Cerca de siete de cada diez empresas alavesas están en recesión

Más de la mitad de las empresas alavesas prevé cerrar 2012 con peores resultados que el pasado ejercicio, solo el 7% utiliza toda su capacidad productiva y casi ocho de cada diez asegura que el nivel de pedidos que reciben es débil —el 92% en el caso de la construcción—. El 66% tiene una facturación inferior a la de julio del pasado ejercicio y el 69% de las compañías alavesas está ya en recesión —25 puntos más que a finales de 2011—.

La conclusión, con este último dato, es que “estamos a dos puntos de los peores momentos de la crisis”, los de verano de 2009, según el director adjunto de la patronal alavesa, SEA, Aitor Otaola, que reiteró ayer en la presentación del barómetro de julio en Vitoria que quienes mejor están soportando la crisis son las empresas exportadoras. De hecho, el 35% está aumentando sus ventas, mientras que de las compañías que operan en el mercado español solo el 13% mejora.

Son datos nada positivos presentados entre calificativos como “situación preocupante” “muy delicada” y “peor con respecto al ya crítico informe de marzo”, según su secretario general, Juan Ugarte, que reclamó “medidas urgentes” y no dudó en calificar la situación de la economía española como “insostenible” por los intereses a los que se está financiando, al ser preguntado sobre un hipotético rescate.

Él mismo quiso inyectar, pese a todo, un mensaje de confianza recordando una y otra vez un dato: el 67% de los empresarios de la provincia encuestados mantiene su plantilla o está aumentándola —65% y 2% respectivamente—. Sin embargo, junto a esta idea positiva, una vez preguntados por los próximos meses, el porcentaje de empresarios que opta por los despidos crece del 33% que ahora ya lo hace al 43%, que prevé hacerlo en un futuro no muy lejano.

Ugarte, a ELA y LAB: “Con una huelga general no arreglamos nada”

Los empresarios que apuestan por mantener la plantilla pasan del 65% en la situación actual al 54% en los próximos meses augurando un duro fin de año que irá acompañado, según el propio Ugarte, de un otoño “con bastante conflictividad”, que arrancará con una huelga, la convocada para el 26 de septiembre por los sindicatos nacionalistas, que el secretario general criticó porque de ese modo “no arreglamos nada”.

Una de las fórmulas en las que incidieron los responsables del SEA fue la implicación de las instituciones, su unidad para superar la crisis —una referencia directa a cuestiones como los recortes del aeropuerto de Foronda, que preocupan a la patronal alavesa, pero que en general hacía alusión a una política económica reactiva, con acciones puntuales cuando un problema surge pero sin un rumbo claro de política económica, vino a decir—.

Pero también reclamó su rigor a la hora de crear normativas y un “blindaje” de estas para “superar la debilidad de situaciones como las vacaciones fiscales”. Ugarte se refirió claramente a las consecuencias que están teniendo las devoluciones en la situación de las compañías a las que representa. Un “problemón” que se está tratando de solucionar “caso por caso” y desde la discreción que el secretario general de los empresarios alaveses pidió que no vuelva a suceder a través de una “mayor claridad” de un “marco legal estable”.

Y no solo por el lastre que supone a las empresas vascas, sino por el efecto que genere en empresas del exterior. Ugarte fue gráfico en su explicación: “Es muy difícil explicar a un señor de Estados Unidos que tiene una multinacional con sede allí que tiene que devolver no sé cuántos millones de euros porque una norma a la que se acogió en su momento, perfectamente legal, la han declarado ayuda de Estado y ahora tiene que devolver todo”. “Si queremos ser un territorio atractivo para las inversiones, lo que cualquier inversor te va a reclamar es seguridad jurídica”, sintetizó.

El SEA reiteró otras peticiones, como la de facilitar el acceso a financiación, ya que el 31% de las compañías asegura tener mucha dificultad para lograrla para invertir y el 36% para circulante.