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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Mas busca una salida airosa

El debate sobre la financiación ya no incluye el concierto económico que reclamaba CiU y rechazaba el PP

Enric Company

El debate sobre el pacto fiscal convocado para mañana en el Parlamento catalán a petición del presidente Artur Mas llega en un mal momento para él. La creciente posibilidad de un rescate económico de España por la Unión Europea monopoliza lógicamente la atención política, tanto en Cataluña como en España. Lo que ahora mismo le urge saber al Parlamento catalán es si Cataluña va a sumarse a las comunidades autónomas que se acogen al Fondo de Liquidez Autonómico, como han hecho ya Valencia y Murcia. La recesión económica y la caída de ingresos fiscales llevaron la semana pasada al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, a reconocer en el Congreso de los Diputados que el Gobierno de España no tiene dinero. Montoro, uno de los ministros y dirigentes del PP que en las últimas semanas ha perdido la sonrisa de satisfacción y suficiencia con que llegó al Gobierno, lo dijo dos veces: “No hay dinero, señorías. No hay dinero”. No hace falta ser muy perspicaz para darse cuenta de que no es el mejor momento para que Mas llame a la puerta del propio Montoro para proponerle un pacto que deje más dinero en Cataluña.

Por si esto fuera poco, el objetivo perseguido por el presidente Mas es ampliar el apoyo a la propuesta de nuevo modelo de financiación de la Generalitat basado en el concierto económico aprobado por el Parlament hace un año con el voto de los diputados de CiU, ERC e ICV-EUiA. Dicho de otro modo, Mas quiere, y necesita, sumar a su propuesta por lo menos a una de las dos grandes fuerzas políticas españolas, el partido socialista o el PP, que, a fin de cuentas, son las que deben aceptarla o rechazarla en las Cortes. Si en el Parlament logra el apoyo del PP casi puede asegurarse que será como si ya tuviera el acuerdo con el Gobierno de España. Si, en cambio, suma el apoyo de los socialistas, llegará a la puerta de Montoro de la mano de la oposición al Gobierno del PP. No es algo que en estos momentos prefigure perspectivas halagüeñas.

La realidad es que el PP ya le ha dicho que no, que de concierto económico, ni hablar. Su rechazo ha tenido, sin embargo, una particularidad interesante habida cuenta la tradición centralista, uniformista y, ahora mismo, recentralizadora del partido de la derecha española. El PP acepta negociar una situación “singular” para Cataluña en el marco general definido por la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas (LOFCA). Está por ver qué recorrido tiene esta “singularidad”. Desde luego no será para que se convierta en antesala de la soberanía fiscal que reclaman los dirigentes de CiU, sobre todo en sus mítines de fin de semana.

La realidad es que el PP ya le ha dicho que no a Artur Mas, que de concierto económico, ni hablar

Los socialistas también han rechazado apoyar un concierto económico para Cataluña. Como no puede ser de otra forma, sí están dispuestos a negociar una nueva mejora de la financiación de la Generalitat. Y el primer secretario del PSC, Pere Navarro, un dirigente angustiosamente necesitado de algún éxito como líder de la oposición, ha insistido mucho en las últimas semanas en que hay margen para negociar una mejora. Pero, desde luego, no para apoyar la reclamación de un concierto económico al estilo del que disfrutan Navarra y Euskadi. A día de ayer, 48 horas antes del debate parlamentario, no había tal acuerdo, aunque ninguna de las partes había renunciado a alcanzarlo. Se juega la típica partida en la que nadie quiere ser el que abandone la mesa.

Mañana se verá hasta dónde llega cada uno. Algunas cosas, sin embargo, ya están claras. La campaña lanzada hace dos años por CiU a favor del concierto económico no suma más que a ERC e ICV-EUiA. Y, por tanto, puede darse por fracasada. Suma menos que el Estatuto de Autonomía, del que solo quedó fuera el PP. La segunda línea trazada por CiU cuando comprendió que este fracaso era inevitable, era “sacar a Cataluña” del régimen común de financiación económica mediante una “fórmula de excepción” en la LOFCA que ampliara la autonomía financiera. Pero la LOFCA es el marco general que el PP considera intocable. Puede que haya que retroceder a una tercera línea para evitar un fracaso, que en este caso lo sería, sobre todo, del liderazgo político de Artur Mas.

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