PNV y PSE insisten en que las rentas altas sentirán más la reforma fiscal
El PNV asume su cambio de postura y ensalza a las Juntas como el lugar donde sellar una nueva fiscalidad
El pleno monográfico de fiscalidad convocado por PNV y PSE en el Parlamento ha arrancado esta mañana con la intervención del socialista Jose Antonio Pastor, que ha denunciado una “campaña del miedo” impulsada por distintos agentes y algunos medios de comunicación contra hacia la reforma fiscal que ambos partidos han acordado y que aspira a recaudar 1.500 millones más en tres años. Pastor ha reconocido que, con su propuesta, más moderada que la fiscalidad guipuzcoana actual, “bajará la factura fiscal a muchos guipuzcoanos para equilibrarla con las de vizcaínos y alaveses” algo que ha hecho que “ha algunos les salgan sarpullidos, probablemente porque tocan sus bolsillos, los que no se habían tocado”.
Ambos partidos han coincidido en que no hay subidas de impuestos generalizadas, sino que se gravará más a las rentas altas. El PP, cuyo apoyo se ha priorizado respecto a EH Bildu para extender la reforma a Álava y Gipuzkoa, se ha mostrado dispuesto al acuerdo, pero para "arreglar el desaguisado que ustedes han pactado", con una propuesta que según su portavoz sí supone subir impuestos. Los tres partidos con representación en el Parlamento que han quedado fuera del acuerdo han sido muy críticos con la reforma fiscal que incluye el pacto. EH Bildu, por ejemplo, ha subrayado que la reforma dice "una cosa en el encabezado del texto" y después el documento en sí "dice otra". Según Marian Beitialarrangoitia, no se grava lo suficiente a las rentas altas y se protege a las rentas del capital, mientras que se mantienen las vías de escape que emplean las empresas para minimizar sus pagos por el Impuesto de Sociedades.
PP: "Estamos aquí porque el PSE le ha exigido al lehendakari venir para aprobarle los presupuestos"
El PNV ha dedicado la mitad de su discurso inicial con su portavoz económica, Miren Josune Gorospe, a defender el acuerdo y a destacar que, pese a su cambio de postura, no se tocan las competencias de fiscalidad, una capacidad normativa que sigue residiendo en las Juntas Generales. Posiblemente, el del PNV sería el papel más complicado de cuantas formaciones cuentan con representación en el Parlamento, por su cerrazón a aceptar cuestiones como a acordar los términos generales de la fiscalidad en la Cámara, algo que hoy se está haciendo por exigencia de los socialistas como una de las condiciones básicas para el acuerdo sellado hace dos semanas. "Estamos aquí porque el PSE le ha exigido al lehendakari venir para aprobarle los presupuestos", ha resumido al comenzar su crítico discurso Antón Damborenea (PP), "aquí no vamos a aprobar ningún impuesto", ha asegurado antes de decir que lo único que logra el acuerdo es "visualizar el pacto".
"El acuerdo requiere que todos y todas dejemos algún pelo en la gatera", ha leído Gorospe al iniciar su intervención, leyendo lo que ella misma declaró en el pleno monográfico de fiscalidad de febrero de este año -Damborenea le ha querido matizar: "una cosa es dejarse pelos en la gatera y otra no dejarse pelos y quedarse calvo; Este pleno yo creo que es el último que les quedaba"-. Pero Gorospe también ha defendido que "no se ha desplazado ni un milímetro del ámbito competencial. [El acuerdo] respeta escrupulosamente las competencias". Eso sí, y sin paños calientes, Gorospe ha reconocido que "hemos modificado posturas, no lo vamos a negar en absoluto, porque eso es fruto de la negociación, mover posturas por el bien de Euskadi".
PSE defiende que se evitará que las empresas se desgraven hasta el "infinito" y EH Bildu discrepa
Desde el PSE, pese a destacar en el arranque de su discurso que el debate de hoy no es sobre si bajan o suben los impuestos, Pastor ha dedicado buena parte de su explicación a minimizar algunas de las consecuencias que en determinados ámbitos se han denunciado. En el caso del Impuesto de Sociedades, que se aplica a las empresas con beneficios, ha destacado que solo buscan evitar que las compañías “puedan desgravarse hasta el infinito y la tasa de desgravación sea del 0%”. Ha destacado que se establece un mínimo del 13% “que por cierto, sigue estando por debajo de lo que pagan los trabajadores”. Damborenea ha explicado que el PP ha realizado a través de la Diputación alavesa un análisis de la propuesta, que en la práctica supone que los incrementos del IRPF solo aumentarán la recaudación en esa provincia tres millones en tres años. Extrapolándolo a las otras dos provincias, 18 millones en tres años, ha calculado. "De los ricos 18 millones, y el resto [hasta los 1.500 millones] ¿de quién va a salir?", se ha preguntado.
Mientras que el PSE ha entrado a detallar los tipos que incluye su reforma fiscal, el PNV ha eludido hacerlo y se ha centrado en la necesidad de acuerdos y de una fiscalidad progresiva que ayude a mantener servicios públicos y reactivar la economía. Gorospe ha apuntado a que las Juntas siguen siendo competentes y ha ensalzado los parlamentos territoriales como el ámbito para acordar la reforma fiscal. En este sentido, Gorospe ha leído el programa electoral del PNV para describir tres pasos: el de lo dicho en sus propuestas de campaña, el de concretarlo, punto en el que ha establecido la reunión del lehendakari con los partidos en mayo, y la última etapa, la de "materializarlo", algo que ocurrirá, como ha destacado, en las Juntas Generales. No ha citado al Parlamento.
Ambos partidos han destacado la persecución del fraude fiscal, para el que se han acordado numerosas medidas. Eso sí, lo han defendido desde puntos de partida distinto. Gorospe ha defendido el trabajo que vienen haciendo las diputaciones, aunque "siempre se puede mejorar", mientras que Pastor entiende que en la lucha contra el fraude "solo se le han puesto parches pero necesita una reparación general".
ELA y LAB critican en los aledaños del Parlamento la reforma fiscal pactada por ambos partidos
EH Bildu ha señalado que lo importante es tener "derecho a decidir" sobre las políticas que se hacen en Euskadi, pero que la comunidad está limitada por una "mirada a Madrid" y por un Gobierno que "espera" a que el Gobierno central se muestre dispuesto a los acuerdos. Beitialarrangoitia ha mostrado su "voluntad para el acuerdo, sí, pero para lo que sea bueno para Euskal Herria, y lo acordado no es suficiente".
UPyD ha defendido, a través de su único parlamentario, Gorka Maneiro, el valor de su voto, que queda herido tras el acuerdo PNV-PSE -hasta ahora, cuando el eje de izquierdas PSE-EH Bildu quería aprobar una resolución en el Parlamento, el voto de Maneiro era necesario para lograr la mayoría, pero con el pacto los bloques han cambiado-. UPyD ha vuelto a reclamar que la competencia fiscal pase de las Juntas Generales al Parlamento, y ha censurado las contradicciones del PNV.
El pleno ha contado con la presencia de todo el equipo de Iñigo Urkullu –su consejero del ramo, Ricardo Gatzagaetxebarria, ha llegado a mitad del discurso socialista-, así como los diputados de Hacienda de Bizkaia, Jose María Iruarrizaga, y Álava, Aitor Uribesalgo. Por problemas de agenda de su homóloga guipuzcoana, Helena Franco, la diputación ha enviado a un asesor. En los aledaños de la Cámara, ELA y LAB se han manifestado por separado contra la reforma fiscal. También los docentes que trabajan en centros de las patronales Kristau Eskola y AICE, en huelga hoy para evitar cambios en sus condiciones laborales, han protestado frente a la Cámara. Entre los parlamentarios que más tarde se han incorporado al pleno, destaca Javier Maroto, alcalde de Vitoria, que ha aprovechado la primera hora del monográfico para inaugurar un congreso.
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