La crisis no puede con Durango

La 47 Feria del Libro y el Disco  Vasco de Durango cierra con un buen sabor de boca. Pese a la coyuntura económica, los varapalos que no deja de recibir la industria cultural y la incertidumbre ante las cifras de una edición que contaba con una jornada menos, la organización considera que este año se han "superado las expectativas" iniciales.

Y no solo respecto a visitantes -se han superado los 106.000, aunque son 29.000 menos que en 2011, cuando la Azoka de Durango contó con cinco jornadas-, sino también en el terreno de las ventas, de las que no se han difundido datos. La asociación cultural Gerediaga, organizadora de la cita, asegura en un comunicado remitido este domingo a los medios de comunicación que los editores, creadores y vendedores que han participado en la feria han realizado un balance "muy satisfactorio" de las ventas, pese al "pesimismo" con el que afrontaban la nueva edición debido a la crisis.

Los organizadores destacan la gran afluencia de visitantes -el jueves fue el día con más participantes- que han recibido los distintos puntos de encuentro y de desarrollo de las actividades que se habían programado para la 47 edición, destacando Ahotsenea.

"Por encima de la crisis, la feria es una cita anual imprescindible"

Lejos de las subidas del IVA, las reducciones de las subvenciones a creadores y del pesimismo generalizado de la sociedad, las grandes cifras de la Feria de Durango invitan a la esperanza: más de 440 novedades, 253 puestos, y 300 actividades, entre ellas varias dedicadas a la cultura invitada, la gitana, y otras curiosas, como una iniciativa para impulsar la Wikipedia en euskera. 

¿Quién dijo crisis? Kirmen Uribe y Toti Martínez de Lezea, entre otros muchos, no dejaron de firmar ejemplares, y los discos -sí, discos-, de Betagarri, Gatibu, Ze esatek! o Benito Lertxundi. La conclusión es, desde el punto de vista de Gerediaga, que "por encima de cualquier coyuntura de crisis económica, la feria de Durango es una cita de referencia imprescindible anual"