Los Premios Jaime I compensan con patrocinios los recortes del Consell

La aportación de la Generalitat valenciana a los Premios Rey Jaime I ha sufrido “al menos tres tijeras” desde el año 2009. Las partidas que el Consell destina a los galardones —que distinguen el trabajo realizado en España por científicos en seis disciplinas— y a la fundación que los organiza se han reducido desde el entorno de los 800.000 euros de los mejores tiempos a unos 280.000, lo que representa una reducción superior al 65% del presupuesto, según explicaron este jueves Santiago Grisolía, presidente ejecutivo de la Fundación Premios Jaime I, y el adjunto al presidente, Javier Quesada.

A pesar de ello y del contexto de grave crisis económica, los premios, que se decidirán los días 4 y 5 de junio por un jurado formado por 98 personas que incluyen a 22 premios Nobel, mantendrán este año, gracias a la aportación de empresas y otras instituciones, su dotación de 100.000 euros por galardón que, según los organizadores, los convierte en las distinciones de su ámbito mejor retribuidas de España. Como referencia: los Premios Príncipe de Asturias están dotados con la mitad, 50.000 euros.

En un momento de la larga presentación de los premios, le preguntaron a Grisolía si no creía que el recién anunciado Príncipe de Asturias al creador del vídeojuego Super Mario Bros, Shigeru Miyamoto, va contra el prestigio de estos galardones y sirve, al tiempo, para reforzar la credibilidad de los premios valencianos. Grisolía dijo que prefería no contestar porque él mismo es jurado de los Príncipe de Asturias y en unos días se unirá a las deliberaciones.

Quizá porque el descenso de la financiación pública fomenta la independencia, o porque los Jaime I han recibido fuertes críticas desde el mundo científico, que reclamaban que el dinero de los galardones se dedicara a mantener abiertos laboratorios, el tono de los premios es este año es más reivindicativo de lo que lo fue en otros momentos.

Se seguirá dando 100.000 euros a cada premiado a pesar a la crisis

De entrada, el tradicional comunicado del jurado se dedicará en esta edición a reclamar apoyo “a la ciencia en general y especialmente a la española” ante los drásticos recortes que está experimentado. La idea, explicó Grisolía, partió de Roger Kornberg, Nobel de Química de 2006, y sería un ejemplo de la “preocupación” con que la comunidad científica observa los ajustes del Gobierno.

Grisolía también deslizó una crítica de calado contra el modelo que se ha seguido en Valencia respecto a la ciencia. El presidente de los Jaime I expresó su deseo de que la forma de hacer las cosas cambie hacia un modelo “más americano”: “Allí el dinero se destina primero a las personas, en segundo lugar, a los reactivos y maquinaria, y en tercer lugar, si queda, a los edificios, mientras que aquí ha sido al revés”. Un ejemplo de ese proceder sería el Centro de Investigación Príncipe Felipe, levantado en un edificio imponente y costoso de mantener, cuyos grupos de investigación han sido en gran medida desmantelados por los descensos de financiación.

Los seis galardones que se concederán este año cuentan con uno o varios patrocinadores. El de Investigación Básica tiene el apoyo económico de BP. El de Investigación Médica, de Gasmedi. El de Economía, de Bancaja, el Consejo de Cámaras de la Comunidad Valenciana, Feria Valencia y la Autoridad Portuaria de Valencia. El de Protección del Medio Ambiente, de la Fundación Iberdrola. Y el premio al Emprendedor, de Mercadona, Edem y la Asociación Valenciana de Empresarios.

Grisolía y Quesada explicaron que en esta edición los premios serán algo más sobrios —los habituales regalos, “plumas y bolsos”, provendrán de “remanentes” de ediciones anteriores—. Y se tratará de acercar a los Nobel a la sociedad llevándolos a conocer la Universitat de València y la Politècnica de València. Está previsto que los científicos mantengan encuentros con estudiantes de Medicina y de Economía.