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El Gobierno vasco ve a Rajoy al inicio de “la intervención” de las autonomías

Bengoa asume que el Gobierno central recurrirá su decreto contra el copago

Bengoa, en la rueda de prensa en Bilbao.
Bengoa, en la rueda de prensa en Bilbao.LUIS TEJIDO (EFE)

“Si no lo defendemos ahora [el ámbito competencial vasco] ¿qué va a pasar en seis meses o un año? Porque a lo que estamos asistiendo [las medidas de recorte sanitario] es el principio de la intervención [del Estado]”. Recién llegado de Madrid, el consejero vasco de Sanidad, Rafael Bengoa, dejó ayer de lado la cautela y el afán conciliador a los que acostumbra para alertar de que el copago farmacéutico que comienza este domingo, así como el coloquialmente conocido como medicamentazo, son solo el punto de partida para una intervención del Ejecutivo de Mariano Rajoy que ahora se está centrando en el ámbito farmacéutico, “donde siente que tiene competencias” y se preguntó: “una vez que el Estado haya acabado con la farmacia, ¿dónde va a acudir?”

“El Estado decide y las comunidades autónomas tienen que ejecutar, el Estado de las autonomías está empezando a cambiar”, censuró. El decreto que hoy publica el Boletín Oficial del País Vasco —que Bengoa asume que el Gobierno central “recurrirá y empezaremos un diálogo constructivo”— es la respuesta al intento del Ejecutivo de buscar "la solución únicamente en el terreno de los ciudadanos", apuntó el consejero, tratando de ampliar las miras hacia otras medidas, más centradas en la gestión y en las nuevas tecnologías.

Bengoa aseguró que se está poniendo en marcha el copago con “desorden”. Un ejemplo de ello es el caso de los parados de larga duración y los perceptores de ayudas sociales. En los datos remitidos por el Gobierno central al vasco, con la población de la comunidad autónoma —salvo un 5%, que no figura en esos datos— dividida en los tramos de copago que le corresponderían en función de los datos de renta enviados por las tres haciendas forales, figuran 25.000 personas como parados de larga duración y perceptores de ayudas. Pero los registros de Euskadi señalan cifras bien distintas: 102.000 personas como beneficiarias de ayudas sociales —hay 57.000 familias que reciben la Renta de Garantía de Ingresos— y 60.000 parados de larga duración.

A partir del domingo, los vascos con una receta acudirán a las farmacias y pagarán lo que estaban pagando hasta ahora. La única diferencia será que tendrán que llevar a las farmacias su tarjeta sanitaria y que, a partir de agosto, en sus recetas aparecerá el código de copago que les correspondería, algo que solo tiene carácter “informativo”.

Euskadi no ahorrará los 33 millones del copago y gastará más por exenciones

Si un vasco trata de canjear un medicamento en una farmacia de otra comunidad, deberá guardar el ticket y la receta, y acudir a la Dirección Territorial de Sanidad de su provincia para que se le ingrese la diferencia en una cuenta corriente. Los ciudadanos de otras comunidades que vengan a Euskadi y vayan a por sus medicamentos a las farmacias vascas sí sufrirán el copago farmacéutico, pero si un vasco recibe una receta fuera y acude a una farmacia vasca no se le aplicará el copago. En términos económicos, Euskadi no tendrá el ahorro en el copago farmacéutico —estimado en 33 millones— y añadirá el gasto de los colectivos que hasta ahora pagaban y que a partir de ahora estarán exentos, lo que supondrá tres millones de euros. Estos tres son los únicos que no estaban previstos, según Bengoa, en el plan de reequilibrio financiero enviado al Ministerio de Hacienda.

Bengoa censuró que Euskadi haya sido tachada de insolidaria y dejó claro que "no tenemos por qué ser solidarios con un gobierno o con otro, sino con las personas que sufren el impacto de las medidas". El decreto anula los efectos del copago, asume la exención a colectivos beneficiados por el real decreto y mantiene la atención a inmigrantes y jóvenes que no han cotizado, en lo que el consejero denominó como "reuniversalizar" la sanidad. Si salen de la comunidad estarán sin cobertura.

Bengoa insistió en que necesita tiempo para analizar el medicamentazo y confirmar si se han utilizado criterios científicos. Recordó que es partidario de revisar los medicamentos y las tecnologías pero aseguró sobre el listado de medicamentos “no esenciales” que “la calidad de vida de algunas personas mayores puede depender de medicamentos sencillos”

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