Un artista inquieto por los espacios y la luz
Dionisio Gázquez muestra en la Casa de Cultura de Mutxamel 90 piezas de 40 años de creación
Dionisio Gázquez es un artista que siempre ha mostrado un gran interés por los espacios y la arquitectura. “Todas las obras tienen un carácter espacial, entiendo el arte como una destreza con el espacio”, explica Gázquez, que acaba de inauguar en la Casa de Cultura de Mutxamel una exposición, que se podrá visitar hasta el 7 de diciembre, en la que muestra una selección de más de noventa piezas entre dibujos, pinturas y esculturas desarrolladas a lo largo de los últimos 40 años. Según explica es una serie que el artista guardaba “celosamente en su estudio” y no había sido mostrada extensamente al público hasta su reciente itinerancia por diferentes centros culturales de la provincia de Alicante.
Algunas piezas datan del año 1973 y otras son muy recientes. Sobre todo las esculturas blancas, en forma de cubo, en cuyo interior el color adquiere distintas tonalidades en función de la luz. Gázquez es un artista que habla desde la madurez estética y comprometido con el arte contemporáneo, con variados registros expresivos en su obra plástica. El mismo se autodefine como un “inquieto creador de una demostrada y rica trayectoria artística”. Y es que sus obras nutren diferentes colecciones y museos como el IVAM, el Museo e Villafamés o el Museo de la Comunidad Foral de Navarra.
La arquitectura fue una disciplina que siempre le interesó a este artista, de hecho colaboró en tareas culturales con jóvenes arquitectos alicantinos en el CSI (Centro de Servicios e Informes) del Colegio Oficial de Arquitectos de Alicante durante los años setenta. Gázquez diseñó en 1979 los planos de su propia vivienda-estudio en Alicante donde se propuso una solución arquitectónica depurada y audaz, en la cual, el tratamiento de los “espacios” y de “la luz” fueron aspectos fundamentales. El estudio estético espacial y los diferentes diseños compositivos de los huecos para la fachada en este proyecto, que también se exponen en Mutxamel, serían en gran medida, el embrión de muchas obras posteriores vinculadas a estos Espacios de Luz.
En diferentes trabajos de su última creación, observamos como el artista, desde la comprensión conceptual y la experiencia plástica, aplica el cromatismo en obras donde se plasman simbólicas y reminiscentes palabras (con grafías en diferentes idiomas), grabadas en seco, que se combinan con rasgaduras, huecos y triples planos que subrayan un destilado acento lírico y espacial. Como por un turbador milagro, el color -que subyace con su máxima saturación en el interior de estas realizaciones- aflora sutilmente su resplandor al exterior, en función de la intensidad del foco de luz emitido. Son delicadas composiciones texturadas, bañadas por la propia energía cromática que se transforma en luz.
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