El túnel sin fin de Santana

El proceso de liquidación de la factoría automovilística Santana Motor está siendo especialmente tortuoso cuando en febrero se han cumplido ya dos años desde que la Junta —dueña de la empresa— cerró la planta de Linares (Jaén). Aunque el Gobierno andaluz aprobó en octubre un decreto ley para abonar las prejubilaciones a 785 antiguos empleados de Santana mayores de 50 años, los pagos se han interrumpido después de dos mensualidades. Mientras, otros 354 extrabajadores siguen a la espera de las recolocaciones e indemnizaciones plasmadas en el acuerdo suscrito con los sindicatos el 14 de febrero de 2011.

Pero el principal tema pendiente es el prometido Plan Linares Futuro, un programa de reindustrialización llamado a amortiguar el impacto del cierre de Santana en toda la comarca norte de la provincia jiennense. El plan sigue muerto dos años después, según la Junta porque la crisis económica ha truncado la llegada de la media docena de firmas que se iban a asentar en las instalaciones del parque empresarial de Santana. “Nadie puede sustraerse a una realidad y la realidad es que hay una crisis económica”, señaló el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, en su última visita a la provincia de Jaén.

La parálisis del plan industrial ha provocado que 354 extrabajadores sigan aún pendientes de su recolocación o, en todo caso, del cobro de indemnizaciones. En concreto, para 274 antiguos empleados del parque de proveedores de Santana se preveían cursos de formación específica, pero aún siguen sin ninguna prestación. Y otros 80 aguardan su recolocación tras quedarse fuera de las prejubilaciones aprobadas para los mayores de 50 años.

“La situación de las familias afectadas es alarmante, hay gente que está acudiendo a los comedores sociales y otras con amenazas desahucios de sus domicilios”, subraya Juan Salazar, uno de los portavoces de los santaneros. Los trabajadores a los que se ha interrumpido el pago de las pólizas de prejubilación tienen que asumir mensualmente los pagos de la Seguridad Social y de los intereses de las deudas contraídas con los bancos.

La indignación la comparten también todos los grupos políticos del Ayuntamiento de Linares, con su alcalde, el socialista Juan Fernández, a la cabeza. “Más que reflotar la antigua Santana parece que la están hundiendo”, aseveró Fernández, que en las últimas semanas ha redoblado la presión hacia la Junta de Andalucía.

La Junta también sigue sin atender la petición del Ayuntamiento linarense —aprobada en un pleno por todos los grupos— para la cesión al municipio de los activos de la antigua Santana incluida la propiedad intelectual para la fabricación del modelo Masif, antes Aníbal (el todoterreno Land Rover de toda la vida). La intención del Consistorio linarense es asumir por su cuenta la reactivación del tejido industrial aprovechando que las cadenas de montaje están intactas. “La cesión es necesaria y posible, sobre todo si la Junta ya no quiere asumir la gestión empresarial”, precisó el alcalde linarense. También el Pleno del Ayuntamiento de La Carolina ha reclamado esta semana la cesión de los 20.000 metros de suelo industrial que la Agencia de Innovación y Desarrollo de Andalucía (IDEA) tiene en el municipio.

Mientras la Junta estudia esa propuesta de cesión, el consejero de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, Antonio Ávila, ha anunciado que, con el fin de hacer más atractiva la llegada de empresas al plan industrial de Linares, la Junta rebajará de 30 euros a 50 céntimos el alquiler del metro cuadrado de las naves del parque empresarial de Santana. “El objetivo es facilitar la instalación de las empresas en el parque de Linares y, en ese sentido, hay que tomar determinaciones con carácter inmediato. Ahora mismo, cualquier emprendedor que quiera instalarse en el parque está en posición de comprar o alquilar la instalación”, indicó Ávila en Jaén.