Camacho fuerza el pulso por la financiación
La líder del PP catalán sopesa romper la disciplina de voto si no hay acuerdo
Los socialistas catalanes rompieron hace dos meses la disciplina de voto con el PSOE al defender el derecho a decidir y, de paso, quebraron el tabú que les perseguía de que nunca se atreverían a dar ese paso. La experiencia es muy reciente y el quebranto del voto se ha convertido en Cataluña en una especie de prueba del algodón para demostrar hasta qué punto los partidos están dispuestos a defender sus convicciones por encima de lo que defiendan sus direcciones en Madrid. El Partido Popular catalán mantiene serias diferencias con algunos de los barones por la mejora de la financiación en Cataluña, y ayer Alicia Sánchez-Camacho no descartó llegado el caso romper la disciplina de voto. “Si mi partido no lo acepta o no se llega a consensos, valoraré las consecuencias, porque para nosotros es una prioridad. Espero que no sea así y prefiero ponerme en lo mejor que en lo peor, porque creo que con amenazas u ofensivas no se consigue nada”, dijo en una entrevista en Catalunya Ràdio.
La dirección popular matizó ayer que Sánchez-Camacho no estaba abonando en esas declaraciones desmarcarse de su partido. Pero la realidad es que denotan hasta qué punto está dispuesta a defender su modelo de financiación. No se trata de algo pasajero: el PP catalán lo reivindica con firmeza y se alinea así, además, con la mayoría de los partidos catalanes que abogan por mejorar el modelo. Los populares sostienen también que ese espacio ha quedado huérfano después de que CiU archivara la vía del pacto fiscal y haya apostado por la vía soberanista después de que sus exigencias acabaran en la nada.
En realidad, lo que persigue el PP catalán no es una revisión quinquenal del modelo, que expira este año, sino una transformación profunda del mismo que plantee si debe contemplar la gestión de todos los tributos. Y, básicamente, espera incluir la solidaridad finalista; es decir, mantener la cohesión de las comunidades más ricas con las que generan menos ingresos, pero aplicando el mismo canon de control con el que se rigen los fondos europeos. Es decir, supervisar dónde van esos pagos y que se destinen a servicios sociales básicos. Los presidentes de Extremadura, ya sean del PSOE o del PP, siempre han criticado que Cataluña pueda disfrutar de alguna singularidad. Pero el partido de tenis está abierto porque hasta el PP catalán ya replica. “¿Por qué en Extremadura los libros de texto de los colegios tienen que ser gratis y en Cataluña se tienen que pagar?”, se preguntó un cargo de la dirección, utilizando un argumento hasta ahora empleado solo por otros partidos. Pero el PP catalán se ampara en el principio de igualdad de todos los españoles y añade que ese agravio lo sufren también Valencia, Baleares o Madrid. “Un dirigente de ellas me llegó a decir: ¿Por qué tengo que recortar mientras en Extremadura hay televisión autonómica?”, reveló para certificar el debate.
El presidente extremeño, José Luis Monago, ya ha avisado de que si Mariano Rajoy hace un guiño a Cataluña, deberá hacer 17. “Que hagan sus propias propuestas en defensa de su comunidad y no criticando la nuestra. Que hagan lo que dice Rajoy”, replicó Sánchez-Camacho, insinuando su complicidad con La Moncloa. La senadora hace un año que mantiene reuniones para tratar el asunto con el Ministerio de Hacienda y también con José Manuel García-Margallo, el ministro de Exteriores, hombre de absoluta confianza de Rajoy y que ya lanzó la idea de que las comunidades pudieran gestionar el 80% del IRPF.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.