Las pirotecnias tiran de ingenio para no apagar el fuego
Euskadi estrena una norma más restrictiva que limita la potencia de los espectáculos y amplía las áreas de seguridad
El espectador, se supone, no lo notará, pero los fuegos artificiales de las fiestas de este año de las tres capitales, y de cualquier municipio, serán diferentes. La pericia del pirotécnico deberá sortear una normativa más restrictiva, un decreto aprobado por el Gobierno vasco la pasada semana y que entró en vigor el sábado, justo la víspera de las fiestas de la Virgen Blanca de Vitoria. El texto, que adapta la legislación vasca a la estatal, contempla una serie de cambios en el calibre de las carcasas que se utilizan en estos espectáculos y en el perímetro de seguridad que se debe trazar para garantizar la seguridad de edificios y personas.
La nueva normativa no ha supuesto un quebradero de cabeza para ninguna de las tres capitales, que han planificado los espectáculos de fuegos artificiales de acuerdo con el recién aprobado texto. De las tres ciudades, Vitoria no ha tenido que introducir ningún cambio en las directrices sobre las que se ha diseñado el programa de este 2013.
San Sebastián se ha visto obligado a aumentar las zonas vetadas al público
La capital vasca, que ha programado un total de cuatro espectáculos, todos ofrecidos por compañías españolas, acoge este tipo de actos a las afueras de la ciudad, en el recinto ferial de Mendizabala, con lo que, el perímetro de seguridad no se ha tenido que modificar. Tampoco los cambios en el calibre de las carcasas han supuesto ningún problema para los pirotécnicos. La empresa Hermanos Fernández, de Murcia y la encargada de lanzar los cohetes el pasado lunes, no tuvo ningún problema cuando en mayo ideó el espectáculo que iba a ofrecer en Vitoria. Los responsables de la compañía escogieron las carcasas en función del calibre que establece la nueva norma, y que en la práctica se traduce en una menor potencia, y el programa pasó los filtros del Ayuntamiento alavés. “Son medidas de seguridad que siempre hay que respetar, con el ingenio tienes que intentar que el espectáculo no se desluzca”, apunta Leo Fernández. Desde el Ayuntamiento de Bilbao lo corroboran: “la ciudadanía no lo va a notar, pero las pirotecnias sí, han tenido que echarle más imaginación para que no se note el cambio”.
La normativa sí que ha obligado a los Ayuntamientos de San Sebastián y Bilbao a introducir una serie de cambios. La capital guipuzcoana ha tenido que replantear el plan de seguridad y de emergencia, como explican desde el Consistorio.
El viejo decreto, firmado en 1998 por el entonces consejero de Interior, Juan María Atutxa, permitía utilizar carcasas de cambios de hasta 250 milímetros con una inclinación respecto al mar de 20 grados, y ahora, las compañías tendrán que emplear unas carcasas de cambios de hasta 150 milímetros de diámetro o de 180 si no tienen cambios.
El Gobierno vasco debe notificar al central el desarrollo de estos actos
Pero la mayor novedad que experimentarán los fuegos donostiarras, que este 2013 cumplen su 50 edición, es en el perÍmetro de seguridad. El Ayuntamiento ampliará la zona vetada al público, de tal manera que este año el cierre del Boulevard se retranquea hasta la calle Garibai, en la que no podrá haber nadie, mientras que los límites en el resto de flancos permanecerán invariables.
Bilbao ha apostado también por forzar los cambios en el calibre para evitar otro tipo de modificaciones que afecten a la ciudadanía. Los mismos efectos visuales y sonoros de otros años están garantizados, aseguran, para quienes se acerquen a ver los fuegos artificiales a los aledaños de la Ría.
Mientras que Vitoria solo acogerá espectáculos de luz y sonido de empresas españolas, los concursos de Bilbao y San Sebastián atraerán en las próximas semanas a compañías de países como Australia, Canadá o Alemania. Las grandes ausentes serán las pirotecnias italianas, habituales en este tipo de espectáculos y cuyo material, indican desde el Ayuntamiento donostiarra, no cumple con una normativa europea.
La nueva normativa obliga al Gobierno vasco a notificar a la delegación del Ejecutivo central en Euskadi el desarrollo de espectáculos de este tipo y recoge una distancia de seguridad respecto a los edificios que antes no existía. Asimismo, reduce las actividades consideradas espectáculos pirotécnicos de los 50 kilos en adelante establecidos en el decreto de 1998, a 10 kilos. A partir de esa cantidad y desde el sábado, el lanzamiento de fuegos artificiales está considerado como espectáculo pirotécnico y, por tanto, está sujeto a una normativa de seguridad más exigente. El decreto introduce en la reglamentación los toros de fuego como una “manifestación festiva de carácter tradicional a nivel autonómico” y prohíbe que los menores de edad porten la estructura metálica desde la que se lanzan las bengalas.
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