Tapas del mundo, uníos
56 locales de Lavapiés se unen en una ruta por los sabores de todo el planeta en formato pequeño y a un euro
Dicen que el barrio de Lavapiés, con sus empinadas callejuelas que van a dar al paseo marítimo de la calle Argumosa, es como un pequeño puerto pesquero en el que recalan gentes de todo el orbe terrestre. La tantas veces señalada multiculturidad del barrio viene a reafirmarse en su plano gastronómico en la ruta Tapapiés, que desde el pasado miércoles y hasta el domingo 28 ofrece tapas multiculturales en 56 establecimientos del barrio.
“Queremos acercar a la gente a un barrio que muchas veces tiene mala imagen. Queremos mostrar que la mezcla de nacionalidades solo supone mayor número de culturas, mayor diversidad”, explica Javier Vázquez, presidente de la organizadora Asociación de Comerciantes Distrito 12. El año pasado, en la primera edición, 60.000 visitantes se dejaron caer por al barrio, dejando atrás los platitos vacíos de 150.000 tapas. Este año esperan batir estas marcas, pues el total de locales ha subido de 31 a 56 y se ha aumentado número de días. “El año pasado fue un éxito”, continúa Vázquez , “el barrio estuvo patas arriba, tanto en laborables como en festivos. Esperamos que este año sea todavía mejor, pues muchos hosteleros se han unido: también se ha visto que ha sido una de las mejores fuentes de ingresos de la temporada”. Y los precios, anticrisis: la tapa sale a un euro, y acompañándola con un botellín de cerveza Estrella Damm (que es el patrocinador principal de la ruta), dos euros.
La tapa y el tapeo se ha convertido en una seña de identidad española en muchos lugares del mundo. La vuelta de tuerca que propone Tapapiés es darle a la tapa un paseo allende nuestras fronteras y, concretamente en esta edición, mezclar influencias de varias gastronomías en una sola pieza. Así encontramos curiosas combinaciones, como el Ceviche de pulpo, receta que une la tradición gallega y la peruana en el restaurante O Pazo de Lugo (Argumosa, 28) y que se sirve dentro de una lata de conserva. La Torre de Babel, que ofrece el restaurante hindú y tailandés Fantástico (Doctor Piga, 21), es una columna de torta de carne y lentejas con cebolla con influencia de la lejana Mongolia. En el Alma Café (Santa Isabel, 42), sirven la Canasta griega, una tartaleta rellena de ensalada con queso de cabra, típica de Grecia. Del sur al norte: La Inquilina (Ave María, 39) echa a volar el Ovni noruego, un inquietante platillo volante en forma de tartaleta de salmón ahumado y sésamo sobre una base de crema de queso con nueces y salsa de soja.
Hay tapas con anécdota: en la Pizzería della Cabezza (Lavapiés, 6, esquina con Cabeza) han optado por una receta sefardí, una especie de empanadilla con requesón, queso y papas cocidas llamada Burreka. La razón es que en la calle Cabeza se ubicaba en tiempos de la Santa Inquisición una cárcel para los herejes, que no eran más que los judíos que después de la expulsión por los Reyes Católicos habían permanecido en el barrio, antigua judería, viviendo en clandestinidad. En el bar asturiano Naranjo de Bulnes (Salitre, 44), se puede tomar una tapa bautizada oficialmente como El bocao de Asturias, pero que al basarse en chorizo empieza a ser conocida por la dicharachera plebe como El bocao del diputado. Más risas: El cono de la Bernarda es cucurucho de aires libano-caribeños relleno de baba ganoush (pasta de berenjenas libanesa) y gamba frita, con un toque de pimentón. Lo sirven en La Playa de Lavapiés (Argumosa, 9).
Si le gusta tapear de forma exótica y quiere probarlo todo tendrá que aplicarse duramente, porque esto puede llevar su trabajo: según nuestros cálculos si se come bien con cuatro tapas, tendrá que visitar 14 veces Tapapiés, en horario de comida, merienda o cena, para dar buena cuenta de toda su oferta. El tiempo apremia.
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