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EL PANORAMA SINDICAL VASCO

El jaque soberanista de ELA

La táctica de la central ‘abertzale’ y su mayoría condicionan el ámbito laboral Alentada por Gobierno y empresarios en su día, hoy les niega toda relación

El secretario general de ELA, Adolfo Muñoz (derecha), antes del inicio de la manifestación en Bilbao en apoyo de Herrira y de los presos de ETA.
El secretario general de ELA, Adolfo Muñoz (derecha), antes del inicio de la manifestación en Bilbao en apoyo de Herrira y de los presos de ETA.fernando domingo-aldama

“Los Gobiernos vascos y los empresarios han alimentado durante años este monstruo y ahora no saben cómo controlarlo”. Desde la Universidad del País Vasco (UPV-EHU), un catedrático sintetiza así el germen del lamento expresado en las últimas semanas con fluidez por las patronales vascas, incapaces, al igual que el Ejecutivo de Iñigo Urkullu, de atraer a una mesa de diálogo a ELA, el centenario sindicato, mayoritario desde 1980, y con el músculo económico y de penetración social suficientes para condicionar las relaciones laborales en toda una comunidad.

Aquella organización sindical denominada Solidaridad de Obreros Vascos, surgida el domingo 23 de julio de 1911 en la calle Correo de Bilbao bajo el auspicio del PNV con la ilusión de 178 trabajadores es hoy “una estructura de empresa”, como señala un líder sindical, apoyada en más de 100.000 afiliados y roto el cordón umbilical con los nacionalistas desde una concepción abertzale y de clase.

Precisamente, en la ruptura con el PNV, que se sitúa tras el fracaso del Pacto de Lizarra, encuentran todas las fuentes consultadas al margen de ELA “la radicalidad” con la que este sindicato se viene comportando. “Les gustó el esquema de Lizarra. Vieron que podían condicionar la vía sindical junto a LAB, como pensaban que el PNV y HB lo harían en la política y ahí siguen desde una opción soberanista”, recuerda una de las personas que participó en aquel proceso de las fuerzas identitarias. “Se han creído que son un lobby sindical”, añade.

“Da la imagen de mala relación con las patronales, pero pacta por abajo”, apunta una organización empresarial

Históricamente no ha sido así. “José María Vizcaíno solía recordar el pragmatismo en la Transición para llegar a grandes acuerdos en las épocas duras, donde la intervención del PNV hacía más fácil el acuerdo con ELA”, recuerdan desde una organización empresarial. “Pero desde que se distanciaron del PNV, su acción es más política, más sindical y más radical”.

En ELA no dicen nada. Entre las siete personas consultadas telefónicamente por este diario para analizar el incierto futuro del marco de relaciones laborales en Euskadi, solo ELA exigió un cuestionario previo. Cuando se le envió, con tres preguntas, Patxi Agirrezabala, responsable del área de Comunicación, recordó que era imposible responder porque su sindicato mantiene diferencias con el tratamiento informativo que recibe de EL PAÍS “que no han mejorado”.

Comisiones Obreras y UGT ya se han acostumbrado a “los vetos de ELA”. “Quieren exhibir su hegemonía, evitar que hay un ámbito de igualdad y por eso nos han vetado en debates en ETB, en cuestiones del euskera... La prueba del nueve va a ser el debate del próximo miércoles que Aralar ha organizado en el Colegio de Abogados de Bilbao. De momento no han pedido nada”, apunta. No obstante, sus relaciones humanas “son cordiales”. “Otra cosa es que ellos están acostumbrados a poner sus condiciones y a recordar su mayoría”. El Gobierno aún les espera. El consejero Juan María Aburto lo va a intentar, pero es consciente de que “está muy difícil”.

Partidaria de la unidad ‘abertzale’, ETA asesinó a dos de sus afiliados

A los empresarios tampoco les responden. Pero antes no era así. En la clase sindical de Gipuzkoa se recuerda todavía cómo “Adegi llegó a facilitar en su día un aumento del 30% de afiliación a ELA y ahora sus relaciones no existen”. En una organización empresarial se recuerda, no obstante, que “una cosa es la imagen que a ELA le interesa dar de que no tiene relación con la cúpula porque desprecia el actual marco y otra bien distinta es el contacto a nivel de empresario de taller o de industrial con pocos trabajadores”.

Como proyección de este doble juego, un sindicato, con un ejemplar del Boletín Oficial de Bizkaia en la mano, repasa el acuerdo alcanzado entre ELA y una empresa del sector de la madera donde se ha pactado la congelación salarial y el arbitraje obligatorio, aspectos que hieren la reivindicación sindical.

Reparto sindical

  • ELA es, desde 1980, la primera fuerza sindical del País Vasco. La última estimación oficial realizada por el Eustat sobre el porcentaje de representación sindical sitúa a este sindicato abertzale con una cuota del 39,6%, con 7.686 delegados, de los cuales 7.222 pertenecen al sector privado y 464, al público.
  • Junto a ELA, el también sindicato abertzale LAB aporta la mayoría sindical en Euskadi. Esta central, ligada a figuras históricas como Joselu Cereceda, Rafa Díez y ahora Ainhoa Etxaide, es la tercera fuerza sindical con una cuota del 17,5%, con una representación de 3.395 delegados, de los cuales 3.126 son del sector privado y el resto, 269, del público.
  • CC OO es la segunda fuerza sindical vasca con un porcentaje del 19,7%, que le aportan un total de 3.825 delegados, repartidos entre el sector privado (3.624) y público (201)
  • UGT es el cuarto sindicato mayoritario al lograr una cuota del 12,4%, con 2.396 delegados, repartidos entre 2.312 en el ámbito privado y el resto, 86, en el público.
  • El resto de fuerzas sindicales disponen de una representación escasa. Así, STEE-EILAS (0,9 %), SATSE (0,6%), CGT (0,4 %) y CSI (0,3%), entre otros.

Para las fuentes consultadas, ELA se ha situado en un escenario de “corte político” incompatible con la actual realidad, sobre todo a raíz de la aprobación de la reforma laboral. Un empresario recuerda cómo la primera exigencia del sindicato mayoritario “para sentarse a hablar” era que se comprometieran “a no cumplir con las exigencias que marca la reforma”. Cuando se les hacía ver que era imposible incumplir la ley, “se iban”. ELA entiende como única vía que se alcance un nuevo marco de decisión propia en Euskadi. “LAB también lo comparte, pero el hecho de que Bildu gobierne le ha obligado a una posición más pragmática, de reconocer a la otra parte y ahí han venido las diferencias entre todos ellos”, como se escenificó en la Diputación de Gipuzkoa.

Curtidos en el desencanto, muchos empresarios no se recatan en “elegir a LAB antes que a ELA” para propiciar acuerdos. El Gobierno vasco lo reconoció incluso en el intento desesperado por salvar la ultraactividad. “Son más posibilistas”, dicen en Empleo. Entre algunos sindicalistas se recuerda que LAB “son más asambleistas por la procedencia de sus bases”. En el caso de ELA “funcionan como un reloj; aplican objetivos, no se pueden presentar dos candidaturas a secretario general y cuesta encontrar sus estatutos”.

Txiki Muñoz, secretario general de ELA tras la etapa de José Elorrieta, es un ferviente defensor de la unidad abertzale en la apuesta soberanista y un habitual en sus pasos estratégicos. Paradójicamente, este sindicato independentista, presente en manifestaciones a favor de los derechos de los presos de ETA, ha llorado el asesinato a manos de esta banda terrorista de dos afiliados. Uno, el concejal del PP de Durango Jesús María Pedrosa; otro, el ertzaina Montxo Doral.

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