Rehabilitación contra los infartos
Osakidetza pone en marcha un programa de seguimiento personalizado para pacientes con cardiopatías basado en el deporte y la alimentación saludable El proyecto cuenta con un blog en el que participan preparadores físicos y cocineros
Prevenir los principales factores de riesgo —sedentarismo, hipertensión, obesidad y colesterol— e implicar a los pacientes en su recuperación son los dos pilares que sustentan el programa de rehabilitación cardiaca puesto en marcha por el Hospital de Basurto y la Comarca Bilbao de Atención Primaria de Osakidetza.
El objetivo es que las personas que sufren una cardiopatía isquémica puedan desarrollar una vida normalizada y con las menores secuelas posibles. Julián Pérez Gil, director de Osakidetza, explicó ayer los detalles del programa de rehabilitación acompañado por la cardióloga Nekane Murga y la medico rehabilitadora Miriam Zulueta, ambas de Basurto. Y ofreció su testimonio Ángel Martínez, uno de los 150 pacientes que han pasado por el programa.
La rehabilitación arranca desde el momento del infarto y se prolonga al menos 12 meses. Nada más ingresar en el hospital se evalúan los hábitos del paciente y después se trabaja con él en el gimnasio para ajustar los niveles de intensidad del ejercicio físico. El paciente puede continuar con el programa de ejercicio todo el tiempo que desee una vez abandona el hospital. Una enfermera realiza el seguimiento individual y asesora al paciente para dejar el tabaco o para seguir una dieta más sana.
Otra novedad del programa es el blog Osakidetza con tu corazón, que apela al principio de corresponsabilidad del paciente. Con la participación de deportistas, preparadores físicos y cocineros de renombre, que proponen recetas saludables. Es un blog abierto para crear una red entre los afectados por una cardiopatía isquémica, los médicos y la sociedad.
Las cardiopatías son la primera causa de mortalidad en el mundo, por delante del cáncer. En concreto, causaron 837 muertes en Bizkaia en 2010. Ángel Martínez, ingeniero químico, sufrió un infarto hace seis años, el mismo número de stents que lleva implantados en su corazón para corregir el estrechamiento de las arterias. En ese tiempo ha tenido “algún que otro sustillo”, pero ayer contaba que el programa de rehabilitación le quitó los miedos y le ayudó a “cambiar de vida, dejar de fumar, alimentarme mejor”. A sus 58 años, es consciente de que tiene una segunda oportunidad que no debe desperdiciar.
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