El BBVA planta al Parlamento y se defiende por escrito
El banco asegura que la decisión de devolver el dinero es de las cooperativas Señala que es “improbable” que los clientes no supieran lo que firmaban
El BBVA no acudirá al Parlamento a rendir cuentas sobre su actuación en el caso de las aportaciones subordinadas de Eroski y Fagor, cooperativas cuyos títulos colocó a cientos de inversores en los años 2004 y 2007 en el caso de la primera y 2006 en el de la segunda -comercializó el 37% de las aportaciones subordinadas de Eroski, 220 millones de los que dos tercios correspondieron a clientes vascos y solo colocó el 1,64% de la de Fagor-.
El banco ha remitido a la Cámara una respuesta a la solicitud de comparecencia en la que muestra su “respeto” hacia el Legislativo y su “disposición permanente de colaboración”… Pero rechaza lo que la Cámara le pide, comparecer y responder a las preguntas de los parlamentarios, y se limita a remitir un informe con lo que la entidad bancaria considera la “información más relevante” sobre su papel en la comercialización de las aportaciones subordinadas.
Deja caer que Telefónica y Repsol, “asumiendo su responsabilidad”, convirtieron este tipo de títulos en otros
En las 18 páginas de informe, BBVA se defiende y señala que la “decisión de amortizar” las aportaciones subordinadas “es del emisor”. “Son títulos perpetuos, si bien pueden ser amortizados a voluntad de Eroski a partir del quinto año”, insiste, mientras resalta que la entidad bancaria “no tiene ni facultad, ni obligación de tomar decisiones” al respecto. Eso sí, deja caer que Telefónica y Repsol, “asumiendo su responsabilidad” convirtieron este tipo de títulos en otros. Es su respuesta a la principal demanda de los afectados, que piden que se les devuelva el dinero invertido ya que consideran que no se les informó convenientemente de lo que suponía depositar su dinero en este producto financiero –que solo recuperarían el dinero en caso de que se liquidara la cooperativa o si esta decidiese que no lo necesita-.
Frente a estas denuncias, el banco señala que con una “lectura somera” de la información que facilitó a sus clientes “confirma sin ningún género de dudas que dichos documentos incorporan la información suficiente acerca de las características esenciales” de las aportaciones subordinadas. Es, por tanto, “altamente improbable” a ojos del BBVA que un “consumidor medio” entendiera que estaba firmando un “depósito a plazo fijo”. El banco defiende que cumplió con “todas sus obligaciones” y con las especificaciones “sin añadir ni eliminar ningún aspecto”.Así, al igual que Eroski, pone el acento en que los clientes contaban con la información “ajustada a los modelos establecidos por la legislación”, ya que estaban validados por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
La información ofrecida a los clientes fue “ajustada a los modelos establecidos por la legislación”, asegura
Asimismo, como ya hizo en el Parlamento Eroski, el informe del BBVA destaca el elevado nivel de demanda de los clientes de adquirir este producto financiero, ya que en 2002 la demanda fue de 122,8 millones en una emisión de 90, en 2004 de 296,6 millones ante una emisión inicial de 125 millones y, en 2007, cuando se habían emitido 300 millones, la demanda fue de 413,7 millones.
BBVA señala que no ha recibido un número “relevante” de reclamaciones –no especifica cuántas- pero que, pese a ello, ha elaborado un protocolo específico para atenderlas. Asimismo, subraya sus contactos con Kontsumobide, organismo encargado por el Parlamento para mediar entre las partes para alcanzar una solución.
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