La supresión de las balanzas fiscales indigna al empresariado catalán
El ‘plan b’ de Rajoy contra el soberanismo amenaza con volverse contra el PP
El plan del Gobierno para desmontar los argumentos de los partidos soberanistas catalanes y desinflar así el independentismo amenaza con lograr todo lo contrario. La convención del PP del pasado fin de semana en Barcelona, las comparaciones que allí se hicieron entre la situación catalana y la del País Vasco en tiempos de ETA, y especialmente la decisión del Ejecutivo central de no publicar las balanzas fiscales han generado una nueva oleada de indignación en Cataluña. Y esta no se limita a los partidos soberanistas y a la Generalitat, sino que alcanza a amplios sectores del empresariado, al PSC e incluso a Ciutadans.
El PP pretendía que la convención catalana fuera el arranque de una campaña para aportar datos y hechos con los que desactivar las tesis que señalan que Cataluña saldría ganando en todos los terrenos en caso de independizarse. Entre los ejes de ese plan destacaba el discurso del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, advirtiendo del empobrecimiento al que puede llevar el plan soberanista de la Generalitat. También lo era el argumentario que el Ministerio de Asuntos Exteriores ha enviado a las embajadas para contrarrestar el discurso independentista. Sin embargo, dos circunstancias amenazan con tumbar el plan. La primera, el anuncio de Montoro de sustituir la publicación de las balanzas fiscales por “cuentas públicas regionalizadas”, provocó ayer la queja formal de la patronal Fomento del Trabajo. La segunda, la comparación que la presidenta regional del partido, Alicia Sánchez-Camacho, hizo el viernes con el PP vasco de años atrás, ha generado todo tipo de críticas en Cataluña.
La patronal catalana, tradicionalmente próxima al PP y reacia al plan soberanista de Artur Mas, reclamó ayer “transparencia” a Montoro y le exigió que, con independencia del nuevo sistema, dé a conocer también los saldos fiscales con la metodología “tradicional”. Fuentes cercanas a la patronal, que se plantó en la petición del pacto fiscal, explicaron que la contundencia de su comunicado, poco frecuente —máxime tratándose de una cuestión política—, se debe a que las intenciones de Montoro han caído como un jarro de agua fría entre las grandes empresas, que siguen buscando un acercamiento entre Ejecutivos.
El cazatalentos Luis Conde, jefe de la expresidenta madrileña Esperanza Aguirre, explicó que en las mesas del almuerzo que organizó en su masía del Empordà el sábado con 270 empresarios y políticos pudo constatar la “indignación” de los primeros.
Montoro generó ayer más crispación entre los partidos nacionalistas con su argumento sobre por qué no darán a conocer las balanzas fiscales, tal y como se había hecho anteriormente. En una entrevista en Radio Nacional de España, el ministro admitió que el anterior cálculo era “correcto”, pero que, “lejos de racionalizar el debate”, la publicación de los saldos llevaba a “un uso indebido”. “Fíjese si será indebido que hay personas que entienden que por razón de la balanza fiscal que tiene su territorio necesitan independizarse”, afirmó.
La Generalitat acusó al ministro de hacer un “uso partidista de una información que tiene la obligación de dar por orden de las Cortes”. En opinión del consejero catalán Francesc Homs, la publicación de las balanzas fiscales ayuda a “racionalizar el debate”. No publicarlas, aseguró, es “censurar información y no ser transparente”. El PSC y Ciutadans también pidieron ayer la publicación de las balanzas fiscales como mecanismo de transparencia.
La Generalitat se ha planteado calcular ese saldo por su cuenta, pero choca con la negativa del Gobierno a facilitarle datos que en otros tiempos sí enviaba regularmente a las autonomías. “No solo no quieren calcular las balanzas fiscales, sino que no facilitan la información necesaria para hacerlo, lo que es sorprendente y preocupante”, terció Homs, quien también pidió a Sánchez-Camacho una “rectificación” por sus comparaciones con el País Vasco. En un sentido parecido se expresaron ERC e Iniciativa. Paralelamente, una campaña a través de internet llevaba anoche acumuladas 44.000 peticiones para que Camacho pida disculpas. El PP cree que se han “manipulado” las palabras de su líder en Cataluña y que existe una “persecución” contra ella.
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