CulturArts asegura que pretende enterrar el sectarismo

Prudencia, diálogo racionalización, escucha, pluralismo... Fueron los vocablos más empleados este viernes por el director general de CulturArts, Manuel Tomás, en la presentación de su proyecto. Solo levantó el pie de su cautela para afirmar con rotundidad que no se va a privatizar la gestión del Teatro Principal de Valencia. Tampoco asumió el anuncio de despido del 40% de la plantilla cultural que anunció la anterior consejera de Cultura, Lola Johnson, al referirse a la constitución de CulturArts —que aglutina a Teatres, los institutos de la música, la conservación y del audiovisual, parte de las fundaciones del Palau de les Arts y La Luz de las Imágenes, y la mercantil Castelló Cultural—. “De despidos ya hablaremos cuando se conozcan bien todas las necesidades de la nueva estructura”, dijo.

Aseguró confiar su gestión al diálogo con todos los colectivos y profesionales de la cultura, y anunció su intención de contar “con las universidades [como el departamento de Economía de la Cultura] y con la intelectualidad, y no solo en los consejos asesores”. Una pretensión que podría parecer una obviedad, pero que llama la atención por su ausencia durante años en la gestión pública de la cultura. Tomás ya se ha reunido con las empresas de teatro de Avetid y con otros colectivos.

El director de CulturArts, que lleva tres semanas en el cargo, anunció que uno de los pilares de su gestión será una “nueva política” cuyo propósito sonó a enterrar el sectarismo. Tomás se refirió a recuperar “la funcionalidad de la cultura”, y superar “el conflicto identitario”. Señaló que el reconocimiento al artista nacionalista y de izquierdas Andreu Alfaro, a cuyo funeral asistió la actual consejera de Cultura, María José Català, “implica una idea fuerza muy clara”. Luego volvió a recurrir al escultor del metal para ilustrar su propósito sinergético: habrá una exposición-homenaje y se ha encargado a un compositor valenciano una pieza que interpretará un quinteto de metal de cinco músicos autóctonos. No se cerró a programar grupos de gran éxito como Obrint Pas o cantantes como Raimon, que han tenido cerrados los escenarios públicos valencianos. Afirmó que “los creadores valencianos son patrimonio de todos los valencianos”.

Sonó bien la música de su discurso teórico, a rigor y a profesionalidad; falta por comprobar si la interpretación práctica se escribe en el mismo pentagrama. Las estrecheces presupuestarias y las posibles fricciones en el seno del PP, acentuadas por el hecho de que Tomás no es un hombre de partido, pueden dificultar la implementación de sus planes. Cuenta, no obstante, con el total apoyo de quien lo nombró, María José Català, un valor en alza en las alicaídas filas populares.

El director del conglomerado no asume el 40% de despidos de Johnson

Director durante más de 10 años del conservatorio de Torrent, profesor de música de profesión y exsubsecretario de Educación, Tomás manifestó que el nuevo holding “se construirá entre todos” porque lo contrario “sería suicida”. Instó a que el debate sobre la entidad se centre “en las ideas y no en las personas”, y no concretó quiénes de los actuales directores de institutos culturales continuarán como subdirectores de sus unidades de actividad. Sí dijo que negociará con todos los comités de empresas los posibles despidos.

En su hoja de ruta figura la creación de un departamento de mecenazgo y patrocinio para impulsar la colaboración entre el sector público y el privado. Y aunque “el núcleo de la cultura artística valenciana se hace desde lo público”, no se descarta compartir la gestión pública y privada de algún espacio cultural.

José Luis Moreno será su adjunto a la dirección general de CulturArts. Hasta ahora, trabajaba en el IVAC, donde estaba bien considerado por su labor. No habrá fichajes externos.