El aceite cuida (por fin) su imagen
Aceiteras andaluzas crecen en el exterior innovando en sus envases
El aceite de oliva arbequino al humo de roble Castillo de Canena está causando sensación en Beverly Hills y en otras tiendas gourmet de las principales ciudades norteamericanas, donde se llega a pagar 60 dólares por una botellita de medio litro de aceite de alta gama. Lo hacen por la calidad del producto, que utiliza un sistema de producción artesanal y obtiene un aroma caramelizado, pero también por la innovación de su envase: una elegante botella en formato cilindro en color azul turquesa serigrafiada en negro.
El éxito de la empresa jiennense Castillo de Canena lo están compartiendo otras muchas aceiteras andaluzas que están creciendo en los mercados exteriores apostando por su marca propia y por la innovación en sus envases. Es la contraposición a un escenario en el que la crisis económica ha disparado hasta el 70% el porcentaje de marca blanca del aceite de oliva en las grandes cadenas de distribución.
“El valor añadido está en la innovación y la apuesta por los aceites de alta gama”, expone Rosa Vañó, directora comercial y de marketing de Castillo de Canena, una empresa que ha crecido en plena crisis un 25% y que tiene posicionados sus aceites en 40 países de todo el mundo, principalmente de Europa, Estados Unidos, Japón y Australia.
El mercado asiático y EE UU copan la exportación con marca propia
Al contrario de Italia (país al que España exporta casi la mitad de su aceite a granel), donde en los lineales de los supermercados se pueden encontrar hasta una treintena de marcas de aceite de oliva, en las grandes cadenas de distribución del país los consumidores apenas pueden encontrar la marca blanca y, si acaso, otra más. Es una rémora casi endémica del sector oleícola de la que están intentando marcar distancias un puñado de cooperativas y empresas andaluzas. Es el caso también de Hojiblanca, el mayor productor oleícola mundial, que ha mejorado su imagen exterior con la incorporación de una nueva línea de aceites monovarietales arbequina, verdial y cornicabra, junto a una nueva línea de vinagres de Jerez y de Módena. Una gama que le ha servido para ser premiada con el prestigioso Worldstar 2011-2012 gracias a sus botellas de vidrio más estilizadas y de diseño exclusivo.
“La renovación de nuestros formatos está teniendo una gran acogida en los mercados de exportación”, se indica desde Hojiblanca, que el último año exportó a más de 60 países, entre ellos China y Estados Unidos, sin duda los dos principales colosos en los que estas empresas tienen puestas sus miradas.
Mención especial merece el caso de China, donde España ocupa ya el primer puesto en la venta de aceite de oliva, pues el 44% del mercado oleícola chino corresponde a empresas de este país. Según los datos del Observatorio para la Internacionalización de la Economía Andaluza de Extenda, los productos más exportados por Andalucía al país oriental son grasas y aceites, con un 48,9% y un crecimiento del 112% el pasado año. Y entre enero a junio de este año, las ventas al exterior de combustibles y aceites han representado el 18,8% de las exportaciones totales de Andalucía (2.408 millones de euros), con un crecimiento de un 24,6% con respecto a los mismos meses de 2011.
Un ejemplo de la apuesta por el gigante chino lo representa Aceites Guirado Noguera, de la Denominación de Origen Sierra de Cazorla, que ha constituido una empresa mixta con dos entidades chinas para vender aceite virgen extra en 50 grandes supermercados del país asiático. “Ya llevamos dos años exportando aceite al mercado chino y está teniendo una buena aceptación, ya que cada vez nos piden que hagamos envíos más grandes”, indica Juan José Guirado, gerente de esta aceitera de Cazorla. Merced a este acuerdo, la empresa pretende exportar el primer año unos 300.000 litros de aceite de oliva con denominación de origen.
Incluso el potente grupo Acesur, que lleva dos décadas en China con su marca La Española, ha entablado ahora contactos con la empresa agroalimentaria china Wahaha para ampliar su mercado asiático, que consideran “primordial”. Su consejero delegado, Gonzalo Guillén, reconocía recientemente que la asignatura pendiente del sector era la presentación del producto: “Hay que ser bueno y parecerlo”. Los productores que apuestan por la calidad y la innovación confían también en las ventajas que supondrá que el mercado asiático esté empezando a asociar al aceite de oliva como producto saludable.
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