La crisis dispara el número de peticiones para aplazar el pago de impuestos

De la crisis parece que no se libra nada ni nadie. Tampoco la Agencia Tributaria de Cataluña, que ha visto cómo en los últimos años se disparaba el número de contribuyentes que le reclamaban aplazar o fraccionar los dos principales impuestos que gestiona: el de transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados y el de sucesiones y donaciones. Ese proceso ha sido imparable desde 2007 y solo tuvo un parón el pasado año, pero por otro efecto, el de la supresión parcial del impuesto de sucesiones y donaciones, que ha permitido a muchos ciudadanos librarse de la tributación.

Según los números de la agencia que dirige el exconseller Lluís Franco, en 2007, inicio de la recesión, poco más de un millar de personas pidieron aplazar los pagos. El volumen de afectados fue creciendo paulatinamente año a año, hasta encontrar su máximo en 2010, cuando los demandantes de esta fórmula fueron 2.140 personas. Y un año después, por el mencionado efecto de la primera reducción del impuesto de sucesiones aplicada por el Gobierno tripartito, fueron 1.866 personas las que dijeron no poder hacer frente a la liquidación de impuestos.

En el caso del impuesto de sucesiones, la legislación catalana permite poder pagar el impuesto con inmuebles heredados. Pero también plantea aplazar hasta dos años, asumiendo el contribuyente un tipo de interés. En el caso de transmisiones patrimoniales también se permite pagar la liquidación en tres anualidades, pero siempre y cuando la vivienda adquirida no supere los 120 metros cuadrados.

La incapacidad para afrontar los pagos tributarios ha crecido de forma proporcional a como ha evolucionado la crisis y se han ido reduciendo los ingresos en concepto de esos dos tributos. En el caso de sucesiones, recortado en dos ocasiones durante los tres últimos años hasta su práctica desaparición, la Generalitat ingresó el año pasado 308 millones de euros. Por su parte, transmisiones patrimoniales aportó a las arcas autonómicas 1.149 millones de euros, nada que ver con los 3.162 millones de 2007.