La fiscalía pide la retirada del pasaporte de Blasco, que niega todas las acusaciones
El exportavoz del PP en las Cortes declara casi nueve horas y asegura que todos los expedientes son legales
El exconsejero y exportavoz del PP en las Cortes Valencianas Rafael Blasco negó ayer cualquier irregularidad en los expedientes que tramitó cuando era titular de la Consejería de Solidaridad y Ciudadanía durante los años en que se produjo un fraude de al menos seis millones de euros otorgadas por la Generalitat entré 2008 y 2011. Es el llamado Caso cooperación. Blasco acudió ayer a declarar ante la magistrada Pía Calderón, instructora de la causa después de que el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Comunidad aceptara el mes pasado asumirla dada la condición de aforado de Blasco por ser diputado.
A Blasco se le imputan seis delitos, los de fraude de subvenciones, cohecho, prevaricación, malversación de caudales públicos, falsedad documental y tráfico de influencias. En la jornada de ayer, tanto la fiscalía como la acusación popular, encarnada en la Coordinadora Valenciana de Organizaciones No Gubernamentales para el Desarrollo (ONGD), solicitaron a Calderón que se retire el pasaporte al político, medida que previene del peligro de fuga: la magistrada deberá resolver la petición por escrito.
En su declaración, que arrancó a las diez de la mañana y duro casi nueve horas, tras acabar a las 20.30 con un receso de hora y media, Blasco negó que conociera que los miembros de la trama de empresas y ONG implicadas en el fraude le llamaran Roger Rabbit, en referencia al conejo de dibujos animados de la película de Robert Zemeckis, tal y como ha quedado acreditado en multitud de mensajes y conversaciones telefónicas intervenidas por orden de la magistrada Nieves Molina, la titular del juzgado número 21 de Valencia que instruyó la causa durante más de un año hasta que pasó al TSJ.
No he tenido ningún tipo de responsabilidad en las acusaciones que se me han formulado.
También fue preguntado por su relación con Augusto César Tauroni, el principal sospechoso de la causa y único que permanece en prisión desde la redada del pasado 23 de febrero en la que se detuvo a los primeros 14 imputados de un sumario que, con el diputado popular, ya ha elevado esa cifra a 28. En su declaración ante la juez, aseguró que su relación era “normal”, la “propia entre un consejero y un adjudicatario”. Incluso aseguró que muchos dirigentes de ONG tenían su teléfono particular, cuando responsables de la Coordinadora aseguran que eso no es cierto.
Cabe recordar que cuando saltó el escándalo del fraude a las ONG, Blasco declaró que sólo conocía a Tauroni de vista puesto que los dos son de Alzira. No obstante, el sumario recoge decenas de llamadas telefónicas, citas, mensajes y hasta encuentros entre sus personas de confianza para intercambiarse sobres. Un contacto frecuente en el que, además de un trato muy cercano, se da a entender que hasta compartían intereses comunes en algún negocio.
“No he tenido ningún tipo de responsabilidad en las acusaciones que se me han formulado”, aseguró el exconsejero a los medios al finalizar la jornada. Preguntado por si se había decretado alguna medida cautelar, echó balones fuera: “No, porque la tiene que tomar la señora magistrada y lo tendrá que decidir”. Y ante la pregunta de si alguien solicitó alguna, tampoco mencionó la petición de retirada del pasaporte: “Tiene que tomar la decisión la magistrada”.
Blasco, que volvió a referirse al caso como un “linchamiento político-mediático”, obviando las conclusiones de jueces y fiscales, afirmó que aportó sus datos económicos: “He entregado la declaración de mi patrimonio y de mis bienes y ha quedado demostrado que no he tenido no solamente ningún incremento en la etapa que he sido responsable político, sino que además tengo hoy menos recursos económicos que el día que empecé a ejercer mi función pública”.
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