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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Todos queremos café

No son las comunidades las que pagan impuestos. Son las personas físicas, residan en Cataluña o en Murcia. Paga lo mismo un andaluz rico que un catalán rico

Otra vez un dirigente catalán ha mentado la bicha: el PER. Siempre en ese tono racista al considerar a los jornaleros andaluces unos vagos y maleantes que se pasan el día tumbados al sol. Ya lo dijo Durán i Lleida: "Reciben el PER para pasar toda la jornada en el bar de su pueblo". El mismo Durán que se relaja en el jacuzzi de su suite del Palace.

Ahora ha sido Alicia Sánchez Camacho, presidenta del PP catalán, la que estigmatiza el PER. Cataluña, ha dicho en la SER, aporta "una gran cantidad de recursos" para que otras comunidades los utilicen en "pagar subvenciones y PERs" Así, en plural. Por ello, propone "limitar la solidaridad". Es decir, fijar un tope a los fondos que Cataluña envía generosamente a las comunidades pobres. Como si Cataluña fuera Cáritas, vamos.

Se trata del viejo y tramposo argumento de que Cataluña aporta al Estado más dinero del que recibe. Una burda manipulación. Porque no es Cataluña la que tributa. No son las comunidades las que pagan impuestos. Son las personas físicas, residan en Cataluña o en Murcia. Paga lo mismo un andaluz rico que un catalán rico.

Ante la presión soberanista y las pésimas previsiones electorales de su partido, propone para Cataluña una financiación específica, con límites a la solidaridad, y competencias exclusivas. Es decir, entierra el café para todos. Un invento andaluz que igualó en derechos y en autogobierno a todos los pueblos de España (con la excepción vasca: que esa es otra).

Su propuesta ha sido rechazada por su partido y el Gobierno de Rajoy. Pero no se engañen: Sánchez Camacho no actuó a la ligera. Todo parece un montaje (burdo): la líder catalana defiende ante su electorado una Cataluña privilegiada y Cospedal sostiene lo contrario en el resto del país. Una cultiva el huerto catalán y la otra el resto de la finca. El ministro Montoro fue explícito, también en la SER: "Sánchez Camacho hace su papel".

Desde la transición, Andalucía ha sido determinante en el diseño autonómico de la España democrática. Frente al nacionalismo centralista de la derecha y el nacionalismo independentista periférico, la izquierda debe levantar la bandera de un verdadero Estado federal. En el que todos sus miembros, sean cuales sean sus credenciales históricas, tengan los mismos derechos y obligaciones. Singularidades todas, privilegios ninguno, decía el expresidente Chaves. Una izquierda que debe reconocer el derecho de los catalanes a manifestar en un referéndum pactado si quiere o no seguir en este club.

El actual modelo de financiación no convence a nadie. Aunque los catalanes reciben mimos especiales: es la comunidad que más ayudas ha percibido del Estado (Fondo de Liquidez Autonómico) en los dos últimos años: 19.108 millones, frente a los 10.571 de Andalucía. En 2010 (último dato disponible) fue la séptima comunidad en financiación por habitante (2.344 euros) y Andalucía la antepenúltima (2.195 euros). Si Andalucía recibiera la misma asignación que Extremadura, le llegarían 2.500 millones de euros más. El doble de lo que tiene que recortar este año.

La presidenta Susana Díaz tiene ante sí tres retos urgentes: 1) Los Presupuestos, que deberá diseñar con 1.200 millones de euros menos, sin romper el Gobierno de coalición con IU. 2) El repugnante caso de los ERE. Si bien su Gobierno está libre de sospecha, debe seguir colaborando con la justicia, sin dejarse avasallar por la juez Alaya. 3) La financiación autonómica: deberá evitar que le metan el gol catalán.

Porque la solución que, sin decirlo, prepara Rajoy no es otra que tapar la boca a los soberanistas con un puñado de euros, a costa de las demás comunidades. Díaz deberá plantarse de nuevo y decir que todos queremos café. Para tomarlo en la plaza del pueblo. ¿Por qué no?

@JRomanOrozco

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