La asfixia financiera de Cataluña acerca a Rajoy y Mas
Ambos presidentes tratan en La Moncloa el problema financiero de la Generalitat Las discrepancias por el proceso soberanista quedan en un segundo plano
Las necesidades pecuniarias de Cataluña a corto plazo han podido más que las discrepancias políticas de fondo. Mariano Rajoy y Artur Mas han decidido poner freno a la espiral de enfrentamiento en la que entraron el pasado septiembre, cuando el presidente catalán convocó elecciones anticipadas con el objetivo de preparar una consulta de autodeterminación. Rajoy y Mas se reunieron con total discreción a comienzos de esta semana en La Moncloa y acordaron relajar el objetivo de déficit para las comunidades autónomas. Esta decisión es clave para Cataluña, única comunidad que hoy no tiene Presupuestos por la incapacidad de aplicar un recorte de más de 4.400 millones al que obligaría el actual techo de déficit del 0,7% del PIB..
Ni La Moncloa ni la Generalitat han precisado la fecha de la reunión ni de han dado detalles de un encuentro que celebró con la más absoluta discreción a petición de Mas. Este ni siquiera informó previamente a algunos de sus principales colaboradores de Convergència i Unió. Quería evitar la exhibición pública del encuentro en un momento de especial debilidad política, pues a la falta de Presupuestos se le suma la situación de asfixia financiera de la Generalitat y las exigencias de sus socios de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) para que mantenga sin tregua el enfrentamiento con el Gobierno central.
Mariano Rajoy accedió a recibir a Mas lejos de las cámaras y la tensión que presidió su última reunión pública, en el Palacio de la Moncloa el pasado 20 de septiembre, en un intento de mostrar voluntad de diálogo. Gobierno y Generalitat consensuaron incluso la versión oficial del desenlace del encuentro, que se resume en relajar el objetivo de déficit autonómico, rebajar el clima de enfrentamiento en el día a día y en dejar claro que ni uno ni el otro se mueven un ápice en lo que al proceso soberanista se refiere. “El acuerdo implica dar aire a la Generalitat y no pelearnos por todo en el día a día, pero ello no significa renunciar a la consulta”, resumieron fuentes próximas al presidente catalán. Las mismas fuentes insistieron en decir que en lo que se refiere al proceso soberanista las posiciones se mantienen “extremadamente alejadas”.
El jefe del Ejecutivo decidió hace ya tiempo diversificar su estrategia y su relación con Mas. Esto es, mano dura en la línea política y flexible en el terreno fiscal. Por un lado, recurre la declaración soberanista del Parlamento catalán, y por otro ofrece ayuda al Gobierno de CiU. En defintiva, un juego del palo y la zanahoria que adquirió un carácter más oficial en la reunión de esta semana. Un encuentro que se ha celebrado después del Consejo de Política Fiscal y Financiera del jueves pasado y después de que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y la mano derecha de Rajoy, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, trabajaran desde Madrid para preparar el terreno para la cita. Montoro intensificó sus contactos con el consejero de Economía de la Generalitat, Andreu Mas-Colell. Y la número dos del Gobierno central retomó las conversaciones con Francesc Homs, hombre fuerte del Gabinete de Mas y que en La Moncloa en el PP suelen vincular al discurso más duro en el ámbito soberanista.
La Generalitat aspira a ampliar su límite de déficit del 0,7% del PIB hasta el 2%
Santamaría ha recuperado además, públicamente, un tono más distendido. Lo que más valora el Gobierno es esa actitud manifestada la semana pasada por el líder de CiU en la Cámara baja, Josep Antoni Duran Lleida, que apeló a un “diálogo sin reservas” y al “reconocimiento de la legitimidad del otro”. La vicepresidenta afirmó que La Moncloa no desperdiciará esa oportunidad. “Le agradezco esa disposición que, indudablemente, el Gobierno aprovechará”, quiso dejar claro después del guiño lanzado por Hacienda, que acordó constituir un grupo de trabajo para fijar un déficit distinto en cada comunidad, lo que molestó a autonomías del PP como Madrid, Castilla y León y Extremadura,
La de esta semana no es la primera reunión secreta que ha impulsado Mas en los últimos tiempos en un intento de romper el aislamiento. El presidente de la Generalitat llegó a reunir a su Gobierno sin ningún tipo de anuncio público la semana pasada para pedir a sus consejeros que aparcaran el enfrentamiento con Madrid y se dedicaran al diálogo constructivo ante la situación de “emergencia” que viven las finanzas catalanas. Igualmente discretas han sido sus reuniones con el líder de los socialistas catalanes, Pere Navarro. Pero las conversaciones con el Gobierno se centran en lograr un poco de aire para las finanzas catalanas. Y en este momento ello se resume especialmente en el acuerdo de relajar el objetivo de déficit, que la Generalitat aspira a que pase desde el actual 0,7% del PIB a uno próximo al 2%. Ello permitiría que, en lugar de recortar 4.400 millones el Gobierno catalán tuviera que prescindir de 1.800, algo que sería duro, pero un poco más asumible política y socialmente.
Rajoy y Mas constataron, además, que el proceso de consolidación fiscal se ha complementado con el funcionamiento de los mecanismos de liquidez autonómica desarrollados a lo largo del año pasado, que continuarán este ejercicio. En este sentido, Cataluña espera recibir del Fondo de Liquidez Autonómico este año como mínimo 9.073 millones de euros.
CiU y PP contemplan otras reunión, esta vez pública de los dos presidentes
Todo ello debería permitir a la Generalitat sobrevivir al ahogo financiero que se ha traducido en constantes impagos. Por esta razón, fuentes de la dirección de CiU insistían ayer en que el deshielo entre Rajoy y Mas no es solo una buena noticia para Cataluña. “Aligerar la asfixia financiera de la Generalitat también le interesa al Estado, porque Cataluña es la comunidad que sigue tirando del carro de la economía”, insistían estas fuentes. “Las dos partes seguimos ganando”, apostillaban.
El diálogo de Mas con Rajoy también da argumentos al presidente catalán para frenar las exigencias cada vez más duras que le llegan por parte de Esquerra Republicana. El Ejecutivo no ha dejado de lanzar advertencias al respecto. “Espero que en esa fijación de prioridades”, resumió Santamaría tras el último Consejo de Ministros, “haya una reflexión sobre la necesidad que tenemos que de trabar todos juntos”. Ahora la Generalitat está a la espera de resultados concretos. El objetivo, —mientras CiU y PP contemplan otra reunión, esta vez pública, de los presidentes— sería que se oficialice el nuevo objetivo de déficit después de Semana Santa para que la Generalitat pueda elaborar sus cuentas con recortes menos agresivos y conseguir así que sus socios de ERC.
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