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La pelea de Tío Pepe para quedarse en Sol

González Byass pidió al Consistorio, mediante una alegación, que obligara a Apple a mantener el cartel

Elena G. Sevillano
Cartel de Tío Pepe en Sol.
Cartel de Tío Pepe en Sol.ÁLVARO GARCÍA

A los representantes de González Byass, la bodega jerezana propietaria del célebre anuncio luminoso de Tío Pepe en la Puerta del Sol, no les debió de hacer ninguna gracia consultar el proyecto de rehabilitación del edificio que durante décadas ha acogido su cartel. Cuando lo hicieron, hace unos meses, comprobaron que el luminoso no aparecía por ninguna parte. Ni se mencionaba en la reforma de la cubierta del inmueble ni se le veía en las imágenes que los arquitectos encargados del proyecto incluyeron en el informe enviado a Urbanismo. La recreación del “estado reformado propuesto” en el que aparece la fachada que da a la Puerta del Sol número 1 desde el aire muestra una azotea sin cartel, según los planos presentados en noviembre pasado.

Dado que nadie parecía acordarse del luminoso que ha estado décadas coronando el antiguo hotel París, González Byass decidió presentar alegaciones al plan de reforma del edificio. La única que se presentó. En el expediente urbanístico, consultado por este diario figura el texto del 16 de marzo: “Tras el estudio del expediente, vistos los planos y las fotos, en ninguno de ellos figura el luminoso de Tío Pepe, a lo que nada han opuesto ni indagado las administraciones intervinientes”, se queja. “De lo anterior sería lógico colegir que la promotora e interesada en la modificación de la situación del inmueble, Apple Retail Store SL, pretende prescindir del luminoso Tío Pepe”, continúa. González Byass “solicita que se obligue a incluir en la remodelación del edificio sito en la Puerta del Sol número 1 la imagen del histórico luminoso Tío Pepe”.

El plan de reforma se aprobó poco después, el 30 de mayo. Y la alegación fue desestimada. En el expediente urbanístico consta un informe de la comisión local de Patrimonio en la que se refleja que “en el texto escrito del plan especial no se hace mención alguna al luminoso de Tío Pepe ni a su pretensión de eliminarlo”. En efecto, los planos a los que hace referencia la empresa “son de fachada e imágenes del edificio y de la planta 5 del estado reformado propuesto, en los que no se ha reflejado el luminoso”. La comisión dictamina que la presencia o no del cartel “no forma parte del objeto del mencionado plan”, dado que “este solo debe pronunciarse sobre el régimen de obras y los usos a implantar”. Y tomó la decisión: “No existe ninguna obligación legal o reglamentaria sobre la necesidad de pronunciarse sobre la posible instalación o no de un anuncio publicitario en coronación del edificio, por no ser objeto del plan especial”.

Su dictamen fue el que adoptó la dirección general de Control de la Edificación a la hora de aprobar definitivamente el plan especial. El 23 de mayo la concejal de Urbanismo, Paz González, firma la orden, que después pasó al pleno municipal para su votación.

Cuando el Ayuntamiento aprobó inicialmente el plan por el que autorizaba las obras, pero, sobre todo, permitía cambiar el uso hotelero que había tenido desde el siglo XIX para transformarlo en espacio comercial y de oficinas, hizo pública una imagen de la futura fachada. Pero solo se veían tres plantas, no el edificio completo. González Byass consultó otros planos y comprobó que el luminoso ni se contemplaba. En el plano que recoge la cubierta se aprecia cómo las obras recuperarán el diseño original a dos aguas por lo que aparentemente no quedaría espacio para el cartel. Tiempo después se supo que los propietarios del edificio no querían renovar el contrato con la bodega. Llegaron propuestas para recolocar el anuncio en otro inmueble de la plaza y proliferaron las iniciativas en internet para salvar a Tío Pepe. Quizá les quede el consuelo de saber que el proyecto tampoco contempla una manzana luminosa.

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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

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