Generalitat y agricultores exigen ayuda al Gobierno central contra el caracol manzana
Los Mossos investigan nuevos focos de la plaga en la margen derecha del humedal
La Generalitat y los agricultores del Delta del Ebro ultiman un plan de choque contra el caracol manzana, que se come los tallos de arroz cuando están creciendo y pone en jaque las cosechas de cereal en la zona. El molusco invasor coloniza ya 2.200 hectáreas del delta, según el Departamento de Agricultura y el sindicato Unió de Pagesos (UP), por lo que ambos piden la ayuda urgente del Gobierno central y de la UE.
La alarma saltó hace cuatro años, cuando el primer ejemplar escapó de las instalaciones de una compañía de animales exóticos en las inmediaciones de l’Ermita, en l’Aldea (Baix Ebre), un hecho que investiga un juzgado de Tortosa. Con millones de caracoles campando a sus anchas por acequias, canales y arrozales del delta, los afectados —Generalitat, agricultores, regantes y ecologistas— tratan de consensuar medidas urgentes para garantizar las cosechas. Entre ellas, salinizar los canales y tratar selectivamente parcelas con agua de mar. No se descarta volver a secar los campos en invierno, según se abordó en una reunión el viernes.
“Iniciaremos el plan de choque este otoño. El primer paso es sanear los canales de riego para impedir la entrada de nuevos caracoles y después, tratar los campos con productos químicos. Queremos controlar la plaga”, explica Jordi Sala, director general de Desarrollo Rural, que prevé asignar una partida económica para esos trabajos.
La plaga, confinada en el margen izquierdo del humedal, penetró también en la parte derecha del Ebro la temporada pasada, en un episodio que la Generalitat calificó de “sabotaje”. Los técnicos se apresuraron a capturar todos los ejemplares, pero este verano han vuelto a saltar las alarmas al volver a hallarse allí una decena de focos. “La mitad aún siguen activos, la mayoría en sitios ya detectados el año pasado. Estamos alerta, los agricultores nos avisan y nos coordinamos con Agricultura”, afirma Ignasi Valldeperes, técnico de la Comunidad General de Regantes del Canal de la Derecha del Ebro. Sin embargo, de los 10 focos, dos son nuevos, se han encontrado en los alrededores de Amposta (Montsià) y Tortosa, y no guardan relación entre sí. Los Mossos d’Esquadra los están investigando porque no se descarta que pueda volver a tratarse de una acción intencionada. “No sabemos cómo aparecieron, hay una gran afluencia turística; de manera inconsciente alguien puede coger un caracol, meterlo en el coche y lanzarlo más adelante, esto nos puede tumbar el ecosistema del Delta”, expone Sala.
Si en 2009 había ocho hectáreas infestadas de caracoles manzana, ahora son 2.200
UP y la Generalitat, que ya ha destinado tres millones a erradicar el caracol manzana, sin éxito, exigen la ayuda del Gobierno y de la UE para tratar de frenar los estragos de la plaga. “El Estado tiene que ser una parte activa en este problema; si no ganamos la batalla la plaga se extenderá en poco tiempo a Valencia y Aragón; en Asia ha pasado”, advierte Sala. Si en 2009 había ocho hectáreas infestadas de caracoles manzana, ahora son 2.200.
El sindicato recuerda que, la pasada primavera, se perdieron las siembras de muchos campos a consecuencia de la plaga. Los agricultores inciden en la necesidad de actuar pronto con todas las herramientas posibles porque, de lo contrario, el molusco puede acabar extendiéndose por todo el delta. Ese escenario provocaría “un desastre ecológico en lagunas, justo cuando la Unesco acaba de declarar a las Tierra del Ebro reserva de la biosfera”.
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