestionar la institución mirando más a las personas”. Morcillo replicó “que las personas han estado en el centro de las prioridades de la universidad en estos cuatro años”. La necesidad de cohesión ante las “amenazas externas” fue uno de los argumentos aducidos por el rector para su concurso en la reelección.

Martínez insiste en la necesidad de valorar y consensuar las prioridades

El aspirante aprovechó para matizar que “las amenazas son externas, pero las formas en que las combatimos son diferentes”, y reclamó “una respuesta firme y contundente a lo que debe Generalitat”. A ello Morcillo respondió con firmeza: “Si hablamos de exigir, la Universitat de València es la única que ha formalizado un recurso por más de siete millones de euros contra la Generalitat en pago de los intereses que ha tenido que hacer frente por créditos bancarios”, al no llegar a tiempo la transferencia autonómica.

En líneas generales fue coincidente el análisis sobre la progresiva precarización de la plantilla, a causa del llamado decreto 14/2012 o “decreto Wert”, que situaba la tasa de reposición del profesorado en el 10% de las jubilaciones. El aspirante aprovechó para reivindicar “imaginación jurídica” en su resolución. Morcillo no tardó en referirse a que los servicios jurídicos de la universidad han estado en todo momento al servicio de los profesores afectados por estas limitaciones para asesorarlos.

La CRUE, dijo, está presionando y proponiendo soluciones mientras que la UV ha llegado “al límite”, porque tiene “casi 50 plazas en un recurso contencioso administrativo” interpuesto por el Ministerio de Hacienda, debido a que “la universidad ha ejercido hasta el mismo borde del tope jurídico la voluntad política de promocionar” a los profesores no funcionarios. Este colectivo, especificó Martínez “estaba hace unos años en el 30% ahora esté cerca del 50%”.

Si nos fijamos en la reiteración de conceptos, llamó la atención el uso de la expresión “al límite” en tres ocasiones por parte de Morcillo: en alusión a la financiación y a la contratación docente, en particular. Otras tantas veces se refirió Martínez a la necesidad de “valorar y consensuar las prioridades de la Universitat”: lo situó como principal reto y como primera medida a tomar si llegara a ser rector.

Sin fondos no hay autonomía

Una clave de por qué en el momento actual resulta difícil para los candidatos a rector marcar diferencias es la precariedad de la propia autonomía universitaria en un contexto rayano en la insuficiencia financiera. Aunque no solo por esto. En el curso del debate Morcillo se mostró escandalizado por el hecho de que la política de educación, y “esté en manos del Ministerio de Hacienda” que bloquea la promoción del profesorado más joven y dinámico. Martínez llegó a decir que la autonomía “se está perdiendo” y que a veces parece que “el jefe de personal de la universidad está en Campanar, sede de la Consejería de Educación”.

Sin suficiencia financiera no hay verdadera autonomía universitaria, constató tajante el actual rector. El año pasado por estas fechas los rectores de las universidades públicas se reunieron con los titulares de Educación y Hacienda y les arrancaron el compromiso de recibir la subvención mensual que les corresponde. Es decir, no acumular más atrasos. Y han cumplido. Pero ahora toca “seguir exigiendo con más firmeza, con todos los recursos a nuestro alcance”, proclamó Morcillo, que se refirió al requerimiento, en marcha, de la anualidad correspondiente a 2013 “de la deuda antigua” o histórica. Pero aún quieren ir más lejos, confesó, pidiendo “no solo las transferencias corrientes, sino un esfuerzo suplementario para comenzar a cobrar la deuda reciente”. Es la autonomía lo que está en juego.

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