Kembo, el león vegetariano que ruge en el colegio mayor

Kembo. Incidente en la pista del Circo Medrano es una historia concebida por Carlos Pérez  e ilustrada por Miguel Calatayud que mereció la inclusión en la prestigiosa lista de honor de la IBBY (International Board on Books for Young People) de 2011 y que ahora puede recorrerse con la mirada en la exposición que acoge la Sala de la Muralla del Colegio rector Peset de Valencia. 

El portagonista de la historia es Kembo, un león vegetariano que vivía en Baba Kamo, el país de los babalunga los komolongs. Como tantos otros, Kembo se convirtió en estrella del universo circense, rodeado de personajes como la trapecista Miss Wanda; el mago Mefisto; un genio de las sombras chinescas llamado Martini. Pero Kembo está llamado a más altos destinos y se convierte en el doble de Leo, cuando este felino de rugido temible que trabaja para la Metro Goldwin Mayer se queda afónico.

La mirada poliédrica con que Miguel Calatayud, ganador del Premio Nacional de Ilustración en1989, 1992 y 2008, aborda esta aventura inspirada en medio siglo de vanguardias y arte popular, transforma las paredes de la  Sala la Muralla del céntrico colegio mayor valenciano. La génesis de Kembo en su forma literaria y en su expresión gráfica pueden explicar la singular fuerza de esta historia infantil que no tiene nada de infantil en el sentido convencional que se le da a esta literatura.

¿Cómo apareció Kembo en escena? se pregunta Carlos Pérez en un delicioso cuadernillo de cuatro páginas sobre fondo arena que muestran, en texto e imágenes, la mitología inspiradora de esta peripecia felina. Los ojos desorbitados y la trompeta de Louis Armstrong, el dibujo de Paul Colin inspirado en Josephine Baker, los reconocidos artistas estadounidenses de vodevil Edward Galaher y Al Shean; el cartel del Circo Price en el que debuta Miss Wanda; imágenes de La Reina de Ágrica y Hatari!, sin olvidar el espectacular anuncio del transatlántico Normadie, ilustran un texto editado para la ocasión  en el que Pérez confiesa que ni Calatayud ni él eran "partidarios de cuentos, muy del gusto de algunos editores, que, inexplicablemente, son calificados de corte clásico" .

"La irrupción del cine en el cuento hizo que le texto siguiera necesariamente algunos modelos de los guiones para películas", explica el guionista de Kembo. Y, al mismo tiempo, querían dejar constancia de su " interés por las vanguardias, motivo por el cual"  situaron "la acción en la década de los años 30 del siglo pasado". Al final el cuento concluye sin pretenderlo en "una denuncia del maltrato y la violencia de género".

Así se escribe un cuento, así se dibuja un cuento a la manera de Roald Dahl o Quentin Blake. Kembo hubiera sido un cuento moderno en el París de los años 30, como lo es Midnight in Paris de Woody Allen, y es un cuento moderno en el siglo XXI. Pasen y vean, que diría un portavoz del Circo Medrano. Con ocasión de la exposición, se ha editado, además, Kembo y Duna en la Finca Roja, un documental a cargo de Juan Peiró.