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“Lo peor es no saber para qué sirven”

El combate a los recortes de Rajoy enmarcará el final del mandato de López El ‘lehendakari’ llamará a los partidos si los ve receptivos a su propuesta de unidad

El 'lehendakari', Patxi López, durante su comparecencia después del Consejo de Gobierno, ayer en Vitoria.
El 'lehendakari', Patxi López, durante su comparecencia después del Consejo de Gobierno, ayer en Vitoria.L. RICO

Una combinación de rechazo contundente a los recortes del Gobierno central —que sabe mayoritariamente compartido, a excepción del PP—, llamada a la unidad y el pacto en Euskadi de partidos y administraciones centró ayer la comparecencia del lehendakari, Patxi López. “Mi oposición más enérgica”, fue una de sus primeras afirmaciones. Su análisis sobre lo negativo de las medidas del Ejecutivo de Mariano Rajoy, terminó con otra de calado: “Lo peor, siendo grave, no es la crisis ni la injusticia de las medidas adoptadas, lo más grave es que no sabemos para qué sirven”, dijo.

El Gobierno no pagará la extra de Navidad, pero estudia ir al Tribunal Constitucional

El lehendakari dejó ayer sentados los dos combates que librará durante los meses que le resten al mandato. Por un lado, López tratará de ponerse al frente, y en el lugar central, de la oposición al Ejecutivo central, a la vez que intentará dejar de manifiesto que si no se logra en el ámbito doméstico una acción unitaria en torno a otras políticas, no es por falta de propuestas y liderazgo por su parte. De ahí la oferta de pacto a partidos y administraciones. La realizó además explicitando su respeto a los ámbitos de decisión de cada una y dejando claro, incluso en el tono, que lo último que deseaba era molestar.

Un viaje al infierno

El camino de recortes emprendido por el Gobierno central y el deterioro consiguiente de los servicios públicos "condenan a la población más desprotegida a un viaje a los infiernos", que además, según advirtió ayer el lehendakari, "aún no ha terminado". "Hoy estamos peor que hace diez días, y seguramente dentro de otros diez días estaremos peor", vaticinó.

López denostó que todas las medidas castiguen principalmente a esa población “que no es la responsable de la crisis” y sí “la que más necesita servicios públicos”. Provocarán, además, un efecto “totalmente negativo en la economía de Euskadi y en nuestros servicios públicos, agravando todavía más la grave situación que ya tenemos”, dijo. “En las medidas de Rajoy no hay ni siquiera una para ayudar a la economía”, ni el conjunto de todas ellas define “un horizonte de apoyo a las empresas” o tiene como objetivo “el crecimiento necesario para salir de la recesión”.

No parece que pueda albergar muchas expectativas, porque el momento es netamente preelectoral; pero en el entorno del lehendakari se asegura que espera a ver la receptividad a la propuesta de pacto interno lanzada ayer para decidir sobre los siguientes pasos. Si se detectan condiciones, Patxi López llamará a los partidos. Cualquiera que crea estar en condiciones de gobernar tras las elecciones debería estar interesado, a riesgo, en caso contrario, de encontrarse después con un pago en la misma moneda, es el análisis que se realiza. López comprometió una defensa a ultranza del autogobierno y dejó abierta la puerta a un cuarto recurso ante el Tribunal Constitucional y a cuantos vea precisos en el futuro.

López cree que Rajoy se ha equivocado al definir el problema —”no es una crisis del sector público”, dijo— y, por tanto, en las soluciones. No ve, además, que las medidas sigan una hoja de ruta en dirección a la salida de la crisis, sino que apuntan solo a la reducción de todo lo público. En esa sospecha, emplazó al presidente del Gobierno a decir si va en pos de lo primero o simplemente aprovecha para lo segundo. “Nos hace falta con urgencia un proyecto global que marque caminos para crece y , crear empleo” instó, como único modo de que la ciudadanía le vea sentido al esfuerzo y los sacrificios que se le imponen.

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Tres ruegos a Rajoy

"Desde la legitimidad que me da ser lehendakari, pido a Rajoy que reconsidere su postura". López desgranó tres peticiones al presidente del Gobierno. Primero, que rectifique su actitud con las comunidades autónomas, no use la crisis para "anular de hecho competencias" y abandone "las posiciones autoritarias". López dijo estar "dispuesto a llegar compromisos compartidos, pero no impuestos ni invasivos". La segunda petición a Rajoy fue que gestione "con claridad y transparencia" lo que concierne a las entidades financieras y depure "de forma pública" todas las responsabilidades. "Control y ética", dijo. "No puede ser que mientras quitan la paga extra los empleados públicos Rodrigo Rato cobre la suya en Navidad. Ni que mientras inyectamos miles de milones a esas entidades estas desahucien a familias por no poder hacer frente a sus hipotecas". El tercer fuero fue un esfuerzo para "políticas de crecimiento y creación de empleo".

López consideró un error reducir el sector público de tal modo que deje de ser “uno de los grandes motores de la economía”. El lehendakari, que asumió que su Gobierno tendrá que suprimir obligatoriamente la paga extra de Navidad a los empleados públicos, advirtió que no los convertirá “en piñata pública para ocultar la incapacidad del Gobierno central” a la hora de encontrar soluciones. Rajoy las busca donde no está el problema, dijo, ya que este proviene de las entidades financieras insolventes y de la recesión. El lehendakari dejó claro que considera inaceptable el trato que están recibiendo las comunidades autónomas: Rajoy ha hecho de ellas chivo expiatorio “como Merkel con los países del sur de Europa”. “Si tenemos que compartir sacrificios, debemos poder participar en las oportunidades conseguidas”, añadió. Por ejemplo, tachó de “inadmisible” que el Gobierno central se reserve para sí solo el punto de margen en el déficit obtenido de Bruselas. Igualmente, consideró “insoportable la arrogancia” de quien, “cobrando su salario de los impuestos de los ciudadanos tiene la osadía de gritar Que se jodan”, en referencia a la diputada del PP, Andrea Fabra.

El llamamiento a la unidad lo ancló en las posibilidades que ve una salida diferente por la mayor solvencia vasca. Antes Aclaró que no pretende “adhesiones a las políticas del Gobierno” sino un compromiso de país, que deje de lado rencillas, agravios, protagonismos y enfrentamientos partidarios.

Cuatro ejes de unidad

De puertas adentro, el lehendakari planteó cuatro ejes que pueden ser "lugar de encuentro" y "unir voluntades y propuestas" entre partidos e instituciones en Euskadi. Citó primero la defensa del autogobierno, que debe ser "herramienta para diseñar las políticas adecuadas y coordinar y unir recursos". En materia de servicios públicos básicos a preservar incluyó la educación, la sanidad y las ayudas a las personas necesitadas. Esas son "las rayas rojas", dijo. Para racionalizar y abaratar gastos, propuso fusionar en un sola todas las empresas de cualquier administración que trabajen en el mismo espacio. Para el tercer eje, la reactivación económica, propuso mantener o aumentar el esfuerzo en I+D+i y en innovación , así como la política de avales a empresas. En el cuarto, el pacto fiscal, propuso igual pago a iguales ingresos, provengan del trabajo o de la renta, un impuesto a grandes fortunas y un plan de choque contra el fraude.

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