Un basurero sanitario
Vecinos de Rubí encuentran material hospitalario y sangre en un vertedero
Cansados del hedor que emana el vertedero de Can Carreras y con la sospecha de que el gestor de la instalación no estaba cumpliendo con la ley, un grupo de vecinos de Rubí (Vallés Occidental) realizó a finales del pasado año una visita sorpresa junto al director adjunto de la Agencia Catalana de Residuos (ARC), Francesc Giró, para comprobar el funcionamiento del centro de recogida. Durante la inspección descubrieron que en Can Carreras estaban siendo vertidos materiales sanitarios como gasas, ropa, tubos de plástico, jeringas e incluso una probeta llena de sangre. Unos residuos, según los componentes del grupo político local Alternativa Ciutadana de Rubí, que el vertedero no está autorizado a acumular.
“Está claro que en Can Carreras no se está cumpliendo la ley desde hace muchos años y ya estamos hartos”, asegura Agustí Martínez, miembro del grupo municipal Alternativa Ciutadana de Rubí. El vertedero tiene licencia de tipo II, por lo que puede depositar material inerte y no peligroso, pero según Martínez, no para verter los residuos provenientes de centros sanitarios.
Tanto la Agencia de Residuos de Cataluña como el propio gestor del vertedero reconocen que el depósito no puede recibir las muestras de sangre, clasificadas como residuos de tipo III, aunque ambos culpan al hospital de origen, que no ha sido identificado. “Como estos residuos van cerrados en bolsas, es posible que desde el centro de origen se hiciera una mala praxis”, explica por correo electrónico un portavoz del organismo, dependiente de la Generalitat. El gerente de TMA Grupo Sánchez, Andreu Sánchez, empresa que lidera la UTE que gestiona el vertedero, va más allá y sospecha que “la muestra de sangre pudo ser colocada por cualquiera”, apunta.
A pesar de reconocer que el vertedero no podía admitir la muestra de sangre, el Departamento de Territorio y Sostenibilidad, del que depende la ARC, archivó el asunto sin interponer ninguna sanción, al considerar que se trataba de un error ajeno al depósito.
Martínez denuncia que el depósito tampoco puede almacenar el resto de material sanitario encontrados en la visita. Can Carreras cambió de vertedero tipo I a II en enero del pasado año. Según refleja la autorización para la gestión de residuos concedida por la Generalitat, el depósito no tiene permiso para aceptar residuos calificados con el código 18, los que provienen de actividades sanitarias.
Una de las principales normas de codificación que exige la Agencia de Residuos de Cataluña es “escoger la actividad industrial adecuada” y no la genérica. Martínez asegura que está claro que el material encontrado proviene de la del sector sanitario. “En Can Carreras no se puede verter material sanitario, sino, ¿para qué sirven las autorizaciones y la codificación de los residuos?”, denuncia Martínez, hasta esta semana edil del Ayuntamiento de Rubí.
Territorio defiende que Can Carreras puede recibir material sanitario
La Administración y el gerente del vertedero rechazan de plano que en Can Carreras esté prohibido verter el resto de material sanitario encontrado. Desde el Departamento de Territorio y Sostenibilidad aseguran que las gasas, tubos y jeringas, son residuos de clase I y II, y por tanto, asimilables a los desechos municipales, para los que el depósito sí que tiene licencia.
Ante las muestras encontradas en Can Carreas, el Ayuntamiento de Rubí encargó un análisis químico del aire cercano al depósito. El resultado reveló “la presencia de compuestos provinientes del vertedero no compatibles con la actividad de depósito [...] por lo tanto no se está cumpliendo la autorización ambiental”. El regidor de Ecología Urbana del municipio, Manuel Velasco, asegura que este análisis confirma que en Can Carreras se ha vertido material prohibido, “aunque no sé si ahora o antes”, zanja el edil.
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