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Repsol buscará nuevos yacimientos de petróleo en el delta del Ebro

La empresa planea pruebas sísmicas a 17 kilómetros de la desembocadura del Ebro para estudiar la viabilidad de nuevos pozos

Plataforma Casablanca en el delta del Ebro.
Plataforma Casablanca en el delta del Ebro.HELIPISTAS

La compañía petrolífera Repsol está decidida buscar más yacimientos de crudo en el litoral de Tarragona. La empresa ha iniciado los trámites para realizar pruebas sísmicas en una amplia zona del subsuelo marino, situada a 17 kilómetros del delta del Ebro y a 24 de la costa de Tarragona. El proyecto está pendiente de la aprobación del estudio de impacto ambiental por parte del Gobierno, aunque Ecologistas en Acción ya ha presentado alegaciones para paralizarlo. En el caso de que la Administración dé luz verde a los planes de Repsol, la petrolera iniciará el rastreo en el subsuelo entre verano y otoño.

Si durante las pruebas sónicas se hallan yacimientos de petróleo, la empresa valorará su calidad y rentabilidad para luego iniciar los trámites que le permitan perforar nuevos pozos. Tampoco se descarta reabrir antiguos yacimientos porque la compañía, que empezó a extraer petróleo en Tarragona en 1981, ya explota seis pozos en la misma zona desde la plataforma fija Casablanca. Los yacimientos —que se conocen como Casablanca, Boquerón, Rodaballo y Chipirón— tienen una producción de hidrocarburos de 2.000 barriles al día. Desde el 20 de octubre, además, se explotan los pozos Lubina y Montanazo, cuya producción diaria suma 6.000 barriles al día.

Desde hace medio año, Repsol ha triplicado su extracción de barriles en Tarragona. Sin embargo, esta cifra apenas supone un 5% del petróleo procesado en la refinería de Tarragona, donde entre un 35% y un 40% del crudo utilizado procede de Libia. Pese a ello, Repsol pretende buscar nuevo crudo, además de alargar la vida útil de los yacimientos de Tarragona, cifrada en una década, debido al precio al alza del petróleo. Esta semana el barril ha alcanzado los 141 dólares en los mercados internacionales frente a los 40 dólares que le cuesta a Repsol extraerlo. “Para alimentar la refinería se necesita crudo y este hay que buscarlo, localizarlo y transportarlo”, explica Isidro Solorza, jefe de la base de Repsol Exploración en Tarragona.

Ecologistas en Acción presenta alegaciones a la campaña

El proyecto para realizar los estudios acústicos fue publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el pasado 31 de diciembre. A la práctica, este se realizará a través de ondas sónicas, que rebotarán el sonido a la superficie. A través del tiempo transcurrido en este proceso determinarán el estado de las estructuras geológicas. La campaña, cuyo coste se estima en dos millones de euros, se efectuará desde una embarcación que remolcará ocho aparatos y los resultados serán analizados con tecnología 3D. “El petróleo se encuentra a 3.000 metros de profundidad, la materia orgánica se acumula en la misma roca madre”, especifica Solorza. Las exploraciones se ejecutarán en un periodo en el que no transiten cetáceos, según las condiciones que recoge el estudio de impacto medioambiental.

Ecologistas en Acción intentará paralizar el proyecto y ya ha presentado alegaciones al texto porque pretende ampliar la explotación petrolífera “en el Parque Natural del Delta del Ebro”, uno de los ecosistemas “más importantes” de Europa. La entidad alerta de que nuevas prospecciones acentuarían el “riesgo de un daño catastrófico para la salud pública, los ecosistemas y la economía de las comarcas de Tarragona y del Ebro”. Entre los principales motivos para paralizar los sondeos acústicos, la entidad enumera que no existe ninguna forma segura de extraer petróleo desde aguas profundas, con lo que “las actividades de Repsol en la zona representan enormes riesgos de vertidos, incendios y contaminación”. Además, recuerda que Repsol ha sido llevada a la justicia en varias ocasiones por el largo historial de vertidos sucedidos en el litoral de la provincia. En concreto, Ecologistas en Acción cifra en 16 los derrames destacables en la zona provocados en instalaciones de la compañía. Entre ellos, los ecologistas destacan los incidentes “producidos entre mayo y junio del 2009, con el vertido de 100 toneladas de crudo y aceites a mar abierto que la empresa Pride, subcontratada de Repsol, en un principio negó”. En 2010 también se sucedieron varios episodios de vertidos de crudo en las instalaciones tarraconenses de Repsol, que fueron llevados a la Fiscalía. “El Consejo de Ministros aprobó la mayor sanción posible, de 30.000 euros, un importe ridículo en relación a los daños causados si se compara con los beneficios de esta multinacional”, lamenta la entidad.

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