Los ganaderos deciden suspender temporalmente la huelga de entregas

Lo malo de una huelga de productores lácteos es que no hay forma de impedir que las vacas frenen su ciclo natural de rendimiento. Por eso y porque los ganaderos decidieron plantarse y no malvender más su producto a la industria -lo que les ha estado generando pérdidas que los ahogan- comenzaron a tirar la leche en la segunda jornada de huelga de entregas. En torno a 12.000 toneladas de producto sin vender a la industria. Unos cuatro millones de euros (250 euros por explotación) diarios arrojados por las praderas. Pero ayer, aunque con todas las cautelas por parte de ganaderos y sindicatos, las cisternas comenzaron a recoger la leche de las granjas gallegas. Fue después del acuerdo anunciado por la conselleira de Medio Rural, Rosa Quintana, con los representantes de las industrias, de que se aplicará la Ley (el Tribunal de Defensa de la Competencia de Galicia tipifica como delito el pago del producto por debajo del precio de producción, como se está abonando ahora). Y después de que las asambleas de ganaderos decidieran mayoritariamente, aunque no unánimemente, confiar en el compromiso de la Xunta y darle un plazo.

“No estuvimos en esa reunión y no sabemos cómo persuadieron a las industrias para que comiencen a pagar a un precio real, como en el resto de España”, explicaban ayer a este diario portavoces de los sindicatos Unións Agrarias, Xóvenes Agricultores y Sindicato Labrego Galego, el acuerdo alcanzado entre la industria y el Gobierno gallego. En cualquier caso, la Administración autonómica asumió ante los ganaderos que “responde por los industriales”. Los sindicatos suponen que será a cambio de “esa subvenciones para instalación de nuevas plantas; lo que sea, nos da igual”, matizan.

Mientras esperan que se apruebe, previsiblemente en abril, la Ley que regule los precios, los ganaderos no desconvocan la huelga, solo la suspenden “temporalmente y con vigilancia extrema”, dispuestos a retomarla al primer incumplimiento. Ahora confían en que la Xunta comience a hacer efectivo el pago de las ayudas, por más de 90 millones de euros procedentes de Bruselas correspondientes a los planes de modernización de las granjas. “Se demoran por cuestiones burocráticas mientras nosotros tenemos la soga al cuello”, explican. Los ganaderos esperan ver avances diarios hasta que el primero de enero se comience a cumplir la Ley que les permita obtener un rendimiento a su trabajo en lugar de las pérdidas económicas a la que su producción ha estado sometida hasta el momento. Los productores no se apean de esa “piedra filosofal” de que “nadie puede comprar leche por debajo del precio que cuesta producirla”. Creen que su huelga fue un éxito. Por eso no la desconvocan. Y por eso se mantienen vigilantes mientras van entregando el ordeño diario.

Pero mientras los sindicatos y la mayoría de las asambleas de ganaderos están dispuestos a es cesión cautelosa, para la Federación Rural Galega (Fruga), el principio de acuerdo entre Administración e industrias “llega tarde” además de ser “confuso y sin compromisos”. Esta federación responsabiliza directamente a Feijóo del desastre del sector ganadero. “Antes de llegar él a la presidencia de la Xunta, los precios de la leche en Galicia eran superiores a los que se pagaban en el resto del España e incluso en Francia y ahora son los más bajos de la UE”, lo acusan. Junto a ello, destaca que se adjudicó la planta de Outeiro de Rei a “un reducido número de cooperativas lideradas por personas directamente ligadas al PP” en detrimento de otras ofertas más solventes. Fruga considera “imprescindible” que, además de solucionar los problemas del sector y crear un Grupo Lácteo Galego, se depuren responsabilidades “políticas y económicas” entre quienes permitieron esta quiebra del sector.