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La ABAO celebra el bicentenario de Verdi con una reposición de ‘Rigoletto’

Leo Nucci, uno de los principales barítonos del panorama actual, encarna al bufón La soprano Elena Mosuc debuta en una temporada de ópera bilbaína como Gilda

Javier Rivas
Desde la izquierda, Jordi; Rafael Pardo, director de la Fundación BBVA; Nucci, Mosuc, Gómez Martínez; Nuria Castejón, directora de escena de la reposición, y Juan Carlos Matellanes, presidente de la ABAO.
Desde la izquierda, Jordi; Rafael Pardo, director de la Fundación BBVA; Nucci, Mosuc, Gómez Martínez; Nuria Castejón, directora de escena de la reposición, y Juan Carlos Matellanes, presidente de la ABAO.fernando domingo-aldama

Hace ahora siete años, la Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera (ABAO) puso en marcha su proyecto Tutto Verdi: programar las 35 óperas del compositor italiano (1813-1901) en un plazo de 15 años. Y lo hizo con una de las óperas más populares del autor: Rigoletto. Ese mismo montaje, una coproducción de la propia ABAO y el Teatro Nacional São Carlos con dirección de escena de Emilio Sagi se repone ahora en una circunstancia especial: los 200 años del nacimiento de Verdi, que se cumplieron el pasado jueves.

Segundo título de la actual temporada de la ABAO y segundo verdi, tras Giovanna de’Arco, este montaje sobresale porque el bufón va a ser encarnado por uno de los principales barítonos del panorama actual, Leo Nucci, el más grande Rigoletto de las últimas décadas, un papel que ha hecho suyo tras llevarlo a escena en casi 500 ocasiones. Pese a ello, para Nucci, de 71 años, supone “un descubrimiento cada función”, como ha asegurado esta mañana en Bilbao en la presentación de la obra, que patrocina la Fundación BBVA.

El veterano barítono, para quien esta es su octava ópera (y su segundo Rigoletto), en una temporada de la ABAO desde 1977, ha recalcado tanto la importancia del respeto estricto a lo escrito por Verdi cuanto la “gran emoción” que le produce volver a actuar en Bilbao, una ciudad muy importante en su carrera, ya que fue la segunda en la que cantó fuera de Italia.

“La ópera nos puede donar algo único en el mundo del arte, la emoción que nos puede dar”, ha añadido.

Como su hija Gilda, debuta en Bilbao la soprano rumana Elena Mosuc, quien el año pasado triunfó en este mismo rol en uno de los grandes templos mundiales de la ópera: la Scala de Milán. “Es un papel que amo muchísimo, un papel llenó de poesía y amor”, ha dicho Mosuc de Gilda. También para la soprano, a quien la ABAO pretendía desde hacía varios años por su calidad, cada actuación permite “descubrir algo nuevo”.

La ópera nos puede donar algo único en el mundo del arte, la emoción que nos puede dar” Leo Nucci
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Completa el trío protagonista el tenor Ismael Jordi, uno de los cantantes españoles con mayor proyección en su cuerda, como el Duque de Mantua. A su cargo está, en el tercer acto, una de las arias más archifamosas de toda la historia de la ópera: La donna è mobile. “Me sentí tenor cuando debuté en Rigoletto”, ha reconocido Jordi, para quien el duque “es uno de los papeles más difíciles de un tenor”.

Integran además el elenco, entre otros cantantes, el bajo Felipe Bou (en el rol de Sparafucile), las mezzos María José Montiel (Maddalena) y Ainhoa Zubilaga (Giovanna) y el bajo José Antonio Gacía (el conde de Monterone).

Al frente de la Orquesta Sinfónica de Bilbao (BOS) se pondrá en el foso el director Miguel Ángel Gómez Martínez. “Cualquier ópera es un desafío en el que la rutina no nos interesa”, ha opinado.

Sagi comentó en su día de su puesta en escena que había planteado que el drama de Verdi transcurra en una atmósfera sombría, para destacar su teatralidad y la soledad en la que viven los personajes, "incomunicados y obsesionados". Esa atmósfera “visualmente impactante” tiene como uno de sus puntos de referencia una rampa que se va transformando en virtud de los distintos cuadros y un suelo que se desmenuza para potenciar la idea de la corrupción que vive la corte de Mantua. Para el vestuario de Rigoletto, Sagi se inspiró en el traje rojo del bufón que el pintor Eduardo Zamacois retrató en su obra Bufones jugando al cochonnet, que se exhibe en el Museo de Bellas Artes de Bilbao.

Melodrama en tres actos sobre un libreto de Francesco Maria Piave, estrenado en 1851, parte junto a Il Trovatore y La Traviata de la trilogía más popular de Verdi, para la ABAO, Rigoletto no es una ópera más. Es el título más representado en sus 60 años de historia. Ya se pudo ver en 1953, en su primera temporada, y en 1999 inauguró la presencia de la asocación en el Palacio Euskalduna.

El montaje llegará al Euskalduna el próximo sábado y suma otras tres funciones los próximos días 22, 25 y 28 de octubre.

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Sobre la firma

Javier Rivas
Forma parte del equipo de Opinión, tras ser Redactor Jefe de la Unidad de Edición y responsable de Cierre. Ha desarrollado toda su carrera profesional en EL PAÍS, donde ha trabajado en las secciones de Nacional y Mesa de Cierre y en las delegaciones de Andalucía y País Vasco.

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