La empresa municipal de suelo de Córdoba se disuelve por las deudas
Ningún comprador ha pujado por parte del patrimonio de Procórdoba
Hasta aquí ha llegado. Procórdoba, la empresa municipal de suelo de Córdoba, se disuelve. Acorralada por unas deudas insalvables, su consejo de administración aprueba este lunes, con toda probabilidad, la primera desaparición de un organismo autónomo del Ayuntamiento. “Los estados financieros de Procórdoba ponen de manifiesto la imposibilidad de desarrollar su fin social, por lo que está abocada a su disolución”, puede leerse en un pasaje de las 99 páginas de informes que sirven de tercer punto del orden del día del consejo de hoy.
Este documento es resumen, balance y despedida de la empresa que fue principal fuente de financiación municipal durante la feliz primera década del siglo. Una etapa marcada por la burbuja inmobiliaria y las millonarias ventas de terreno. Asolado por la crisis, el sector prácticamente ha desaparecido. Y ahí está la clave del crack económico en el que se encuentra sumida la entidad. Ya nadie compra tierra; y la empresa, cuyo valor contable el 31 de diciembre de 2012 ascendía a 30,1 millones de euros, se muere de hambre. Si sus suelos valían cerca de 100 millones en 2007, hoy este inmenso patrimonio apenas si vale ya la mitad de entonces.
El drama se sintetiza en un sencillo cuadro que aparece en el Informe económico y tributario sobre Procórdoba y su posible disolución, redactado por F&J Martín Abogados. Allí se indica que las pérdidas acumuladas desde 2006 suman más de 28 millones de euros. Solo en el ejercicio pasado de 2012, el diferencial entre ingresos (4,2 millones) y gastos (8,4 millones) tiñó de rojo unos resultados de más de 4 millones de pérdidas.
Pero el año pasado no fue el peor. Las pérdidas más importantes se registraron en 2008, el año del crack inmobiliario, cuando se llegaron a sumar casi 11 millones de euros en números negativos. Esas pérdidas se enjugaron en 2010 con la firma de la póliza de crédito de BBVA cuya pago de 16 millones vence en julio. La imposibilidad de hacerle frente por parte de Procórdoba le condena a la desaparición.
Aun tomando esta salida, el enorme pasivo de Procórdoba, no se esfuma. Ni mucho menos: va a pasar al Ayuntamiento. Y en sus oficinas de la Delegación de Hacienda ya se está haciendo sitio para la lluvia de números rojos que se le viene encima. Su encaje podría derivar en nuevos recortes por parte del Consistorio. Porque si la deuda municipal sobrepasase el límite del 110% de todo el presupuesto (actualmente está en el 103,09%), el Ministerio de Hacienda obligaría al Ayuntamiento a aplicar un plan de sostenibilidad que pasaría por un nuevo plan de ajuste.
La decisión de disolver a Procórdoba, obedece a una voluntad de agilizar el proceso. Si se decidiese acudir a la liquidación para hacer frente a las deudas (y no cargar con ellas al Ayuntamiento) el proceso podría durar varios años. Los informes coinciden en que hoy por hoy es casi imposible vender a un precio razonable el patrimonio de la entidad. De hecho, desde que en marzo, el concejal de Urbanismo y presidente de Procórdoba, Luis Martín, anunciase que se ponía en venta la propia sede de la empresa municipal, en la plaza de la Corredera, además de suelo industrial y residencial en varios puntos de la ciudad por ocho millones de euros, ningún comprador se ha hecho con el lote o parte del mismo. Por eso se opta por la disolución. Pero además de todo el patrimonio y deudas de Procórdoba, también sus nueve trabajadores pasarán a ser personal laboral del Ayuntamiento.
El Consistorio intentará liquidar lo antes posible las deudas que recibe de la entidad. En principio, tiene que levantar la póliza de crédito con el BBVA. Los 16 millones ya son menos porque la empresa ha conseguido que la Junta le pague tres millones de los 3,6 que le debe, y que la Gerencia de Urbanismo se comprometa a pagarle en diez años cerca de diez millones por la construcción del fondo norte del Estadio del Arcángel.
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