Salud revisará a la baja los planes de necesidades de profesionales
La jornada de 37,5 horas y la caída de población reducen el déficit de médicos
El último estudio de necesidades de profesionales sanitarios en Andalucía ha quedado desfasado antes de cumplir un año. Algunas de las medidas de ajuste adoptadas desde la Administración y la crudeza de los datos que va dejando tras de sí la crisis han cambiado las previsiones que tenía la Consejería de Salud para las próximas décadas. A corto plazo no es posible contratar a tantos nuevos médicos como se pensaba, pero, además, tampoco va a hacer falta, según las variables que maneja el departamento que dirige María Jesús Montero.
Fuentes del Servicio Andaluz de Salud (SAS) aseguran que el último informe de necesidades de profesionales, presentado el pasado mes de enero, ya no es válido. Hay que revisarlo y, según estas fuentes, será a la baja. En 2006, el primer estudio de estas características elaborado por el SAS encendió las alarmas al revelar un importante déficit de facultativos para los próximos años, debido sobre todo al incremento de la población y a que entre los años 2015 y 2025 le tocaba jubilarse al 35% de los médicos en activo. La Junta puso en marcha varias medidas para paliar este déficit, desde retrasar a los 70 años las jubilaciones, a aumentar las plazas de las facultades de Medicina.
El veto a nuevos contratos y el parón de inversiones limitan la falta de sanitarios
La receta dio resultado y el informe presentado este año concluyó que, con esas medidas, el número de sanitarios está garantizado hasta 2039. El estudio ya daba una pista de que la crisis estaba reduciendo el déficit de profesionales: la previsión del crecimiento poblacional en Andalucía para las próximas décadas se había reducido en 400.000 personas como consecuencia, sobre todo, del descenso de la población inmigrante. Aun así, los responsables del SAS consideraron entonces, hace apenas nueve meses, que había que mantener los planes de incremento de médicos. “Con la previsión anterior íbamos más justos y ahora vamos más holgados”, explicó María Jesús Montero.
Pero la saña de los datos económicos y algunas de las medidas de ajuste impuestas desde el Gobierno central en los últimos meses han hecho pisar el freno. Por una parte, la crisis está acarreando un descenso poblacional mayor del previsto cuando se hizo en estudio. Las proyecciones de población con las que trabajaba la Junta apuntaban a que en 2035 Andalucía podía alcanzar los 9,38 millones de habitantes (frente a los 8,15 millones de 2009). Esta previsión ya es papel mojado y los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) advierten de que la mayoría de las comunidades, incluida Andalucía, no solo no ganarán habitantes en la próxima década, sino que los perderá.
Tampoco se van a cumplir los planes que tenía el SAS respecto a las nuevas aperturas de hospitales y centros de salud, que habían sido tenidas en cuenta al elaborar los estudios de necesidades de profesionales. Las infraestructuras que ya están en obras se van a terminar, aseguran fuentes del SAS, pero más tarde de lo previsto. Y las que estaban pensadas pero no han empezado a construirse se quedarán en los planos hasta que el Gobierno andaluz recupere su capacidad de inversión.
El dato fundamental que alertó del futuro déficit de médicos fue la constatación de que entre 2015 y 2025 se tienen que jubilar 11.000 de los 34.000 médicos que hay en activo. Esta previsión se mantiene, pero mientras los estudios de necesidades profesionales elaborados en 2006, 2009, y 2011 daban por sentado que las vacantes de los jubilados se cubrirían con nuevos médicos, la realidad actual es otra. Y en ella tienen mucho que ver dos de las medidas incluidas en los últimos decretos de ajuste del Gobierno central.
Por una parte, el Ejecutivo de Mariano Rajoy ha limitado al 10% la tasa de reposición de los empleados públicos que se jubilen. Por ahora, por cada diez facultativos que se retiren solo se podrá contratar a uno, lo que deja fuera a nueve de cada diez profesionales con los que contaba el estudio de necesidades del SAS.
Pero además, el incremento de la jornada laboral de 35 a 37,5 horas semanales implantado por el Gobierno central suponen para la Consejería de Salud un excedente de nueve millones de horas al año. En el caso de los médicos y los enfermeros, esas dos horas y media semanales de más que le corresponden a cada trabajador se están cumpliendo en las llamadas jornadas complementarias, que están fuera del horario habitual y se pagan aparte (guardias, continuidad asistencial y atención continuada). Esta decisión ya ha influido en que Salud haya contratado entre julio y agosto 207.000 jornadas menos que en los mismos meses del año pasado.
La necesidad de incrementar el número de nuevos médicos estaba también detrás de la decisión de abrir tres nuevas facultades de Medicina (en Huelva, Jaén y Almería). La Consejería de Economía ha anunciado esta semana que, por ahora, los proyectos se aparcan, entre otras razones, por la imposibilidad de contratar profesores. Cuando se levante este veto, Salud tendrá que revisar también si la necesidad de nuevas plazas universitarias de Medicina que había previsto sigue vigente.
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