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Economía alienta la integración de las secciones de crédito en cajas rurales

El Ejecutivo catalán manda al sector un Código de buenas prácticas La Generalitat ultima un protocolo para traspasar el negocio financiero a entidades de crédito

Lluís Pellicer
Sección de crédito de la cooperativa de L’Aldea.
Sección de crédito de la cooperativa de L’Aldea. JOSEP LLUÍS SELLART

Hay un pequeño rincón de Europa que hace apenas medio año ya vivió un corralito. Los habitantes de L’Aldea se levantaron un jueves con sus cuentas bloqueadas, sin poder sacar un euro, después de que prácticamente quebrara la sección de crédito de la cooperativa agrícola del municipio. Hoy el 80% de los pequeños ahorradores que tenían sus depósitos en esa cooperativa han recuperado su dinero, pero el Departamento de Economía y Conocimiento de la Generalitat quiere atajar cualquier contagio y por ello ayer remitió un Código de buenas prácticas a las 108 secciones de crédito de cooperativas que hay en Cataluña que comprende un decálogo para garantizar su “solvencia a largo plazo”.

Entre estas medidas, la Generalitat anima a las cooperativas que decidan en asamblea si quieren integrar su parte financiera en una caja rural, lo cual garantizaría los depósitos de sus socios. Para ello, la Generalitat prepara un protocolo de bancarización para externalizar esa actividad “de forma ordenada”. Es más, la Generalitat insta a “acelerar” la toma de esa decisión dado el contexto actual. Según fuentes del sector, Cajamar, Ruralcaja y Bantierra están llamadas a liderar ese proceso. Si bien no habría problemas en que estas entidades asumieran los depósitos y la cartera de créditos a los socios, el único obstáculo podrían ser las reticencias que podrían surgir a la hora de quedarse con los préstamos que se hayan otorgado a la cooperativa.

En caso de que las cooperativas decidan mantener ese negocio, el Código pide un coeficiente de liquidez de un mínimo del 10% y que el total del pasivo exigible no exceda en más de ocho veces los recursos propio, lo cual supone que dar un paso más allá en los requisitos de la norma que entra en vigor en enero de 2013 —lo cual supondría que algunos socios conviertan sus préstamos en capital— y que la actividad de la sección de crédito no tenga un peso superior al 70% en el balance.

El Código también recomienda que las cooperativas sean más transparentes, de forma que los socios no lo confundan con una entidad financiera y sean conscientes de que sus depósitos no están cubiertos ni sujetos a disciplina bancaria. El preámbulo del documento advierte, de hecho, que las secciones de crédito carecen de personalidad jurídica. Las operaciones crediticias que la sección de crédito pueda llevar a cabo con la cooperativa o con los socios también preocupan a la Generalitat, sobre todo si estas tratan de compensar los números rojos de una cooperativa que, por ejemplo, haya comprado productos a sus socios por encima del precio de mercado.

Actualmente en Cataluña hay 108 secciones de crédito de cooperativas agrícolas, la mayoría en las provincias de Lleida y Tarragona. Estos departamentos financieros gestionan depósitos por valor de 670 millones de euros y una cartera de 144 millones de préstamos a socios y 85 millones a cooperativas.

El decálogo de la Generalitat

1. Grado de apalancamiento. El total del pasivo exigible de la cooperativa no podrá exceder en más de ocho veces los recursos propios.

2. Coeficiente de liquidez reforzada. Se recomienda un mínimo del 10% de liquidez, aunque previendo que la naturaleza de la actividad de la cooperativa puede acarrear "retiradas estacionales" de fondos por parte de los socios que deben poder atenderse.

3. Actividad principal no financiera. El negocio de la sección de crédito no puede superar el 70% del balance.

4. Más transparencia de la sección de crédito. Debe ubicarse un cartel en el mostrador que indique que se trata de una "sección de crédito" y no una "entidad de crédito" cuyos depósitos no están cubiertos. Los socios y colaboradores deberían firmar un documento de "toma de conocimiento" cada vez que contraten un depósito en el que conste que son conscientes de que no está cubierto por el Fondo de Garantías de Depósitos.

5. Publicidad de las condiciones económicas aplicables a las operaciones activas y pasivas de la sección de crédito.

6. Operaciones crediticias con la propia cooperativa. Debe limitarse la práctica que llevan a cabo algunas cooperativas de cubrir sus pérdidas con recursos de los socios de la sección de crédito.

7. Operaciones crediticias con los socios. Deben instrumentarse siempre mediante escritura pública o póliza intervenida por fedatario público para poder realizar ejecuciones si es necesario.

8. Mejora del control de gestión.

9. Convocatoria de los socios colaboradores en las asambleas generales de la cooperativa.

10. Bancarización. La Generalitat está elaborando un protocolo para las entidades que deseen traspasar su sección de crédito a una caja rural. La Generalitat insta, además, a las 108 cooperativas a decidir si optan por esta vía en sus asambleas generales y a comunicarlo con celeridad a la Administración.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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