El excapitán del ‘Prestige’ dice que advirtió de que el buque podía romperse
Kostazos ha explicado que sospechó sobre problemas cuando comprobó que el buque tenía los "tanques muy corrosionados"
“Todo estaba fatal” en el Prestige, sentenció el capitán griego Stratos Kostazos. Y por eso renunció en agosto de 2002, tres meses antes de la catástrofe, a llevar al viejo petrolero en la que sería su última y fatídica travesía. Pero a su sustituto al mando del tanque, Apostolos Mangouras, hoy principal acusado del juicio que entra en su recta final, Kostazos, en el momento del relevo, no le dio “detalles” sobre el pésimo estado del buque, “los engaños continuos” del armador, las “fugas” de agua o incluso de crudo, los tanques “con corrosión”. El capitán, que declaró ayer como testigo clave del Estado, “solo” le dijo a Mangouras, al despedirse “que tuvieran cuidado porque el barco era peligroso, corría el riesgo de romperse en alta mar”.
Kostazos, a preguntas de la Fiscalía y tal y como hizo en el pleito que perdió España en Estados Unidos contra la clasificadora del petrolero, ratificó una por una las “muchas deficiencias” del barco y las “malas condiciones de vida a bordo”, en las que él y la tripulación pasaron sed, al tener que restringir el agua, e incluso hambre. Relató de nuevo ese vertido —“que dejó todo negro”— que sufrió el petrolero cuando zarpó de Kalamata, en Grecia, y los problemas graves para realizar maniobras, “aunque no en alta mar”, por tener que funcionar solo con el sistema manual de emergencias al estar “el principal estropeado desde hacía meses”. Kostazos intentó dimitir como capitán una primera vez ese mismo puerto griego, aunque luego fue convencido por el armador de seguir con la promesa de solucionar todo y enviar los suministros necesarios para reparar las deficiencias en Gibraltar, a donde tenía previsto inicialmente cargar el fuel, o luego en San Petersburgo, donde finalmente, pero ya con Mangouras al mando, se llenaron los tanques con 77.000 toneladas para emprender la ruta que se truncó frente a Galicia.
Las vicisitudes y problemas durante la corta travesía con Kostazos de capitán fueron muchas. La armadora Universe Maritime le “engañó continuamente” con promesas no cumplidas de suplir cuanto antes las deficiencias. No obstante, el capitán no consignó en el diario de navegación los problemas sobre el pésimo estado del barco. No mencionó ninguna deficiencia estructural del barco, ni la corrosión en los tanques, ni defectos de la chapa del casco. “No lo hice para proteger a la armadora, sabía que ella ya estaba informada de la situación del buque”, admitió. Sin embargo, cuando el segundo de máquinas realizó un informe de dos páginas relatando todos los problemas del viejo petrolero, con amenaza de enviarlo a las autoridades competentes, el capitán Kostazos ratificó de su puño y letra que todo era cierto y lo envío por fax a la armadora. A la empresa le pidió entonces que le indemnizase y lo despidiera. “Cuando vi que no había intención de arreglar nada, dimití. El principal motivo de mi salida era que el barco no era fiable, ni seguro. Y si no podían solucionar las cosas más pequeñas, imagínese las más graves”, aseveró el marino griego ayer en el juicio que se celebra en A Coruña desde el pasado mes de octubre.
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