El Vallès Occidental endurece el acceso a las becas comedor
Las solicitudes aumentan un 13%, mientras la dotación presupuestaria se mantiene congelada
Este curso habrá que ser más pobre para poder acceder a una beca comedor en el Vallès Occidental. El consejo comarcal se ha visto obligado a subir el listón —de 12,5 a 13,5 puntos— en la escala utilizada para conceder estas ayudas. La medida no se debe a un recorte en la dotación económica, que se mantiene en 3,1 millones de euros, sino en el aumento de las solicitudes. “Para tener beca este año la situación social de la familia deberá ser más extrema. Tenemos el mismo dinero que el año pasado, pero las necesidades se han incrementado”, resume Lucía Linuesa, responsable de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Terrassa.
Para ser beneficiario de una beca comedor, el principal requisito a cumplir es el económico. El umbral varía en cada comarca, pero en el caso del Vallès Occidental no se pueden superar los 455,3 euros netos mensuales de ingresos por miembro de la unidad familiar. A partir de aquí se establece una serie de baremos que dan puntos a las familias, como el nivel de ingresos familiares —cuanto más pequeños son los ingresos, más puntos—, el número de hijos, ser familia monoparental o tener alguna discapacidad, entre otros aspectos.
“Este año la situación es más extrema que nunca”, resume Linuesa. Y eso se nota en las solicitudes. El consejo comarcal del Vallès Occidental, que es el encargado de gestionar las ayudas, ha recibido 9.573 solicitudes, un 13% más que el año anterior. Todas ellas cumplen el requisito básico, el económico. El ente comarcal alertó hace un mes que necesitaba 8,3 millones de euros (un 170% más que ahora) para cubrir todas las peticiones. Este curso la comarca concedió 5.600 ayudas, así que si finalmente se mantiene la congelación presupuestaria, cerca de 4.000 menores se pueden quedar sin la ayuda. Algunos de ellos será rescatados posteriormente con las becas propias de los Ayuntamientos.
Rigau aseguró que incrementaría
La consejera de Enseñanza, Irene Rigau, se comprometió en julio en el Parlament a aumentar la dotación de las becas comedor para el próximo curso, a raíz de las denuncias de casos de malnutrición infantil por parte de las escuelas. Actualmente la Generalitat destina 32 millones a estas ayudas, ocho millones menos que hace tres años. El departamento asegura que, de momento, la partida todavía sigue abierta y es posible que se aumente, aunque recuerda que los Presupuestos catalanes están congelados. Se espera que Rigau concrete su decisión a principios de septiembre.
Mientras tanto, varios consejos comarcales consultados trabajan con la premisa de la congelación, porque así lo ha comunicado el departamento. Ayuntamientos y consejos se quejan de que la Generalitat anuncia cada vez más tarde la dotación, cosa que trastoca todo el proceso de concesión de las ayudas. “En julio se pone en marcha la maquinaria, para poder resolver las becas y notificar a las familias a principios de septiembre si cuentan o no con la ayuda”, apostilla Linuesa.
Otros entes, como el del Gironès, han decidido apurar al máximo y hasta la primera semana de septiembre no se aprobarán los importes ni la nota de corte de las becas, aunque se espera que muchos sigan el ejemplo vallesano. “Si tenemos el mismo dinero, pero hay más niños, es obvio que no se puede llegar a todo el mundo”, reconoce la concejal de Servicios Sociales de El Prat de Llobregat, Margarita Garcia. Precisamente el Baix Llobregat es otra de las comarcas que exigió a la Generalitat más presupuesto para becas, después de ver cómo aumentaba un 20% las solicitudes de ayudas para el próximo curso.
“La clave está en la voluntad política de resolver la situación, pero el problema es que el Departamento de Enseñanza no hace nada”, se queja Joaquim Balsera presidente de este consejo comarcal y alcalde de Gavà. Algunos ayuntamientos también reprochan a la Generalitat que les traslade la responsabilidad sobre estas becas. “Parece que como la Generalitat sabe que los ayuntamientos se harán cargo de los niños que se queden sin beca, se olvide. Pues esto no puede ser”, remacha Montse Capdevila, diputada socialista y alcaldesa accidental de Sabadell.
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