La falta de crédito ahoga las pymes
Entidades financieras y de capital riesgo endurecen las condiciones de acceso. El elevado endeudamiento del tejido industrial contrarresta el esfuerzo público
Lunes 14 de mayo. Vitoria, 13.30 horas. Los responsables del departamento comercial y el gerente de una mediana empresa de la capital alavesa están a punto de tirar la toalla. Tienen sobre la mesa una cartera de pedidos de cinco millones de euros. Necesitan dos para comprar el material y arrancar la producción, pero el banco no adelanta el dinero y los proveedores sólo suministran si hay pago previo.
La crisis ha llevado las cosas hasta ese extremo. Antes empresario y banquero se daban la mano y luego se iban a comer. Ahora, en el mejor de los casos se van al notario para hipotecar algún bien, y después cada uno a su casa.
El 98% de las 19.524 empresas que cerraron en 2010 fueron micropymes
La empresa vitoriana del sector del metal, con producto reconocido en medio mundo, debe a los trabajadores que quedan, después de varios ajustes no traumáticos, unas cuantas nóminas y las opciones de viabilidad se estrechan cada día que pasa. “La luz está allí, al final del túnel, la estamos viendo pero es igual porque nos hemos quedado parados en el medio” indica uno de sus directivos mientras da los primeros pasos para preparar la documentación que demanda el juzgado de lo Mercantil antes de autorizar un concurso voluntario de acreedores.
“Los bancos que nos abrazaron en la expansión, nos ha abandonado cuando han comenzado los problemas”, critican desde la empresa.
El elevado endeudamiento de muchas pymes, las duras condiciones impuestas por las entidades financieras, y el incremento de los mecanismos de seguridad de las sociedades de capital riesgo están estrangulando a la base de la industria vasca. Y cuando fluye es insuficiente para mantener vivo el tejido.
El caso de la pyme vitoriana,es, sin embargo, un drama habitual. En 2010, el último dato disponible cerraron un total de 19.524 empresas con un empleo afectado de 42.659 personas, el 98% pymes. Las cerradas son el 11,7% de las 165.995 firmas vascas. De todas ellas, el 93%, 154.683, son pymes de menos de diez trabajadores. Otras 5.744 tienen entre diez y 19 empleados, y 5.293 entre 19 y 25. Sólo 275 tienen más de 250 trabajadores. “Hay un divorcio real entre el sector financiero y el sector industrial”, indican desde otra firma alavesa, pero esta con más de 700 empleados. “Si el retorno es rápido y alto puedes tener suerte, si el rendimiento es positivo pero escaso y a medio o largo plazo no hay financiación, estás jodido”, asegura con frustración.
Según este empresario los bancos se han acostumbrado a altas rentabilidades, a beneficios de dos dígitos, y a operar con productos financieros. La industria no es su apuesta actual”, critica.
El Gobierno ha movilizado 2.180 millones pese a lo cual hay restricción
Las patronales provinciales Confebask denuncian que el crédito sigue llegando con cuentagotas y muy caro, y que esa circunstancia está haciendo muy difícil la supervivencia de numerosas sociedades.
Ni siquiera el esfuerzo del Gobierno vasco, que en plena crisis ha movilizado 2.180 millones para este tipo de empresas está resolviendo el problema, porque las entidades financieras mantienen la restricción. “Alivia la situación de muchas, pero las que tienen problemas, muchas otras, no llegan a la línea de ayudas”, asegura un experto del Ejecutivo. La restricción crediticia que han impuesto cajas y bancos fue la razón que movió al Gobierno de Patxi López a movilizar ese dinero pero la normativa de la UE excluye de las ayudas a aquellas empresas “que tienen en duda el principio de continuidad”.
“Ahora se mira hasta de canto a quien viene a solicitar un crédito", asegura el responsable del negocio de empresas de una entidad financiera en proceso de fusión. “Pero a nosotros también nos han endurecido las condiciones del dinero”, asegura tras rechazar la acusación de divorcio con el sector industrial.
El ICO pone el dinero a Euribor más cuatro puntos, “nadie puede decir que trabajamos con márgenes altos” explica perplejo. El Banco Central Europeo también constata la falta de crédito en sus indicadores. Según el BCE las entidades financieras son más reacias a prestar dinero a empresas que a consumidores debido al incremento de la tasa de morosidad, a las suspensiones de pagos y a la falta de garantías reales de las sociedades.
En Hernani otra empresa se encuentra ante un dilema. Necesita evolucionar una válvula que coloca desde hace años en España, Alemania, Turquía, India, Chequia e Irán entre otros países. Necesita dinero para invertir en un departamento de I+D, o ayuda profesional para desarrollar su producto.
“A los bancos también nos han endurecido las condiciones”
El trabajo de toda una vida desde que abandono el departamento comercial para ponerse al frente de la empresa y fabricar la válvula que su socio alemán vendió a la competencia, se vería abocado al cierre. Sus clientes le exigen la nueva válvula. “No hay financiación, estamos perdiendo pedidos y si no tienes financiación te hundes”, asegura el propietario, una micropyme de menos de quince empleados pero con una completa, aunque ahora condicionada, cartera de pedidos. “Los bancos se olvidan rápido de los años buenos, de tantos años de colaboración”, dice contrariado.
El deambular y deambular por las entidades financieras en busca de liquidez de los responsables de pymes y micropymes es lo más parecido a una peregrinación a ninguna parte, coinciden muchos empresarios. “Es una batalla perdida”, cita un asociado a la patronal alavesa SEA, “me están pidiendo por un crédito al circulante el euribor más ocho. “Tal y como está el mercado yo no puedo subir los precios, no puedo con esa carga”, critica.
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