El jefe de inspección fiscal ratifica al juez su acusación contra Conde Roa
El representante del fisco afirma que avisó al regidor de que su colaboración no paraba el proceso La defensa sostiene que la cooperación lo exime del delito
Gerardo Conde Roa confía en que el juez archive la querella de la fiscalía, que le acusa de defraudar 291.000 en concepto de IVA de la venta de 61 pisos. El magistrado titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Santiago, José Antonio Vázquez Taín, le tomó ayer declaración durante cerca de hora y media y ahora debe decidir si concreta en un auto las acusaciones al alcalde o sobresee el caso. El popular y su abogado, Ramón Sabín, esperan que “en breve” el juez dicte un auto que archive la denuncia —así lo han solicitado— porque sostienen “que no hay delito de ningún tipo”. La declaración de Conde Roa —“completa y meridianamente clara”, según él— repitió el esquema con el que se quiso defender el lunes ante los medios: no existe delito porque “no hubo ánimo de ocultar” que había cobrado de los compradores el IVA de 61 pisos, pero que él no lo ingresó a Hacienda.
“En ningún momento hubo engaño, sino colaboración”, insistió. Conde Roa, que mantiene que se puede esperar a que Hacienda reclame el pago de los impuestos, conocía que la Agencia Tributaria lo estaba investigando porque fue citado hace casi un año para responder ante el Ministerio Fiscal. Él mismo reconoció el lunes que no pagó el IVA, sino que dedicó esos 291.000 euros a saldar otras deudas de su promotora inmobiliaria Geslander. La declaración del investigador principal de su expediente en Hacienda, sin embargo, remarcó las acusaciones de la Agencia Tributaria.
Conde Roa, que estaba llamado a declarar a mediodía, llegó a primera hora a los juzgados para escuchar las explicaciones del inspector de Hacienda que llevó su caso, José Manuel Rodríguez Orive, que acudió como testigo. El también jefe de Inspección en Galicia ratificó ante el juez las conclusiones de su investigación y puntualizó que se advirtió al imputado que aunque colaborase, no se pararía el procedimiento. Vázquez Taín amplió las declaraciones previstas al asesor fiscal de Geslander, Roberto Pereira, que compareció como testigo y entregó la documentación requerida por el juez. Ahora, dice, tras pasar este “trago” se encuentra tranquilo y ya solo le queda “esperar a las resoluciones” del magistrado.
Un golpe de suerte en la adjudicación del solar residencial
En el año 2005, Gerardo Conde Roa tuvo un golpe de suerte. La promotora inmobiliaria Geslander-Paxonal, de la que es administrador único, se hizo sorpresivamente con el solar residencial de Volta do Castro, en Santiago, sobre el que se edificaron las 61 viviendas por las que el regidor de Santiago dejó de pagar los 291.000 euros de IVA a la Hacienda pública.
En el concurso público convocado en abril de aquel año por el Instituto Galego de Vivenda e Solo (IGVS) —dependiente de la Consellería de Ordenación del Territorio que presidía entonces el actual presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo— la empresa de Conde Roa no fue en realidad la adjudicataria. El IGVS admitió a ese concurso a seis empresas, entre ellas Geslander-Paxonal. El tribunal técnico calificador de la Consellería —que valoraba la viabilidad económica de la empresa y la propuesta arquitectónica como dos únicas variables— calificó con 39 puntos a la inmobiliaria ferrolana Souto Comavi S.A. La empresa de Conde Roa quedó clasificada en segundo lugar, con 36,2 puntos, sin opción a edificar.
Pero la firma ganadora del concurso decidió retirarse una vez obtenida la mejor puntuación. Inesperadamente, Geslander-Paxonal consiguió hacerse con la parcela por un importe de 770.882 euros. Souto Comavi S.A. —que tiene como único administrador a Francisco Souto Martínez— obtuvo otros dos solares para edificar en sendos concursos convocados paralelamente también por el Instituto Galego de Vivenda e Solo.
El regidor compostelano definió hace unos días —al intentar justificar la ocultación del IVA a Hacienda— que Geslander era “más que una promotora inmobiliaria”. Asegura que se proponía, mediante la gestión de esa empresa, que las viviendas de protección oficial como las que levantó en Volta do Castro de chiripa “dejasen de ser el patito feo de la construcción”.
Pero a la andanza judicial va aparejado un segundo proceso, el político, que amenaza con ir más rápido que el de los juzgados. Las declaraciones de miembros del Partido Popular, y en especial las de Alberto Núñez Feijóo, se ajustan más a los nuevos estatutos del partido que al apoyo incondicional de Conde Roa, que el pasado mayo ganó una Alcaldía que históricamente se resistió a los conservadores. El reglamento del PP indica que se incoará expediente disciplinario a aquel afiliado inmerso en una causa “desde el momento en que se tenga conocimiento de la existencia de una imputación judicial”. Condición que Conde Roa ya cumple. El alcalde, sin embargo, dice no notar la inquietud del partido. “En ningún momento me he sentido presionado ni por informaciones periodísticas, ni por informaciones internas, ni por rumores. Creo que la peor presión que se puede tener es la de la propia actuación y como he sido transparente en todo momento, en absoluto me he sentido presionado”, afirmó antes de remarcar que está “siempre a disposición” de Feijóo. El alcalde no quiso decir si dimitirá si se lo pide el partido para “no mezlcar consideraciones políticas con las de tipo jurídico”.
El abogado solicitó formalmente al juez que aclare en un auto —que firmará en pocos días a falta de una prueba documental que el magistrado considera importante— la situación de imputado de Conde Roa, algo nada habitual en estos procesos. Horas antes había explicado que la imputación “es automática” una vez que comienza el proceso de diligencias previas pero “otra cosa es que el juez abra un juicio oral o se presente una acusación formal”. Sus palabras contradecían a las de Conde Roa, que el lunes pidió que no se le tratara como imputado sino como querellado.
Frente a la tranquilidad con la que llegó a los juzgados, la salida del alcalde sí provocó estruendo. En la calle le esperaban las pancartas —“Conde Roa o teu alento defráudanos” o “Non máis corruptos e ladróns. Conde Roa dimisión!— y gritos de dimisón de una veintena de simpatizantes del partido Candidatura do Povo, que se presentó en las pasadas elecciones municipales. El cordón de la policía nacional, que quiso evitar que las cámaras y los fotógrafos se acercasen al alcalde, provocó empujones y carreras.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.